Hospital Pozo Azul
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Hospital Pozo Azul. Para el mes de enero de 1958, el ejército de la tiranía, tras las derrotas sufridas por el Ejercito Rebelde se replegó de la Sierra Maestra por lo que se llevó a cabo en los territorios liberados la organización de una infraestructura, que denotaba la fortaleza que había alcanzado, construyó el Hospital en Pozo Azul siendo el primer hospital del Ejercito Rebelde en lo más intrincado de la Sierra Maestra.
Sumario
Antecedentes
En la zona de operaciones de la columna No: 1, muchos eran los lugares en que se brindaba ayuda médica a los heridos y enfermos a partir de la incorporación de especialistas de esta materia a la lucha guerrillera. No eran muchos los médicos que en esa época militaban en la guerrilla, entre los que se incorporaban se podían citar a Manuel Fajardo Rivero (Piti) y René Vallejo Ortiz en el mes de marzo de 1958 y que fueron los iniciadores del hospital. al llegar Piti y Vallejo, existían pocos médicos en las huestes guerrilleras solo se contaba con Julio Martínez Páez, José Ramón Machado Ventura, Sergio del Valle y Vicente La O
En tales condiciones de la guerrilla se hacía imperiosa la instauración de un equipo médico que atendiera tanto a los combatientes enfermos y heridos como a los campesinos de la zona. El Ejército Rebelde había incrementado sus fuerzas y por tanto, crecían también sus necesidades.
En el mes de marzo de 1958, el Dr. René Vallejo Ortiz, residente en Manzanillo, es hecho prisionero como resultado de sus actividades revolucionarias en el M-26-7 cuya colaboración era imprescindible para la salud de los combatientes en la Sierra Maestra.
Ante esta situación el movimiento y en específico el Comandante en Jefe toma la decisión de que él con sus hermanos y Manuel Fajardo Rivero tomen lugar en la lucha guerrillera en la Sierra.
Inicios del hospital.
El hospital pasó por las etapas nómadas y seminómadas de la sanidad guerrillera. Sus inicios estuvieron en la zona conocida como La Mariposa. Allí emplearon como sede para el hospital la casa del campesino Ángel Paneque, quien con visión revolucionaria brindó parte de su hogar.
Durante el peregrinaje del hospital por la Sierra Maestra muchas fueron las vicisitudes de los médicos y atendidos. De La Mariposa, por cuestiones de seguridad y de tipo
estratégico-tácticas este se trasladó hacia una zona más intrincada, a la casa del campesino Antonio Rivas quien accedió a prestar algo más de la mitad de su hogar en las cercanías de Pozo Azul.
Fue allí donde ocurrió unos de los hechos que más evidencian las difíciles condiciones en que laboraba el personal médico del hospital: “Una vez en la cocina de una casa, sobre la mesa tuvimos que operar. Fue esa la ocasión en que se usó un serrucho para amputar la pierna a un compañero. Así se pudo salvar.
A principio de abril de 1958, era éste el primer lugar que servía de refugio a los enfermos y heridos rebeldes. Hasta allí, desde muy lejos se trasladaban los heridos de los combates, ejemplo de ello fue el resultado del ataque al Cuartel de San Ramón, dirigido personalmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 8 de abril de 1958 desde donde se trasladaron algunos heridos. Días más tarde se produciría el combate de El Pozón en las cercanías de Manzanillo de donde también se trasladarían a los heridos para el improvisado hospital.
Pero se iba haciendo evidente que no se mantendría por siempre ocupada la casa de un campesino. Era ya necesaria la construcción de una sede que sirviera a los efectos de un hospital, por lo que se eligió un sitio entre. La Mariposa y la casa de Antonio Rivas, para la construcción se designó al capitán Horacio Rodríguez Hernández quien se encontraba convaleciente de sus heridas recibidas en el combate de El Pozón.
Fundación del hospital.
En los momentos en que se iba a iniciar la construcción, llegó al lugar el comandante Ernesto Che Guevara quien con visión estratégica aseveró que ese no era el sitio adecuado por cuanto era de fácil localización por la aviación enemiga, no había agua cerca y las condiciones para la vigilancia no eran adecuadas ya que era fácil de cercar por el adversario.
El propio comandante, conocedor de la medicina de la exigencias y necesidades de ésta se dirigió a la casa del campesino Francisco Rosabal, propietario de un lugar pintoresco, con agua abundante y una construcción con buenas condiciones de enmascaramiento, difícil visibilidad desde aire y tierra, con una cueva apropiada para esconder a los afectados en caso de agresión ubicada en Pozo Azul, habló con él y éste accedió a entregar su hogar para emplearlo como hospital, fue así como René Vallejo Ortiz fundó el Hospital Rebelde.
La casa había sido construida en el año 1952 por Juan Bautista García. Su dueño la había regalado a su yerno Francisco Rosabal quien se la entregó al Che. La casa contaba con una sola pieza, la que fue ampliada posteriormente a dos locales más con la colaboración del campesinado de la zona y los miembros del Ejército Rebelde.
Era poco el instrumental médico y las medicinas con que se contaba pero con ello luchaban para mantener en buen estado la salud de los combatientes y campesinos de la zona empleando en lo fundamental algodón, yodo, mercuro-cromo y aprovechando la medicina verde como el Romerillo, la Manzanilla, entre otras alternativas.
Junto al equipo médico, los campesinos y las tropas, vivieron aquellos difíciles momentos y vieron morir a personas sin poder salvarles la vida, un día de bombardeo indiscriminado por parte de la aviación de la dictadura, una niña fue alcanzada por la metralla y le fue destrozado el abdomen muriendo en aquellas condiciones, a pesar de haber hecho todo lo posible por salvarle la vida.Fidel dijo en esa ocasión que los yanquis pagarían el crimen pues todo aquel armamento lo enviaban los americanos.
Ayuda del M-26-7.
Los miembros del movimiento 26 de julio en las ciudades de Manzanillo y Campechuela llevaban a riesgo de sus vidas los pertrechos hasta la falda de las montañas, hasta donde podían llegar los transportes que ellos poseían o hasta donde las tropas de la tiranía se lo permitían con su continuo patrullaje; pero la tarea de hacerlos llegar hasta donde realmente se necesitaban las medicinas era de los campesinos colaboradores que en sus bestias, tomando por trillos, la mayoría de las veces intransitables hasta para las bestias más avezadas en su profesión y a riesgos de ser capturados, torturados y hasta asesinados incluidas sus familias, pero convencido de las necesidades del hospital, colaboraba día y noche en esta tarea.
La labor no era sólo en el hospital, parte del personal médico y paramédico se trasladaban a los lugares de combate y con parihuelas o al hombro trasladaban los heridos y los atendían.
Escuelas Rebeldes.
Muy cerca del hospital funcionaba una escuela, en la que se impartían clases tanto a los rebeldes como a los campesinos principalmente niños. El maestro era otro hermano del doctor, Antonio Vallejo Ortiz. De manera que el hospital, no sólo era un centro asistencial de medicina, sino también educacional.
La escuelita servía tanto a los alzados como a los campesinos, pero los más beneficiados con este aporte del Ejército Rebelde eran los niños campesinos que asistían contentos y valientes ante los ametrallamientos y ataques de la tiranía. No pocosniños aprendieron a leer y escribir en aquella escuelita con la que sus padres también colaboraron, tanto en su construcción como en otras necesidades que tenía. La escuela era una suerte de retribución que hacían los rebeldes ante el importante aporte de los campesinos.
Al triunfo de la Revolución.
Cuando el 1ro de enero de 1959 se produjo el triunfo de la Revolución, el personal del hospital se encontraba en plena faena, no pudieron bajar de inmediato pues tenían 9 pacientes ingresados y una campesina parida. Sacaron emocionados las banderas todo el mundo lloraba de alegría; pero nadie se movió de allí. Todavía el equipo de trabajo continuaba en combate por la vida en el hospitalito de Pozo Azul
Al retirarse todo el personal, el hospital quedó abandonado, nuevamente el campesino Francisco Rosabal, su propietario, regresó y ocupó su vivienda abandonándola poco tiempo después, mudándose para el lugar el también campesino, Luis Paneque quien también terminó por abandonarla.
Como Museo.
En el año 1987, el Consejo de Estado, a petición de un grupo de combatientes decidió restaurar el lugar, que estaba muy deteriorado, estableciendo allí una extensión del Museo Municipal de Campechuela.
En el primer proceso de restauración del hospital rebelde en1987, se realizaron excavaciones en el sitio donde se ubicaba la fosa (letrina) encontrándose objetos y piezas que se emplearon en el hospital, y que eran museables, utilizándose en la exposición permanente, trayendo un mayor grado de interés por parte de los visitantes, al constituir éstas, piezas auténticas que se emplearon en las labores de la medicina en la lucha revolucionaria.
En el propio año 1987 se declaró sitio histórico del municipio y en 1998 en celebración del 40 Aniversario de su fundación se le realizó una nueva restauración sin intervenir en la exposición permanente hasta que en el año 2002 se le realizó un nuevo montaje.
Fuentes.
- Archivos Historicos Museo Municipal
- Acevedo González, Enrique. "Descamisados". Editorial Cultura Popular. La Habana. 1993.
- Alonso Romero, Mercedes y Rafael Rodríguez Cala." Reencuentro. Combatientes de la Columna 134 años después". Vallejo y el hospitalito de Pozo Azul. Ediciones Verde Olivo. La Habana. 1983.

