Alfredo Espino

Alfredo Espino
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Poeta y abogado salvadoreño
Nombre completoEdgardo Alfredo Espino Najarro
Nacimiento8 de enero de 1900
Ahuachapán, Bandera de El Salvador El Salvador
Defunción24 de mayo de 1928
San Salvador, Bandera de El Salvador El Salvador
OcupaciónAbogado y escritor
NacionalidadSalvadoreña
Lengua de producción literariaEspañol
Lengua maternaEspañol
Obras notables"Jícaras tristes"

Alfredo Espino. Fue un poeta y abogado salvadoreño. Ha sido uno de los líricos más leídos en su país y está considerado como uno de los autores clásicos de la literatura centroamericana. Escribió sonetos, romances y versos libres.

Síntesis biográfica

Nacido en el seno de una familia numerosa (segundo de ocho hermanos), en el departamento de Ahuachapán, el 8 de enero de 1900, en la zona occidental de El Salvador, en el seno matrimonial del poeta y docente Alfonso Espino y de la profesora Enriqueta Najarro de Espino, ambos descendientes de familias guatemaltecas y salvadoreñas con fuertes raíces poéticas, docentes y médicas.

El joven Alfredo recibió una esmerada formación académica que finalizó en 1927, cuando se doctoró en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador con una tesis sobre Sociología Estética.

Trayectoria

A muy temprana edad comenzó a publicar colaboraciones literarias en las revistas Lumen y Opinión Estudiantil y en los periódicos La Prensa y Diario de El Salvador. Llevó una vida bohemia y disipada que le condujo a caer en frecuentes crisis alcohólicas, en una de las cuales se quitó la vida cuando contaba poco más de veintiocho años de edad.

Sus restos mortales, sepultados en primera instancia en el Cementerio General de San Salvador, fueron después trasladados a la llamada Cripta de los Poetas, en el camposanto de los Jardines del Recuerdo.

Muerte

Tenía 28 años cuando murió el 24 de mayo de 1928 en San Salvador.

Características de su obra poética

Sus composiciones, diseminadas en papeles sueltos y en distintas publicaciones, fueron recopiladas por su padre con el fin de llevarlas a la imprenta. Una parte de esta recopilación, prologada por un texto esclarecedor del poeta Alberto Masferrer, fue publicada en 1932 en el diario Reforma Social.

A causa de su repercusión, en 1936 vio la luz en forma de libro una compilación más completa y representativa de su obra que se tituló "Jícaras tristes".

Tiene una poética delicada, buscó plasmar su terruño con una visión lírica; la que presentó con un estilo sencillo, fácil de captar, por lo tanto, sin complicaciones formales; escribió sonetos, romances y versos libres.

La poesía de Alfredo Espino es un equilibrio de romanticismo y expresión mesurada, que canta al paisaje con imágenes de gran poder descriptivo y plasticidad, siempre desde una percepción tierna de los seres y las cosas de su tierra. Buena parte de su obra es un canto a la región de Cuscatlán.

Prefirió la sencillez y la métrica tradicional para sus modestas pretensiones líricas y escribió romances y sonetos, aunque no desechó el verso libre.

Sus poemas evocan los árboles, los frutos, el aroma de la noche, los colores, los niños y lo maternal.

Desde su publicación, sus poemas fueron acogidos y difundidos con entusiasmo por los lectores salvadoreños, que enseguida se identificaron con su líricas descripciones paisajísticas. Así, "Jícaras tristes" se convirtió en una de las lecturas obligadas en los programas educativos salvadoreños, y desde instancias gubernamentales se promovió su edición y difusión.

Fuentes