Combate de San Ulpiano (febrero de 1878)

Plantilla:Hechos


Combate de San Ulpiano, se declaró Monumento Nacional el 10 de octubre de 1989, con ello se rinde homenaje a Antonio Maceo, prócer indiscutible de la lucha en Cuba.

Inicio

En febrero de 1878, a escasos meses de cumplir diez años de la lucha, la Guerra Grande iba tocando a su fin. El regionalismo, el derrotismo y la falta de unidad, la indisciplina, hacían mella en las tropas mambisas.

El gobernador de la isla Martínez Campo, sabía de la situación por la que atravesaba el Ejercito Libertador, y lo aprovechaba llevando a efecto una política de planificación y así terminar con la lucha insurrecta en Cuba.

La estrategia que llevaba a efecto el gobierno español terminó en el Pacto del Zanjón el 10 de febrero. Este pacto daría a Cuba una paz odiosa y ofensiva para los cubanos, pues no se obtendría la independencia deseada.

Ya en casi toda la isla no se combatía, solo aisladamente mientras que en Oriente, especialmente en Manzanillo, Bayamo y Holguín la lucha insurrecta continuaba. Las contundentes derrotas propinadas por los mambises a las órdenes de Antonio Maceo, entorpecían la política divisionista del General en Jefe español.

Derrota del ejército español

El 6 de febrero, Antonio Maceo, con sus tropas le propinan un duro golpe a las ansias pacificadoras de Martínez Campo, pues una columna española se destrozaba por el fuego mambí en el camino de San Ulpiano, demostrando una vez más el valor y el arrojo del ejército cubano.

El 12 de febrero, a dos días de haberse firmado el Pacto del Zanjón, que dio la rendición de las armas cubanas, entraban las fuerzas colonialistas derrotadas en el combate de San Ulpiano en el campamento de Flordablanca. El día 14 entraban los 80 hombres que quedaron del famoso batallón de San Quintín en Santiago de Cuba.

El combate

Antonio Maceo, uno de los grandes próceres de nuestras luchas independentistas, y que no cayó en las debilidades por las que atravesaban las filas mambisas, seguía hostigando al ejercito español, demostrando los deseos de libertad e independencia de los cubanos.

Sus sentimientos se vieron patentes en muchos combates y uno de los más relevantes por el momento histórico en que se realizaba fue el de San Ulpiano.

El 6 de febrero de 1878, en el camino de San Ulpiano, las tropas de Maceo le tienden una emboscada a una columna española, la cual estaba al mando del corones Pascual Sanz Pastor, jefe de la segunda brigada Sagua-Mayarí y el personal de la tropa del batallón cazadores de San Quintín No. 11, famosos por su valentía, esta última bajo las ordenes de su segundo jefe el comandante Alonso de Santocildes. También venían algunos guerrilleros. En total sumaban más de 200 hombres, una vez mas el factor sorpresa en la guerra era utilizado con acierto por los mambises quienes al contar además con la iniciativa en la lucha, el triunfo era casi seguro.

Al caer la noche y rendidos por la lucha, por los lamentos de los heridos y por no haber podido sepultar a los muertos, las tropas españolas se extenuaron aun más.

Esa noche acamparon cubanos y españoles a sólo 50 metros unos de otros, los cubanos hostigaron a los españoles sin dejarlos descansar, mediante pequeñas guerrillas que se relevaban, con los que se debilitaban aún mas la parte española.

Con los primeros rayos del sol del nuevo día, los españoles dieron sepultura a sus muertos y curaron a los heridos. Trataron de avanzar, aprovechando que las fuerzas mambisas no eran numerosas.

El combate continuó durante los días 8 y 9, las bajas del enemigo sumaban veintitrés muertos y setenta heridos. Cuando todo parecía indicar que el descalabro total de las tropas españolas era cuestión de horas, llega el ansiado refuerzo. Al frente de la tropa española que salvaría a lo que quedaba de las tropas en combate, venia el teniente coronel Valenzuela. Dos horas después arribaba al lugar el coronel Salcedo con otra columna.

En la lucha los cubanos solo sufrieron tres muertos y cinco heridos, trayendo en sus pechos la alegría de haber infligido otra derrota al gobierno colonialista, y deseosos de ver su Patria libre e independiente.

Significado del combate

Este combate de Maceo finalizo el 10 de febrero con la derrota de la columna española. Tuvo un gran valor histórico, militar y patriótico, demostrando la intransigencia del Titán de Bronce de luchar hasta lograr la independencia o morir, reafirmando este sentimiento patriótico en la Protesta de Baraguá.

Antonio Maceo ejemplificó que la guerra podía continuar, eliminando las asperezas que tanto daño hacían a las filas mambisas.

El lugar donde se escenificó el combate de San Ulpiano se declaró Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978. Con ello se rinde homenaje a Antonio Maceo, prócer indiscutible de la lucha en Cuba.


Fuente

Monumentos Nacionales de la Provincia Holguín. Comisión provincial de Monumentos de Holguín.