Gabriel Gil Alfonso

Gabriel Gil Alfonso
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Gabriel Gil Alfonso
NombreGabriel Gil Alfonso
Nacimiento24 de marzo de 1924
Jaruco, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCubana
NacionalidadCubana

Gabriel Gil Alfonso. Combatiente revolucionario cubano, que formó parte de los 82 expedicionarios del Yate Granma para continuar la lucha que había emprendido en el Cuartel Moncada, fiel a los principios revolucionarios.

Síntesis biográfica

Nació el 24 de marzo de 1924, en una rústica vivienda situada en las afueras del poblado de Casiguas, municipio Jaruco, provincia Mayabeque. Procedente de una humilde familia, fue el décimo de 12 hermanos.

Comenzó los estudios primarios en una escuelita pública de la localidad, donde solo pudo alcanzar el tercer grado, al tenerse que incorporar al trabajo para ayudar al sostén de la familia. A los 10 años de edad ya laboraba junto a su padre en las duras faenas del campo; unas veces lo haría como jornalero, recibiendo un mísero salario; otras como aparcero, donde tenía que dar al dueño de la tierra, parte del producto cosechado.

Buscando mejorar la situación económica, se traslada a La Habana, a los 16 años de edad. Allí va a vivir a casa de una hermana que residía en el municipio Marianao.

En la ciudad, labora en distintas actividades del comercio y la gastronomía. Fue empleado de fonda, dependiente de bodega y vendedor de confituras en la calle. Además, laboró como aprendiz de zapatero.

Trayectoria revolucionaria

En 1948 ingresa en las filas del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo, dirigido por Eduardo Chibás. A finales de 1951 integra un comité en apoyo a la candidatura de Fidel Castro como representante. El presidente de dicho comité era Juan Vega, quien posteriormente decide respaldar a otro candidato, al que consideraba con más posibilidades de triunfo; es entonces que Gil asume la dirección de dicho comité, argumentando que Fidel era el candidato más combativo y radical.

Al producirse el 10 de marzo de 1952, el Golpe de Estado encabezado por Fulgencio Batista, Gil se siente herido en sus más profundas convicciones revolucionarias. Ese mismo día, en horas de la mañana, acude a la Universidad de La Habana, junto a Juan Vega y Horacio Matheu, este último caería posteriormente, junto a su hermano Wilfredo, en el asalto al Moncada, a expresar su disposición de combatir a la tiranía con las armas en la mano.

Tras el intento fallido, y ya consolidado el régimen batistiano en el poder, Gil, orientado por Fidel, se da a la tarea de organizar una célula revolucionaria en la barriada de Lawton para derrocar a la tiranía por la vía de la lucha armada, célula que al inicio llegó a contar con 12 integrantes, posteriormente, 8 participarían en la acción del Moncada, de los cuales solo dos lograron sobrevivir, Ramón Montes Cuba y el propio Gil.

Desde el primer momento de la organización del movimiento, Gil cumple todas las tareas encomendadas por Fidel. Participa en las prácticas y entrenamientos llevados a cabo, así como en manifestaciones contra la tiranía, como la Marcha de las Antorchas el 27 de enero de 1953, vísperas del Centenario del natalicio de José Martí. El 24 de enero, ya cercana la fecha de combatir, Fidel dio la orden para la movilización.

Presidio

El 12 de octubre, el Ministro de Gobernación, Ramón Heredia, dispuso que el grupo de revolucionarios condenados por los sucesos del Moncada, dentro del cual se encontraba, fuera trasladado al Reclusorio Nacional de la Isla de Pinos. Según las disposiciones del Tribunal deberían permanecer en locales especiales, separados de los presos comunes[1]. En aviones DC - 3, del ejército, bajo fuerte custodia militar fueron trasladados desde la provincia de Oriente hasta la Isla de Pinos[2].

Fue ubicado, junto al resto de sus compañeros, en una de las salas del hospital del presidio, separados de los presos comunes por una pared de ladrillos que fue levantada para ese fin[2]. Poco después se le permitió recibir una visita al mes y alguna correspondencia, que siempre era severamente revisada y censurada.

Como el resto de sus compañeros se negó a aceptar la cena especial del 24 de diciembre de 1953 en protesta por los asesinatos cometidos por el ejército y la guardia rural durante los sucesos del Moncada[2].

El 12 de febrero de 1954, cuando el dictador Fulgencio Batista visitaba el Penal para inaugurar la planta eléctrica de la prisión, junto a sus 25 compañeros[3] entonó a toda voz la Marcha del 26 de Julio. Batista prestó atención a la letra y visiblemente disgustado sólo preguntó quiénes cantaban, luego abandonó rápidamente el reclusorio. Por esta acción serían castigados severamente, Fidel Castro, Ramiro Valdés, Ernesto Tizol, Israel Tápanes y Agustín Díaz Cartaya. A él, y al resto de sus compañeros les retiraron el aparato de radio que tenía el pabellón y les suspendieron la entrega de periódicos además de prohibirles comunicarse con el exterior.

Desde 1954 y con mayor fuerza a partir de 1955 comenzó un amplio movimiento nacional, que abarcó a casi todas las tendencias políticas y clases del país, en pro de una amnistía general que incluyese a los moncadista. El 10 de marzo de 1955, en medio de los festejos oficiales por el tercer aniversario del golpe de estado, se presentaron en ambas cámaras del Congreso Cubano sendos proyectos de amnistía general. El 6 de mayo, luego de ser aprobada por ambas cámaras del Congreso Cubano, Fulgencio Batista firmó la Ley de amnistía que ponía en libertad a todos los presos políticos[4], incluidos los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que cumplían su condena en el presidio de la Isla de Pinos. Gracias a la amnistía el 15 de mayo de 1955 salió en libertad junto a sus compañeros de presidio político.

Lucha insurreccional

Al llegar a La Habana, va de visita a su pueblo natal Jaruco. Varios compañeros le esperaban ansiosos de orientaciones para, junto a Fidel, continuar la lucha emprendida en el Moncada. El día 9 de agosto de 1956, Gil parte rumbo a México para incorporarse a la expedición que ya se preparaba. Toma parte de los entrenamientos en los campamentos de Veracruz y Abasolo y así forma parte de los 82 expedicionarios del Yate Granma.

Después de 7 días de travesía logran desembarcar por Las Coloradas, cerca de Niquero. El día 5 de diciembre, fueron sorprendidos por tropas del ejército en Alegría de Pío. Gil logra salir con vida del lugar. Solo y desorientado, tras el bombardeo de la aviación y la candela del cañaveral se interna en un montecito donde pasa toda la noche.

Días depués Gil, junto a Esteban Sotolongo y Francisco González se vieron obligados, por orientaciones de Fidel, a bajar de la Sierra por graves problemas de salud.

En La Habana se mantiene clandestino hasta que logra salir como exiliado a través de la embajada de Ecuador, y de ese país pasa a Miami, incorporándose al Movimiento 26 de Julio. Allí trabaja como coordinador del Movimiento en Tampa, bajo las orientaciones de Haydée Santamaría.

Revolución en el poder

Al triunfo de la Revolución regresa a Cuba, donde desempeña distintos cargos políticos y administrativos. Fue delegado al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Por sus relevantes méritos le han sido otorgadas varias condecoraciones por el Consejo de Estado. Como el más alto galardón le fue concedida la condición de fundador del Partido Comunsita de Cuba.

Referencias

Fuentes