José Gualberto Padilla

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José Gualberto
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Uno de los poetas decimonónicos que hizo aportes a la defensa de la identidad nacional. Conocido como “ el Caribe” .
NombreJosé Gualberto Padilla
Nacimiento12 de julio de 1829
San Juan, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
Fallecimiento26 de mayo de 1896
Vega Baja,Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
Causa de la muertedesconocida
Nacionalidadpuertorriqueña
Otros nombres“ el Caribe “
Ciudadaníapuertorriqueña
Alma materDr. en Medicina.
Conocido por“ el Caribe”
HijosTrinidad Padilla de Sanz
PadresJosé María Padilla y Trinidad Alfonso

José Gualberto Padilla. Poeta, periodista, médico y político puertorriqueño.

Síntesis biográfica

José Gualberto Padilla nació el 12 de julio de 1829 en la ciudad de San Juan, Puerto Rico. Hijo de José María Padilla, de ascendencia castellana, y de Trinidad Alfonso, una dama venezolana.

Trayectoria

Recibió en Añasco la instrucción primaria y, en 1844, viajó a España con el propósito de continuar estudios secundarios y cursar luego una carrera científica. Permaneció dos años en Santiago de Compostela, donde estudió al mismo tiempo el bachillerato y un curso preparatorio para la carrera de Medicina, que habría de terminar en la Universidad de Barcelona.

Se inició en periodismo mientras estudiaba en Santiago de Compostela. Fundó y dirigió, cuando apenas contaba dieciocho años, un periódico político y literario, al cual denominó La Esperanza. Con lo que recaudaba el diario fue adquiriendo los recursos que necesitaba para su subsistencia, a la vez que ensayaba y ejercitaba sus facultades literarias. En esos años comenzó a cultivar la poesía, pero sólo se conserva un poema político y satírico suyo de esa época titulado “Zoopoligrafía”, que se publicó en 1855.

Al recibir la noticia del fallecimiento de su padre, se empeñó en su manutención y continuó sus estudios, esta vez en Barcelona, que ofrecía mayores oportunidades que Santiago de Compostela. Buscó trabajo en la redacción de algunos periódicos progresistas y, mientras, se empeñó en la lectura de los clásicos españoles. Barcelona era entonces centro de historiadores, literatos y poetas de mérito, casi todos en lengua española, que influyeron en la formación del joven poeta.

En sus versos de sátira política y de costumbres, que publicaba bajo el seudónimo de “Trabuco”, Padilla reveló una actitud de militante rebeldía contra el despotismo del gobierno colonial y contra el elemento reaccionario peninsular, que menospreciaba a los criollos de América. En 1867 hizo famoso su nuevo seudónimo “El Caribe” -en alusión a los aborígenes de su isla natal, reconocidos por su carácter rebelde y combativo-, que empleó para firmar una serie de redondillas contra el semanario satírico El Duende, que dirigía el escritor andaluz Vicente Fontán, el cual criticaba y ridiculizaba con sarcasmo personas y costumbres de Puerto Rico. Esos versos, que dieron fama a Padilla, llevaron a El Duende a la ruina.

El seudónimo de Padilla se hizo del todo transparente en la respuesta que dio a un romance burlesco del poeta español Manuel del Palacio, quien había estado desterrado en Puerto Rico por publicar poemas satíricos contra la reina Isabel II. Palacio al regresar años después a España, había publicado en las páginas del diario de Madrid Gil Blas unos versos en los que injuriaba a la isla caribeña y que fueron publicados en Un liberal pasado por agua (1868). Padilla ripostó con un valiente poema de tono polémico, reimpreso en 1874 juntamente con el de Palacio en un folleto titulado Para un Palacio un Caribe. Dicha composición, que evidenciaba la madurez de su vena satírica, acrecentó la popularidad de que ya gozaba; los versos de Padilla se publicaron centenares de veces y en diversas formas, con o sin permiso de su autor.

Padilla regresó a Puerto Rico en 1857, cuando ya contaba con veintinueve años de edad, graduado como médico y con un caudal considerable de cultura general y de experiencia literaria. Se estableció en el pueblo de Vega Baja, donde durante ocho años se dedicó a su profesión. Obtuvo notables éxitos en la práctica de la medicina, y en particular de la cirugía.

Fue nombrado alcalde de Vega Baja en dos ocasiones, puesto que su hacienda “La Monserrate” generaba grandes ingresos, Padilla decidió donar al pueblo su salario en la alcaldía. Al mismo tiempo, colaboraba con asiduidad en la prensa del país, en la cual dio a conocer su obra poética y en particular sus versos de sátira política y de costumbres, que volvía a firmar con el seudónimo de "Trabuco".

Sus ideas liberales en materia de política lo indujeron a participar en la organización del movimiento revolucionario que organizó el levantamiento del Grito de Lares. Como consecuencia de estas acciones Padilla sufrió prisión en Arecibo en 1868, aunque por pocos días.

Su obra

La obra poética que escribió "El Caribe" durante esos años quedó recogida en la edición que realizó Manuel Soler y Martorell en 1872 del Nuevo Cancionero de Borinquen. De 1886 a 1888 publicó poemas en la revista sanjuanera El Palenque de la Juventud, que dirigía Manuel Quevedo Báez, y en el Almanaque de las Damas. Aunque fue la sátira la cuerda más importante de su lira, dominaba los demás tonos de la lírica: elegíaco, descriptivo, apologético... Figuran entre sus composiciones de quemante sátira, generalmente romances y tercetos de forma epistolar, las tituladas Contra los escritores anónimos de libelos, Contra el periodismo personal – premiada en 1880 en un certamen literario auspiciado por el periódico El Buscapié-, Los gigantes y Los niños. De tono elegíaco y apologético son las tituladas “En la muerte de Corchado”, “Por nuestros muertos”, “A la muerte de Alejandro Tapia” y “En la muerte de Don Miguel J. Gandía”. Entre sus poesías galantes se destaca “La flor Silvestre”.

En sus viajes frecuentes por el litoral, las cordilleras y los valles puertorriqueños le impresionaron de tal modo las bellezas naturales de su país, que se propuso consagrarles un poema descriptivo. En 1879 tenía escrita la dedicatoria y había compuesto las primeras octavas de Canto a Puerto Rico, calificada como el primer intento de síntesis que conocen las letras puertorriqueñas a pesar de haber quedado inconcluso.

En 1884, fatigado ya por las múltiples ocupaciones de su profesión médica, de los cargos cívicos que tuvo que ejercer y de las atenciones de su familia y de su hacienda, Padilla intentó poner término a sus faenas literarias. Para celebrarlo compuso la elegía “Adiós a mi lira”, que consideró su último canto. En ella depositó su testamento literario.

Fallece

José Gualberto Padilla murió en Vega Baja el 26 de mayo de 1896. Su obra literaria quedó diseminada en periódicos, revistas y álbumes hasta que en 1912 su hija, la poetiza Trinidad Padilla de Sanz, conocida también como “La hija del Caribe”, reunió en París los trabajos de su padre. De esa recopilación nacieron los volúmenes: En el combate y Rosas de pasión.

Fuentes