Medicina aborigen en Cuba

Medicina aborigen
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Medicina aborigen en Cuba. La historia de la medicina en Cuba, no comienza, como algunos pudieran creer, con la llegada de los españoles a la isla. Basados en las lecturas de los cronistas de Indias y los trabajos de algunos historiadores médicos, se puede asegurar que entre los aborígenes de esta tierra existía ya una cierta práctica de la medicina, muy propia de su cultura.

Antecedentes

La medicina aborigen en Cuba sobrevivió a su propio pueblo como un verdadero “préstamo cultural” que recibieron los colonizadores hasta el siglo XVIII. Pruebas palpables existen. El Ayuntamiento de Santiago de Cuba concedió en 1609 a la curandera india Mariana Nava una licencia para practicar la medicina, por lo que fue la primera en ejercer legalmente esta profesión en Cuba.

Contrariamente a lo que ha preconizado la leyenda negra de la Conquista, que no fueron mayormente exterminados por los maltratos de los encomenderos, sino que entre 1519 y 1530, más de una tercera parte de sus individuos fueron diezmados por dos sucesivas epidemias de viruela importada de Europa, patología contra la cual los indios cubanos no poseían defensas inmunológicas por ser desconocida en estas tierras antes del Descubrimiento. Sin embargo, poseían una medicina digna de atención, y aunque no pueda afirmarse que tan adelantada como otras medicinas muy interesantes de América —la inca, por ejemplo—, les servía bastante bien para los males que solían aquejarlos.

Esta medicina era ejercida por los behíques o bohiques, poderosos personajes, que constituyeron los sujetos más aborrecidos y calumniados por los misioneros y colonizadores, que veían en ellos un impedimento para sus propósitos de esclavizar y destruir el patrimonio cultural. 

Enfermedades más conocidas

Estos primeros médicos cubanos conocieron y trataron diferentes enfermedades entre las que se mencionan las diarreas, la constipación, el asma, las dificultades para la emisión de la orina, los dolores que acompañan a las dismenorreas, el acné, las contusiones, las heridas, úlceras o infecciones parasitarias externas como las producidas por niguas y piojos.


Principales métodos curativos

Fueron el hidroterápico, el agua era el tratamiento preciso para ellos en varias enfermedades; el sugestivo, fue este uno de los medios más empleados por los behíques, quienes atribuían en general la enfermedad a castigo divino; y el evacuante, en el que utilizaban numerosas plantas medicinales del país, como la yerba santa, el manzanillo, las guayabas maduras, la piña, el bejuco y otros.

Se preocupaban por la atención a las parturientas; en cirugía realizaban la extracción de los ojos, la castración, reducían fracturas y hacían pequeñas sangrías y como medidas preventivas aislaban a los enfermos contagiosos y enterraban a los muertos en áreas lejanas de los vivos.

Práctica de la cirugía

Existen antecedentes no precisados de la práctica de la cirugía estética de las mamas en la cultura taina demostradas en esculturas de arcillas procedentes de esta cultura que se encontraron en ventas de casanova, Banes.

No había conocimiento de morfología anatómica solo una rudimentaria sobre los huesos de los que se consideraba que las partes blandas no eran más que envolturas de las partes duras. No había identificación de las funciones de los órganos o vísceras, ni tampoco se conocía lafisiología.
Había identificación de los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto, funciones que les permitían establecer contacto con el medio externo el peligro y la supervivencia, aunque se desconocía su verdadero mecanismo funcional.

Condiciones de vida

Los aborígenes tenían una vida tranquila, pacifica, con un buen equilibrio biológico y con buenas condiciones de salud. No existen datos que puedan registrar enfermedades de índole epidémica ni evidencias de que fueran portadores de infecciones transferibles. Las condiciones higiénicas eran muy buenas y la práctica de un buen aseo garantizaba una situación epidemiológica muy estable y no propicia a la enfermedad.

Con los conquistadores nos llegó muy poco de la medicina española, pues fueron escasos los graduados que ejercieron permanentemente en la isla. Esto trajo como consecuencia que la medicina indígena sobreviviera a su propio pueblo como un verdadero "préstamo cultural" que recibieron los colonizadores, obligados por la necesidad, aún hasta el siglo XVII, como muy importante y ejemplo de ello lo constituye el hecho histórico, documentalmente probado, que el ayuntamiento de Santiago de Cuba le concediera en 1609 a la curandera india Mariana Nava, licencia para practicar la medicina, con lo cual fue ella la primera mujer que ejerció legalmente esta profesión en Cuba.

Fuentes

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