Miguel Ángel Betancourt Rodríguez

Miguel Ángel Betancourt
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NombreMiguel Ángel Betancourt Rodríguez
Nacimiento8 de mayo de 1922
La Inagua, Guantánamo,Bandera de Cuba
Fallecimiento24 de enero de 1964
GuisaBandera de Cuba
Causa de la muerteAccidente automovilístico
NacionalidadCubana

Miguel Ángel Betancourt Rodríguez. Destacado luchador agrario cubano. Realizó una meritoria labor en los preparativos del Congreso Campesino en Armas celebrado en Soledad de Mayarí Arriba (1958), resultando electo secretario de Actas y Correspondencia del Comité Regional Campesino Frank País, surgido en el evento.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació el 8 de mayo de 1922, en La Inagua, Guantánamo, en el seno de una humilde familia campesina encabezada por Herminio Betancourt y Nicia Rodríguez. A los cinco años de edad aprendió las primeras letras en una escuelita privada que una maestra sin aula, como tantas otras existentes en la Cuba de la época, había improvisado en la zona donde él residía.

A los catorce años asistió a una escuela pública en el barrio El Vínculo, donde una maestra de convicciones marxistas le enseñó el porqué de las injusticias sociales, despertando en él inquietudes de rebeldía contra la situación imperante. Pronto el joven campesino habría de convertirse en asiduo lector de literatura revolucionaria, ampliando su horizonte cognoscitivo.

Trayectoria revolucionaria

En 1943, al trasladarse la familia hacia el cuartón de Los Ñames, en Realengo 18, Miguelito, como todos le llamaban, estableció de inmediato relaciones con Lino Álvarez y sus más cercanos colaboradores: Gil Hierrezuelo, Tomás Pichardo, Vicente Fernández,Cástulo Rodríguez y Pedro Despaigne, entre otros. Con verdadera pasión leía una y otra vez las crónicas de Pablo de la Torriente Brau sobre las luchas de El Realengo, lo que unido a sus largas conversaciones con los dirigentes realenguistas, le permitió familiarizarse con todos los detalles del origen del histórico escenario y la razón de sus ocupantes en la lucha por la tierra.

De temperamento apacible y gran modestia, pero dotado de férrea voluntad, firmeza de principios e insaciable afán de superación, pronto se convirtió en uno de los dirigentes de mayor cultura y más amplio conocimiento, no solo sobre los problemas de El Realengo 18, sino también de los numerosos escenarios de lucha de Guantánamo, donde los campesinos enfrentaban la geofagia y los brutales atropellos de la odiada Guardia Rural. Ingresó en la Juventud Socialista y más tarde en el Partido Comunista, entonces Partido Socialista Popular y rápidamente se convirtió en destacado dirigente juvenil.

El Club Juvenil Ignacio Agramonte, creado por la juventud de El Realengo en 1941, bajo el impulso del joven dirigente, devino verdadero centro cultural y recreativo en cuyas actividades participaba toda la población del territorio. Del seno de esa organización surgió un grupo de teatro de aficionados cuyas actuaciones rebasaron los límites de El Realengo.

Miguelito fue un entusiasta impulsor de la organización de las mujeres, la cual, en los años cuarentas y cincuentas alcanzó en El Realengo un auge considerable. La celebración de los festivales del Café, conocidos también como festivales Pro Reforma Agraria, con la creación de los bandos rojo y azul y la elección de la reina y damas de honor, a la par de formidable vehículo para desarrollar las actividades culturales y recreativas, y recaudar fondos destinados a la organización, servían de impulso a la lucha en defensa de la tierra, al convertirse en tribuna de denuncia de los desalojos campesinos y de reclamo de la reforma agraria.

Cuando a finales de la década del cuarenta la Asociación de Vecinos de El Realengo, penetrada por elementos oportunistas, traicionó la confianza depositada en ella por los realenguistas y se plegó a las maniobras demagógicas del gobierno auténtico, encabezado por Carlos Prío Socarrás, Miguelito, junto a los compañeros ya mencionados y otros dirigentes de la zona, se dio a la tarea de crear la Sociedad José Martí, la cual mantuvo la línea histórica de lucha intransigente por el derecho a la tierra, sin componendas ni concesiones a las compañías latifundistas.

En 1953 esta sociedad fue oficialmente reconocida e inscripta en el Gobierno Provincial de Oriente.

Con su característico espíritu unitario, Miguelito comprendió que el mejor modo de aglutinar a todos los campesinos era bajo la dirección de un compañero que no ostentara la militancia comunista. Por ello propuso, y logró elegir, como presidente, al honesto luchador Víctor Ge. A él le correspondió la secretaría de Actas y Correspondencia, siendo reconocido por todos como máximo impulsor y orientador de la Sociedad José Martí, que bajo su sabia conducción permaneció activa hasta 1957.

En este último año los realenguistas libraron una decisiva batalla por la tierra, desafiando la represión de la Guardia Rural y enfrentando las maniobras de la Compañía La Esperanza y el latifundista Baldomero Casas, quien, con el pretexto de refaccionar la siembra de caña mediante la firma de contratos, pretendía hacerse de un basamento legal que le permitiera despojar a los campesinos de su condición de realenguistas. Pero estos, reunidos en San Fernando, en los primeros días de junio acordaron arrancar las siembras de quienes se plegaran a los planes de la poderosa compañía y el rico terrateniente.

El 30 de ese mes, el mismo día en que esbirros batistianos asesinaron, en la provincia de Santiago de Cuba, al joven revolucionario Josué País, cientos de campesinos realenguistas procedieron, por tercera y última vez, a arrancar la caña recién sembrada en tierras del comerciante conocido como el Rubio porque este, desoyendo la advertencia, se empecinó en realizar la siembra. Al frente de la combativa movilización, junto a otros dirigentes realenguistas, se encontraba Miguelito, inclaudicable en la defensa de las justas reivindicaciones de los campesinos, por lo cual sufrió persecuciones y más de una vez guardó prisión.

Del II Frente Oriental hacia el Triunfo de la Revolución

Cuando el 11 de marzo de 1958 quedó abierto El Segundo Frente Oriental Frank País, Miguelito se encontraba pasando un curso en la escuela de cuadros del PSP, en La Habana, donde también se hallaba el compañero Pepe Ramírez, a quien conocía desde hacía años, debido a sus luchas en el movimiento campesino y por su común militancia comunista. Al terminar el curso ambos expresaron el mutuo deseo de que el nuevo encuentro ocurriera en el frente de batalla.

De regreso a El Realengo, junto a sus compañeros de lucha, se incorporó de inmediato a las actividades para reorganizar y fortalecer el movimiento campesino, labor que por primera vez en su largo bregar de luchador agrario pudo realizar sin represión de la Guardia Rural ni la presencia amenazadora de mayorales a sueldo, porque el histórico escenario formaba parte del territorio liberado por las fuerzas del Segundo Frente.

El 10 de julio de 1958, día en que en Calabazas de Sagua se efectuó la reunión de representantes campesinos del Segundo Frente Oriental Frank País y se constituyó el Comité Regional Agrario del territorio liberado, Miguelito fue elegido por sus compañeros como miembro de la Junta Directiva. A partir de entonces, junto a Pepe Ramírez, Teodoro Pereira la Rosa y otros luchadores campesinos integrantes del Comité Regional, realizó una meritoria labor en los preparativos del Congreso Campesino en Armas, celebrado en Soledad de Mayarí Arriba, el 21 de septiembre de 1958. En tan memorable ocasión resultó electo secretario de Actas y Correspondencia del Comité Regional Campesino Frank País, surgido en el evento.

Revolución en el poder

El 24 de febrero de 1959, durante la celebración de la Plenaria Provincial Campesina de Oriente, primera en el país después del triunfo de la Revolución y en la cual se constituyó la Federación Provincial Campesina Frank País, le fue confiado también el cargo de secretario de Actas y Correspondencia. Ese mismo año, como representante de la juventud campesina, formó parte de la delegación cubana asistente al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en Viena.

En 1961, al crearse la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) integró su Comité Nacional y la presidencia de la delegación provincial de Oriente. Cumplió con entusiasmo y disciplina todas las tareas a él confiadas, trabajando con especial dedicación en la creación de sociedades agropecuarias, antecesoras de las cooperativas de producción agropecuarias.

Un año después pasó a dirigir el Departamento de Producción de la ANAP provincial y, cuando en 1963 fue creado en el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), el viceministerio para la Producción Privada y Cooperativa, Miguelito fue designado jefe de producción en la Delegación Provincial de Oriente, donde realizó una meritoria labor.

Muerte

El 24 de enero de 1964, al regresar de una actividad en el municipio de Guisa, perdió la vida en un trágico accidente automovilístico, junto a otros valiosos compañeros. La sencillez y modestia, el espíritu de sacrificio, la fidelidad a la Revolución y el esfuerzo por la superación cultural y política que lo caracterizaron, constituyen un precioso legado para todos los revolucionarios.

Fuente

Joven Club de Computación y Electrónica