Paul Delvaux

Paul Delvaux
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NombrePaul Delvaux
Nacimiento23 de septiembre de 1897
Antheit Bandera de Bélgica Bélgica
Fallecimiento20 de julio de 1994
Veurne Bandera de Bélgica Bélgica
Nacionalidadbelga
Otros nombresPaul Delvaux

Paul Delvaux. Pintor belga neo impresionista y expresionista en sus comienzos,su pintura se caracteriza por desnudos femeninos en ambientes oníricos y desdibujados, cargados de un erotismo latente y figuras idealizadas.

Biografía

Nació el 23 de septiembre de 1897 en la ciudad de Antheit provincia de Lieja,(Bélgica) en el seno de una familia adinerada, hijo de un abogado.

Estudios

Estudia en la Academia de Bellas Artes de Bruselas entre 1920 y 1924, en el taller de Constant Montald. Allí recibe la influencia de las corrientes impresionistas y expresionistas. Manifiesta muy temprano su interés por el dibujo y el estudio de la música. Expone en 1924 con los artistas del grupo “Le Sillon” (el surco), grupo que reune a artistas influidos por el impresionismo.

Muerte

Muere 20 de julio de 1994 en Veurne (Bélgica) donde se había instalado en 1969.Cinco años después de morir su mujer, Tam.

Obras

En 1934 participó en la exposición Minotauro de Bruselas junto con René Magritte, Salvador Dalí, Max Ernst, Joan Miró y Balthus, operándose en él un cambio que le llevó a destruir la mayor parte de su obra primitiva.

Pinturas

Las pinturas de Delvaux de finales del los años veinte y principios de los treinta, que presentan desnudos en paisajes, están fuertemente influidos por expresionistas flamencos como Constant Permeke y Gustave De Smet.

Un cambio de estilo alrededor de 1933 refleja la influencia del «arte metafísico» de Giorgio de Chirico, a quien había conocido por vez primera en 1926 o 1927.A principios de la década de los treinta, Delvaux encontró más inspiración en sus visitas a la Feria de Bruselas, donde el Museo Spitzner, un museo de curiosidades médicas, mantenía un stand en el que se mostraban esqueletos y una figura de Venus mecánica en un escaparate con cortinas de terciopelo rojo. Este espectáculo cautivó a Delvaux, proporcionándole motivos que aparecerían a lo largo de su obra posterior.

A mediados de los años treinta comenzó a adoptar algunos de los motivos de su compatriota belga René Magritte,así como el estilo inexpresivo de dicho pintor al presentar las yuxtaposiciones más inesperadas de objetos por lo demás ordinarios. Encontró en James Ensor y, sobre todo, en René Magritte y Giorgio de Chirico, la inspiración de un estilo al que permanecería fiel hasta el final de su vida, calificado como realismo mágico.

Se consagró como pintor surrealista, destacando su particular definición de esta técnica: "reintroducción del sujeto, pero en un sentido bien determinado que es el de lo extraño y de lo ilógico". El universo característico de su pintura se constituyó tras conocer la obra de De Chirico y de Magritte, en 1934. Antes, Delvaux había practicado una especie de realismo impresionista. Bajo el velo de lo absurdo se disimulan diversos hechos e infortunios del siglo XX, como el éxodo belga, o la ocupación.

Su definición del surrealismo corresponde a toda su obra. Sus cuadros, con una técnica bastante académica, acogen personajes hieráticos: soñadoras mujeres desnudas, hombres distraídos e incluso esqueletos, en un escenario (templos griegos y jardines florentinos que componen perspectivas arquitecturales clásicas, y también andenes en desuso) que parece el frío espejo de sus inhibiciones.

Influencias

Delvaux reconoció sus influencias, diciendo de Chirico, "con él me di cuenta de que era posible, el clima que tenía que desarrollarse, el clima de calles silenciosas con sombras de personas que no pueden verse, nunca me he preguntado si es surrealista o no."

Aunque Delvaux se asoció durante un tiempo con el grupo surrealista belga, no se consideraba a sí mismo "un surrealista en el sentido escolástico de la palabra." Tal como dice Marc Rombaut: "Delvaux... siempre mantuvo una relación íntima y privilegiada con su infancia, que es la motivación subyacente de su obra y siempre consigue que salga a la superficie. Esta 'infancia,' que existe dentro de él, le llevó a la dimensión poética en el arte."

La fuite (1936) fue una de las primeras obras pintadas con este nuevo estilo, enriquecido durante su viaje a Italia en 1938 y con referencias a la arquitectura antigua y al tema de los paisajes desiertos con ruinas (La ville endormie, 1938).

Las pinturas de Delvaux se hicieron famosas al representar mujeres desnudas que miran fijamente como si estuvieran hipnotizadas, con gestos misteriosos, a veces reclinadas de manera incongruente en una estación de ferrocarril o vagando por edificios clásicos. A veces las acompañan esqueletos, hombres con sombreros hongos, o científicos asombrados tomados de las historias de Jules Verne. Delvaux repetiría variaciones sobre estos temas durante el resto de su larga vida, aunque pueden reconocerse algunos alejamientos. Entre ellos están sus pinturas de 1945-47, realizadas en un estilo aplanado de efectos de perspectiva forzada y distorsionada, y la serie de crucifixiones y deposiciones de la Cruz protagonizadas por esqueletos, pintada durante los años 1950.

A finales de los años cincuenta produjo una serie de escenas nocturnas, en las que hay trenes que mira una niña vista desde atrás. Estas composiciones no tienen nada que sea abiertamente surrealista, y aun así la claridad de detalle a la luz de la luna tiene un efecto de alucinación. Los trenes han sido siempre un tema de interés para Delvaux, quien nunca olvidó lo maravilloso que le pareció, siendo un niño pequeño, cuando vio los primeros tranvías eléctricos en Bruselas.

En 1959 ejecutó un mural para el Palais du Congrès en Bruselas, uno de los encargos decorativos a gran escala que emprendió Delvaux. Fue nombrado director de la Academia real de bellas Artes en 1965. En 1982 se inauguró el Museo Paul Delvaux en San Idesbaldo.

Técnicas

La técnica de Delvaux es precisa y seca. Su academicismo, voluntariamente anacrónico, acentúa por su falsa ingenuidad el erotismo latente en sus obras. En ellas se representan cuerpos femeninos estereotipados, mudos y estáticos dentro de un marco estrictamente definido, al que a veces se añade una penumbra misteriosa e inquietante, un hombre vestido (tal vez el doble del artista) que les ignora o les mira impasible.

La obra de Delvaux se conserva tanto en colecciones públicas belgas como en la Tate Gallery de Londres, el Museo Nacional de Arte Moderno de París y el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En España, su única obra expuesta en colecciones públicas se conserva en el Museo Thyssen-Bornemisza. En 1982 se inauguró en San Idesbaldo (Bélgica) un museo dedicado a este artista.

Fuentes