Proceso de Paz en Colombia

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Proceso de Paz en Colombia
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Fecha:1980 - 2014
Proceso de Paz en Colombia. Conversaciones llevadas a cabo entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) cuyos esfuerzos son encaminados a poner fin al conflicto político, social y militar en Colombia. Como fruto de las conversaciones exploratorias celebradas en La Habana desde el 23 de febrero de 2012 y conforme declararon las partes, se abrió un proceso de diálogo comprometido con la paz y con la solución del conflicto histórico en colombiano. Para el 27 de agosto de 2012, el Presidente Juan Manuel Santos reveló la hoja de ruta que se construyó durante casi un año en unas reuniones exploratorias en Cuba.

Una década después del frustrado proceso de paz en San Vicente del Caguán, durante el gobierno de Andrés Pastrana, las autoridades colombianas y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) instalaron oficialmente el 19 de noviembre de 2012 la mesa de conversaciones en La Habana, Cuba para buscar el fin del conflicto político, social y militar que sufre ese país desde hace más de medio siglo, después de que el 18 de noviembre, en Oslo, Noruega, se llevó a cabo la inauguración formal de los diálogos.

Antecedentes

Tras su conformación como grupo guerrillero en la década del sesenta, las FARC, comenzó a utilizar los diálogos y las expectativas de las negociaciones como parte de su táctica ahora política.

Los esfuerzos por llegar a un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), surgieron desde la década del ochenta, específicamente en el gobierno de Belisario Betancourt (1982-1986) y posteriormente con los mandatos de Virgilio Barco (1986-1990), César Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998), Andrés Pastrana (1998-2002) y de Juan Manuel Santos (2012).

La historia de éstas suma dos décadas. La falta de continuidad entre mandatarios y la visión de corto plazo de los mismos gobiernos, han sido algunos de los factores que han obstaculizado el avance de una verdadera negociación.

Primer intento (1982-1986)

El primer intento de conversaciones en busca de la paz se dio en el gobierno de Belisario
Ronda de negociaciones Gobierno de Belisario Betancourt-FARC.
Betancourt durante los años de su mandato que fueron de 1982 a 1986.

Las relaciones entre la guerrilla con el gobierno de Julio César Turbay Ayala, no eran las mejores. Betancourt recibió el país con un porcentaje considerable de la guerrilla en la cárcel, situación que las debilitó en el plano táctico-militar. Esto hacía ver el gobierno de su antecesor como el culpable de la violencia de la época.

Belisario Betancourt decidió decretar una amnistía con el fin de demostrar que el poder Ejecutivo le brindaba la oportunidad a los violentos de reincorporarse a la vida ciudadana. Sin embargo, los guerrilleros exigieron conservar las armas bajo el pretexto de no haber sido derrotados militarmente. El gobierno en su afán de obtener la paz, aceptó.

También se estableció un indulto para que los alzados en armas pudieran recobrar su libertad. Como resultado: no se conoció cuántos guerrilleros se beneficiaron con la medida, pues no tuvieron la obligación de presentarse ante ninguna autoridad y sus procesos judiciales sencillamente desaparecieron.

El asesinato de un ex guerrillero amnistiado, provocó que el escepticismo ante el proceso aumentara. A esto se le suma la renuncia del comisionado para la paz Otto Morales Benítez, quien aseguraba no creer en las negociaciones.

Con las FARC se firmaron los acuerdos de La Uribe, que contemplaban, el cese de los enfrentamientos y un periodo de prueba de un año para que los integrantes de ese movimiento se organizaran política, económica y socialmente.

El 28 de marzo de 1984, por primera vez se firma una tregua con las FARC. Como consecuencia, nace la Unión Patriótica (UP), partido legal que en elecciones legislativas alcanzó a tener 14 congresistas, entre senadores y representantes, 20 diputados y más de 300 concejales. Dos comandantes de las FARC, Braulio Herrera e Iván Márquez llegaron a la Cámara de Representantes.

Los acuerdos resultaron frágiles, meses después se reanudaron las hostilidades y el intento de trabajar bajo una sola política con los grupos ilegales existentes en esa época, fracasó teniendo en cuenta que cada movimiento tenía una actitud y conducta diferente.

La subversión ganó un espacio político y tiempo para su reorganización. A estos incidentes se le pueden sumar factores que desviaron el interés hacia otros sectores: la crisis económica de los años 1983 a 1985, el ataque al Palacio de Justicia por parte de la guerrilla del M-19 y la tragedia de Armero, (cuando la explosión del volcán Nevado del Ruiz acabó con esta ciudad del departamento del Tolima).

Segundo intento (1986-1990)

El lento exterminio de los miembros de la Unión Patriótica (UP), (movimiento que se
En 1986 el gobierno de Virgilio Barco Vargas intentó firmar con las FARC un protocolo de paz que no progresó.
vislumbraba como una fuerza importante para reunir a la izquierda colombiana), en el gobierno del presidente Betancourt, no permitían pensar en otro intento de negociación. Sin embargo, en el periodo presidencial de Virgilio Barco Vargas (1986-1990) se dieron pequeños pasos por esta vía, pero no tuvieron fruto alguno.

En ese entonces, Carlos Ossa Escobar, Consejero presidencial sostuvo una reunión con el secretariado de las FARC el 18 de septiembre de 1986. El objetivo del encuentro era establecer el inicio de un diálogo que llevara a la paz. Como resultado, se amplió la vigencia de los acuerdos de La Uribe que tenían la orden de cese al fuego, la no ejecución de secuestros, extorsión, terrorismo, proselitismo político y en general acciones contra la fuerza pública.

Pero la muerte de 27 militares en junio de 1987 por acciones protagonizadas por las FARC, causaron que el presidente Virgilio Barco decidiera romper la tregua e iniciar inmediatamente el combate.

Mientras se adelantaban las operaciones militares contra el grupo guerrillero, aumentaba el exterminio hacia los miembros del partido de la Unión Patriótica (UP) (Movimiento que nació luego de una amnistía otorgada por el presidente Betancourt en los diálogos que su mandato realizó con el grupo de las FARC).

Entre las muertes aún sin esclarecer se encuentra la de Bernardo Jaramillo, de la UP y la de Carlos Pizarro León Gómez (líder del grupo guerrillero M-19), quien murió cuando una bomba explotó en un avión comercial, en donde él viajaba.

En 1988 Rafael Pardo y el presidente Barco fijan una estrategia para llegar a algún acuerdo con los alzados en armas. Pero mientras con las FARC los frutos no se veían, el M-19 respondió al llamado y se inició un proceso que finalizó en marzo de 1990 cuando el M-19 entregó las armas y se convirtió en un movimiento político de gran acogida por los colombianos. En cuanto a procesos con guerrillas, éste fue uno de los logros del mandatario Barco Vargas.

En abril de 1990, el Gobierno invitó a las FARC a modificar su actitud y a contribuir en la consolidación de un proceso de paz.

El Consejero de Paz de ese gobierno, Rafael Pardo, aseguró que las FARC impidieron que el diálogo no diera ningún fruto y colocó como ejemplo los acuerdos de La Uribe. Posteriormente a lo único que se llegó con esta organización fue a las treguas eventuales, ceses unilaterales de fuego en cuatro oportunidades, pero finalmente, Virgilio Barco terminó su periodo presidencial sin mayores avances.

Tercer intento (1990-1994)

En 1990 tomó la presidencia de la República, César Gaviria Trujillo, quien mas tarde fuera
Presidente Cesar Gaviria
secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA). En diálogos con los movimientos guerrilleros, consiguió la desmovilización de la mayor parte
Alfonso Cano, miembro de la delegación de las FARC en el proceso de negociación con el gobierno de Cesar Gaviria
del Ejército Popular de Liberación (EPL), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PTR), el Quintín Lame y las Milicias.

Un posible nuevo diálogo con la guerrilla más antigua del mundo se veía más lejos, luego de una acción de las Fuerzas Militares que atacaron el campamento de La Uribe, donde se mantenía asentado el comando de este movimiento. Corría el 1991, año en que iniciaba la constituyente.

César Gaviria adelantó en la ciudad de Caracas, Venezuela y posteriormente en Tlaxcala Cravo Norte, México, diálogos con la Coordinadora Guerrillera (CGSB) de la que hacían parte las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y el Ejército Popular de Liberación (EPL).

El gobierno de Gaviria se reunió el 15 de mayo de 1991 con la Columna de la Coordinadora Guerrillera, para fijar los inicios de un nuevo diálogo de paz. Como resultado, las partes adelantaron dos nuevos contactos directos, uno en Caracas, desde el 1 de junio, y otro en un lugar que no se especificó.

En la fecha fijada se iniciaron los diálogos en Caracas, allí el gobierno planteó el estudio de un eventual cese de hostilidades, ratificación de los protocolos I y II de Ginebra sobre DIH y la posible participación de la guerrilla en la Asamblea Constituyente. El gobierno planteó cuatro puntos ejes en el diálogo:

  • Cese de hostilidades
  • Presencia de la guerrilla en la Asamblea Constituyente
  • Reinserción y desmovilización

Por su parte, las FARC propusieron que se les dejara participar en una de las sesiones de la Asamblea, pusieron como tema fundamental el desmonte del paramilitarismo y del estado de sitio.

El desarrollo de los puntos contemplados en la agenda, fueron interrumpidos en varias oportunidades por múltiples razones, una de ellas fue motivada por el grupo armado que no aceptaba el planteamiento de cese al fuego y la libertad de los secuestrados.

Otra de las interrupciones fue determinada por el mismo gobierno, después del intento de asesinato contra el presidente del Senado de ese entonces, Aurelio Iragorri Hormaza, del cual salió ileso, pero murieron siete de sus acompañantes.

El intento de golpe de Estado en Venezuela y la situación anormal vivida en ese país, hizo que las partes decidieran cambiar el sitio de diálogo a Tlaxcala, México.

El 10 de marzo se reanudó la ronda de conversaciones en México con la columna guerrillera. Allí estuvieron presentes varios funcionarios del gobierno, voceros de los partidos políticos, gremios, sindicatos y otros estamentos de la vida civil.

En ese época, varias acciones de violencia y la muerte de secuestrados que estaban en poder de los grupos insurgentes que hacían parte de la Coordinadora Guerrillera, pusieron en dificultades las conversaciones. Ante esto, Alfonso Cano, vocero de las FARC, dijo que la Coordinadora Guerrillera no tenía una unidad de mando y que cada grupo actuaba por separado. Esto generó la exigencia del gobierno de concretar el cese de hostilidades, condición que no fue aceptada por la CGSB. Ante la crisis intervino la iglesia católica que cooperó en el regreso de las partes a la mesa, pero las actividades de violencia en el país continuaban.

El 11 de junio el Gobierno declaró oficialmente cerrado el capítulo de las negociaciones. Este se convirtió en un tercer intento, que aunque fallido, dejó en claro que la mejor opción es la salida negociada.

Cuarto intento (1994-1998)

El gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-1998) no avanzó sustancialmente en diálogos con movimientos guerrilleros, pero le dio la oportunidad a la sociedad civil de tener un espacio importante en la búsqueda de la paz. Durante su mandato fue elegido Carlos Holmes Trujillo, quien realizó los primeros acercamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y el Ejército Popular de Liberación (EPL).

Los acercamientos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se realizaron por medio de la Comisión de Conciliación Nacional, que fue creada por la sociedad civil.

Este Consejo aunque no tenía la suficiente autonomía para actuar logró en conjunto con el Comité Nacional de Paz un acercamiento con el ELN. Aún así, a pesar de los llamados del presidente Samper al diálogo, la guerrilla de las FARC consideró su mandato como ilegítimo y prefirieron esperar a las nuevas elecciones presidenciales. Fue cuando se inició el proceso de paz con Andrés Pastrana Arango.

Quinto intento (1998-2002)

Desde la misma campaña presidencial se consolidó la intención tanto del grupo de las FARC, como
Reunión entre Andrés Pastrana y Manuel Marulanda Vélez el 9 de junio de 1998
la del en ese entonces candidato Andrés Pastrana, de iniciar un proceso que llevara finalmente a la paz.

El proyecto político de Pastrana a desarrollarse en el periodo de 1998-2002, se resumía en tres importantes vertientes:

  • Diálogo con la guerrilla
  • Plan de desarrollo para la paz
  • Reforma política

Entre las estrategias realizadas para el buen ambiente de los diálogos se estableció la Zona de Distensión, conformada por cinco municipios del Meta y Caquetá que fueron desmilitarizados. El área neutral, como también fue denominada, se convirtió en el centro de atención durante los tres años que duró el quinto intento de paz.

Paralelo a las negociaciones con las FARC, el gobierno inició también importantes acercamientos con el ELN, grupo con el que sostuvieron conversaciones en La Habana, Cuba.

Los notables avances con estas agrupaciones dieron pie para que por decreto se le diera carácter político a las FARC y al ELN.

En estas negociaciones tomó protagonismo la intervención del sector internacional tanto en el financiamiento, como directamente en el proceso.

Lamentablemente las conversaciones con el grupo guerrillero de las FARC estuvieron paralelas a ataques, secuestros y demás actividades violentas que llevaron a que el 20 de febrero el mandatario públicamente dio por terminado el proceso de paz y de la Zona de Distensión, luego del secuestro de un avión de la aerolínea Aires en donde viajaba el senador Jorge Eduardo Gechem Turbay.

El 27 de septiembre de 2001 la llamada Comisión de Notables, creada por las partes, entrega un documento con sugerencias para luchar contra el paramilitarismo y disminuir la intensidad del conflicto mediante una tregua bilateral inmediata.

El 5 de octubre de 2001 el Gobierno y las FARC suscriben el Acuerdo de San Francisco de la Sombra, que les compromete con la inmediata discusión de un cese el fuego.

Tras el secuestro y asesinato el 7 de octubre de 2001 de la ex ministra de Cultura Consuelo Araújo Noruega, Pastrana prorroga hasta el 20 de enero de 2002 la vigencia del área neutral, pero anuncia mayores controles sobre la zona de distensión.

El 17 de octubre de 2001, las FARC se levantan de la mesa y piden el levantamiento de las nuevas medidas de control, declarando el 25 de diciembre de 2001 que el proceso sigue en crisis.

El 8 de enero de 2002, los delegados del Gobierno y de las FARC terminan una nueva reunión sin acuerdos y convocan otra para el día 9. La guerrilla hace públicas nueve cartas abiertas a personalidades y sectores nacionales e internacionales, en las que responsabilizan al Gobierno de un eventual fracaso del proceso.

El Gobierno da por terminada el 20 de febrero de 2002 la llamada "zona de distensión" a raíz del secuestro del senador Jorge Eduardo Gechem, días antes de que el Ejército recuperó el control del área.

Sexto intento (2012)

Sitio web oficial de la Mesa de Conversaciones para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en Colombia
El 27 de agosto de 2012, el Presidente Juan Manuel Santos reveló la hoja de ruta
Instalación de la mesa de diálogo FARC-Gobierno de Colombia, en la capital noruega, Oslo.
que se construyó durante casi un año en unas reuniones exploratorias en Cuba.

En su confirmación el Presidente Santos señaló que los diálogos se harían bajo “estrictos parámetros”, uno de ellos que no habría cese de operaciones por parte de la Fuerza Pública. Anunció, además, un “marco legal para la paz”, un mecanismo de justicia transicional que le daría argumentos legales al Gobierno para buscar la reinserción a la vida civil de los integrantes del grupo guerrillero.

Una década después del frustrado proceso de paz en San Vicente del Caguán, durante el gobierno de Andrés Pastrana, las autoridades colombianas y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) instalaron oficialmente el 19 de noviembre de 2012 la mesa de conversaciones en La Habana, Cuba para buscar el fin del conflicto político, social y militar que sufre ese país desde hace más de medio siglo[1], después de que el 18 de noviembre, en Oslo, Noruega, se llevó a cabo la inauguración formal de los diálogos.

La delegación del Gobierno la encabezó el ex vicepresidente Humberto de la Calle Lombana, el ex ministro de Ambiente Frank Pearl, el comisionado de paz, Sergio Jaramillo, Luis Carlos Villegas, presidente del gremio de los empresarios (ANDI), y los generales en retiro Oscar Naranjo y Jorge Enrique Mora.

La delegación de las FARC-EP estuvo conformada por Luciano Marín Arango alias “Iván Márquez”, Jesús Santrich, el llamado “canciller de las FARC-EP”, Rodrigo Granda; el vocero internacional Marcos Calarcá y Andrés París, quien participó en las negociaciones de 2002, y la holandesa Tanja Nijmeijer.

Los diálogos se dividieron en tres fases.

Fase exploratoria

La primera fue una fase exploratoria iniciada el 23 de febrero de 2012, donde en el curso de más de un año, por solicitud expresa del Gobierno de Colombia y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), y respetando el compromiso de confidencialidad acordado, el Gobierno cubano brindó su colaboración y apoyo para celebrar conversaciones exploratorias conducentes a un proceso de paz, a la vez que participó como garante en las deliberaciones. Por solicitud de ambas partes, también sirvió de garante, junto a los Gobiernos de Noruega y de Venezuela, para el traslado a Cuba de representantes de las FARC-EP[2].

Como resultado de esos contactos, se elaboró el "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera".

Instalación de la mesa en Oslo-La Habana

La segunda comenzó en Oslo, Noruega, y conforme declararon las partes, se abrió un proceso de diálogo en La Habana, Cuba, con la garantía del gobierno de Noruega y con el acompañamiento de Chile y Venezuela, comprometido con la paz y con la solución del conflicto histórico en Colombia, teniendo en cuenta la importancia que tiene para el pueblo colombiano y de su trascendencia para América Latina y el Caribe.

Agenda

La agenda de la negociación, sobre la que el gobierno y las FARC-EP iniciaron diálogos formales, tuvo 5 puntos que deberán ser aprobados en su totalidad para lograr un acuerdo final:

  • Desarrollo Agrario Integral
  • Participación Política, las garantías para el ejercicio de la oposición política en general y para los "movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final".
  • Fin del Conflicto como un "proceso integral y simultáneo" que implica la "reincorporación de las FARC-EP a la vida civil —en lo económico, lo social y lo político—, de acuerdo con sus intereses".
  • Solución al problema del narcotráfico
  • Reparación y verdad para las víctimas

Fin del conflicto

Y la tercera, y última fase, el fin del conflicto y la puesta en marcha de los acuerdos a los que lleguen las dos partes.

Cese de operaciones

Como una contribución decidida a fortalecer el clima de entendimiento necesario para las partes que iniciron el diálogo, el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP ordenó a todas sus unidades el cese de "toda clase de operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública y los actos de sabotaje contra la infraestructura pública o privada, durante el periodo comprendido entre las 00:00 horas del día 20 de noviembre del 2012, hasta las 00:00 horas del día 20 de enero del 2013".

La declaración, titulada Abriendo senderos hacia la paz leída por el comandante guerrillero Iván Márquez a su llegada al Palacio de las Convenciones, en La Habana, Cuba, refiere que:

"el cese del fuego unilateral es "una muestra más de nuestra voluntad para generar un medio ambiente político propicio para el avance de las conversaciones, en aras de alcanzar el compromiso de acordar un verdadero Tratado de Paz que ponga fin al conflicto social y armado, como es el anhelo de la mayoría de los colombianos"

El 21 de diciembre terminó el segundo ciclo de los diálogos en La Habana que serán retomados por las dos partes a partir de mediados de enero de 2013.

Funcionarios de las Naciones Unidas en Colombia y de la Universidad Nacional de ese país
Momento en que Olga Virginia González Reyes, funcionaria de la ONU entrega los resultados del Foro sobre Política de Desarrollo Agrario Integral a Iván Márquez, jefe de la delegación guerrillera
entregaron durante un encuentro celebrado en La Habana el 9 de enero de 2013, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) los resultados del foro sobre Política de Desarrollo Agrario Integral celebrado en Bogotá en diciembre de 2012[3].

La entrega cumplió con lo acordado por la mesa de conversaciones entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP que sesiona en La Habana desde el 19 de noviembre de 2012.

Olga Virginia González Reyes, funcionaria de la ONU en Colombia, informó que el documento entregado incluía un balance general del foro. Este reúne las relatorías y ponencias de las mesas de trabajo, así como las propuestas de la ciudadanía.

El representante de la Universidad Nacional de Bogotá, Marcos Alberto Romero Silva, destacó que durante el foro se presentaron diversas propuestas e interpretaciones sobre los problemas de la sociedad rural y sus posibles soluciones, "en un ambiente de convivencia y respeto".

El 14 de enero de 2013, los representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y los delegados de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) retomaron en La Habana los diálogos para continuar la búsqueda de una paz estable y duradera en Colombia.

Humberto de la Calle, exvicepresidente y jefe de la delegación gubernamental afirmó que:

"en este momento, ya estamos en discusiones de fondo, concretas, sobre cada uno de los temas específicos incluidos en el primer punto de la Agenda, el referente a las políticas de desarrollo agrario integral"[4]

Por su parte, Marco León Calarcá, miembro de la delegación de las FARC-EP, comentó que:

"la guerrilla mantiene "la misma disposición que cuando empezaron y la voluntad política para avanzar en los diálogos y crear las condiciones para una paz con justicia social"[5]

El 12 de agosto de 2014, el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) retomaron en La Habana los diálogos de paz.

Este nuevo ciclo tiene como novedad la presencia de las víctimas tras su inclusión en las conversiones, según acordaron tanto Gobierno como insurgencia en el mes de julio, donde se concertó que grupos de víctimas de hasta 12 personas viajarían a la capital cubana para hablar con las delegaciones de paz del Ejecutivo y de la guerrilla durante cinco ciclos a fin de analizar las complejidades del punto de la agenda[6].

Previo al inicio de esta nueva ronda, las partes se refirieron a la creación de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, que posibilitará comprender la complejidad del contexto histórico del enfrentamiento interno, y proveerá de insumos a las delegaciones en la discusión de los diferentes puntos pendientes del Acuerdo General.

Como resultado de cuatro encuentros preparatorios efectuados en julio y agosto, también se decidió crear subcomisiones relacionadas con el punto tres de la agenda pactada, relacionado con el Fin del conflicto, y para abordar las temáticas a debatir con un enfoque de género.

Víctimas del conflicto

Familires y representantes de las víctimas del conflicto armado en Colombia brindaron el 16 de agosto de 2014 sus testimonios ante los negociadores del Gobierno y la guerrillera FARC-EP, de esta forma comenzaron los testimonios de las víctimas del conflicto, que a lo largo de este ciclo alcanzaron un total de 60 representantes de afectados (divididos en cinco delegaciones)[7].

Procedentes de varias regiones de Colombia, las víctimas son muestra de hechos como homicidio en persona protegida, tortura, secuestro, masacre, despojo, desplazamiento y desaparición forzada.

También hay un equilibrio en cuanto a los autores de estos hechos, las FARC-EP, las fuerzas del Estado y los grupos paramilitares.

En las sesiones participaron como moderadores miembros de la Organización de Naciones Unidas en Colombia, del Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional de Bogotá y de la Conferencia Episcopal Colombiana. Asistieron además representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz colombiano, y de Venezuela y Chile, naciones acompañantes de los diálogos.

El 3 de septiembre de 2014, las FARC-EP expusieron 10 propuestas para avanzar en la discusión del tema de las víctimas del conflicto colombiano. Ricardo Téllez, delegado de paz de la guerrilla, afirmó que estas sugerencias se inspiran en el Acuerdo General firmado por las partes en La Habana el 26 de agosto de 2012[8].

Téllez subrayó la importancia de la creación de una Comisión de la Verdad, independiente y autónoma, para aportar al esclarecimiento de las graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

La iniciativa define, en 10 incisos, que las partes acordarán los asuntos relacionados con el mandato, la integración, el funcionamiento y la duración de labores de la Comisión, cuyo trabajo se fundamentará en las voces y testimonios de las víctimas.

Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas

El 21 de agosto de 2014 fue instalada en La Habana la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas (CHCV) compuesta por 12 personas y 2 relatores.

Todos ellos fueron elegidos por la Mesa de Negociaciones y se destacan en el país por sus estudios sobre el conflicto.

  1. Daniel Pecaut: Sociólogo francés y experto en temas de Colombia.
  2. Francisco Gutiérrez Sanín: Investigador y profesor del Iepri, Universidad Nacional.
  3. Gustavo Duncan: Investigador de la Universidad de los Andes.
  4. Jorge Giraldo: Decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de la U. EAFIT.
  5. Vicente Torrijos: Profesor de ciencia política y relaciones internacionales en la U. del Rosario.
  6. María Emma Wills: Investigadora del Centro de Memoria Histórica.
  7. Renán Vega: Profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá.
  8. Alfredo Molano: Sociólogo, escritor y columnista.
  9. Darío Fajardo: Profesor de la U. Externado y gestor de las Zonas de Reserva Campesina.
  10. Jairo Hernando Estrada Álvarez: Profesor de Departamento de Ciencia política de la Unal.
  11. Malcolm Deas: Historiador británico especialista en temas de Colombia.
  12. Sergio de Zubiría: Filósofo, investigador y profesor asociado de la Universidad de los Andes.

Los relatores son Víctor Manuel Moncayo, ex rector de la Universidad Nacional y Eduardo Pizarro Leongómez, ex presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.

Las funciones de la comisión histórica son develar los orígenes y las múltiples causas del conflicto, los principales factores que han facilitado o contribuido a la persistencia del conflicto y los efectos e impactos más notorios del conflicto sobre la población[9]

Subcomisión dialoga sobre el fín del conflicto

El punto 3 de la agenda, denominado "fin del conflicto" y que se dejó para el final de las negociaciones, trata temas tan sensibles como la desmovilización de la guerrilla, la entrega de armas, la reintegración y la seguridad de quienes abandonen las filas, entre otros puntos.

Aunque la discusión de cómo terminar el conflicto tiene un capítulo y un punto exclusivo en la agenda del proceso de paz, en este tema comenzó a trabajar el 22 de agosto de 2014 una subcomisión, de manera paralela al de víctimas del conflicto.

Para ello, el Gobierno delegó a 10 personas, siete de ellas miembros activos de las fuerzas armadas de los más altos rangos y tres expertos[10]:

  • Javier Alberto Flórez Aristizábal, General del Ejército, jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares.
  • Vicente Sarmiento Vargas, Coronel del Ejército .
  • Saúl Rojas Huertas, Coronel del Ejército.
  • Ómar Cortes Reyes, Capitán de Fragata de la Armada.
  • Edwin Chavarro Rojas, Teniente Coronel de la Policía Nacional.
  • Rodrigo Mezú Mina, Mayor de la Fuerza Aérea Colombiana.
  • Juanita Millán Fernández, Teniente de Navío de la Armada.
  • Mónica Cifuentes Osorio, directora jurídica de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
  • César Restrepo Flórez, director Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa.
  • Alejandro Reyes Lozano, asesor Oficina Alto Comisionado para la Paz.

Quienes dirigen la subcomisión son el general (r) del Ejército Jorge Enrique Mora Rangel y el general (r) de la Policía Óscar Naranjo Trujillo, actuales miembros de la delegación del gobierno en el proceso de paz.

La subcomisión discutirá la mejor manera para que la guerrilla se desmovilice, entregue las armas, se reintegre con éxito a la sociedad y en un cese al fuego "bilateral y definitivo". Lo que acuerden sólo se aplicará si se firma el proceso de paz.

La subcomisión no dialogará con la guerrilla sino que será un equipo técnico para darle insumos a la Mesa de Negociaciones. En caso tal de que se firme un acuerdo último, este punto estará bajo la responsabilidad de los negociadores del Gobierno y no de los miembros de las Fuerzas Armadas que hacen parte de la subcomisión de fin del conflicto[11].

Comisión investigadora del paramilitarismo

Tras el comienzo el 1 de septiembre de 2014 del ciclo 28 de las conversaciones de paz en el que las partes abordaron el tema de reparación a las víctimas, las FARC-EP respondieron a la decisión del presidente colombiano Juan Manuel Santos de crear un Comando de Transición y pusieron sobre la mesa su propia propuesta de crear una comisión investigadora del paramilitarismo, que deberá indagar sobre orígenes, principales autores y sustentos económicos que avalan esa modalidad represora[12].

Comisión de Géneros

El 7 de septiembre de 2014 quedó instalada la subcomisión de géneros, cuyo propósito es garantizar un enfoque de género en las discusiones sostenidas por el Gobierno de Colombia y las FARC-EP para buscar una salida política al conflicto[13].

El equipo quedó integrado por miembros de cada parte, de uno y otro sexo, y dispuso del apoyo de expertos nacionales, de la ONU, y de Cuba y Noruega, países garantes de estas pláticas.

Al presentar la mencionada subcomisión, fueron reconocidas a las féminas como uno de los grupos más vulnerables de la confortación.

Archivos de la mesa de conversaciones

Documentos y Comunicados Conjuntos

El gobier­no de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), decidieron hacer públicos los textos con los acuerdos generales realizados durante los casi dos años de conversaciones entre las partes[14].

Los borradores íntegros de los tres acuerdos parciales alcanzados en el proceso de paz, fueron divulgados el 24 de septiembre de 2014, con el objetivo de una mayor “transparencia” y de frenar especulaciones “malintencionadas” sobre los diálogos.

Se trata de lo acordado sobre el tema de la tierra, la participación política y las drogas ilícitas, los tres temas sobre los que se han cerrado pactos parciales desde el inicio de los diálogos en noviembre de 2012.

Comando Guerrillero de Normalización

El 24 de octubre de 2014, las FARC-EP presentaron el Comando Guerrillero de Normalización del conflicto colombiano conformado por un nuevo grupo de guerrilleros que incluye a dos comandantes, cuatro miembros de su Estado Mayor y una decena de importantes cuadros de la insurgencia[15].

Este Comando se encarga de explorar caminos con altos oficiales del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional de Colombia, en busca de un acuerdo que permita concretar el armisticio demandado por las víctimas del conflicto, así como explorar los caminos y fórmulas para la negociación de un armisticio y la dejación de las armas[16].

Suspensión temporal de las negociaciones

El 17 de noviembre de 2014, el presidente de Colombia, Juan Ma­nuel Santos, ordenó detener temporalmente el proceso de paz por la supuesta retención de un alto mando del Ejército en el departamento de Chocó. Santos instruyó a sus negociadores no viajar a la capital cubana para iniciar el nuevo ciclo de diálogos que debía iniciar el 18 de noviembre, hasta que no se aclarara la detención del general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuer­za de Tarea Conjunta Titán, y dos personas más[17].

El general Rubén Darío Alzate ingresó al Ejército hace más de 22 años y forma parte del grupo de Ca­ballería. Antes de llegar a la Fuerza de Tarea Titán formó parte de la jefatura del estado mayor conjunto, trabajó en la Brigada Móvil 17, en la Es­cuela de Caballería, en el Grupo Me­canizado y en el comando de la Décima Brigada, entre otros cargos.

Referencias