Íncubos

Íncubos
Información sobre la plantilla
Raza de Mitología nórdica
Incubos.jpg
Seres Celestiales
Características
Otros nombres:Zabulón, Isaacaro, Belaam, Alpiel, Efelios o Leviatán

Íncubos. Los demonólogos definen a los íncubos (término que significa “me acuesto sobre ti” y que procede de la palabra latín “Incubare”: yacer) como demonios impúdicos y lascivos que cohabitan sexualmente con mujeres, sin distinción de estado ni edad, para arrebatarles su energía vital.

Demonios íncubos

El demonio íncubo es la contrapartida masculina del súcubo. Un hombre joven, muy atractivo y fuerte que seduce y atrae generalmente a mujeres, a las que atormenta de la misma manera que suelen hacerlo los súcubos.

Existe la teoría de que estos demonios son descendientes de ángeles caídos que han degenerado en succionadores energéticos. Aunque también se dice que, en realidad, los íncubos y los súcubos son el mismo tipo de demonio, que adopta la forma de hombre o mujer según los gustos de su víctima.

Suelen acercarse a todo tipo de mujeres; mayores o jóvenes, casadas, solteras o viudas, aunque comparten con los súcubos su debilidad por las mujeres religiosas y de férrea moral, sobre todo las novicias. Disfrutan sabiendo el dolor y la vergüenza que causarán a sus víctimas al despertar de su espantoso sueño.

Muchas de estas mujeres pueden incluso quedar embarazadas. Cuando esto ocurre existe la posibilidad de que el bebé nacido sea un engendro a disposición de las fuerzas del mal, o un poderoso humano mágico que se decline por hacer el bien. Un ejemplo de este último caso es el del mago Merlín, de quien se cuenta que nació de la oscura seducción de un íncubo a una monja.

Nombres

Varios nombres de íncubos han sido registrados a la largo de la historia (Zabulón, Isaacaro, Belaam, Alpiel, Efelios o Leviatán). Y aunque existen varias teorías sobre su origen, se asegura que descenderían de los nefelines, ángeles caídos en desgracia que engendraron una raza degenerada.

Mito

Si una mujer queda embarazada, dará a luz una persona de fácil control por parte del mal, o con habilidades especiales (como el mago Merlín, hijo de un íncubo y de una prostituta, según una de las tantas versiones de su nacimiento. Otra versión de la conocida leyenda dice que la madre era una monja seducida por el demonio. Otra de las versiones sostiene que la madre era una célibe hija y heredera de un rey menor de Gales del Sur). El íncubo succiona la energía corporal de la persona en el momento de la copulación; de esta manera, vive o se hace más fuerte.

En casos extremos, de acuerdo con quienes los estudian, puede llegar a darle un paro al corazón de la víctima e incluso matarla por la succión energética ocasionada, dejando a la víctima débil. El único caso "catalogado" de íncubo todavía en el siglo pasado, es el de un joven de 22 años, nacido en torno a 1880, considerado tal por su apariencia y el número de asesinatos cometido contra mujeres de su región. Todos lo describieron igual: ojos color miel, el ojo izquierdo en el infierno, cuerpo seductor, una sonrisa hermosa y en la mano derecha una pulsera de acero, que lo ata al mundo mortal y poder seguir apoderándose de más víctimas.

Fuente