Amarilis Savón

Amarilis Savón Carmenate
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NombreAmarilis Savón Carmenate
Nacimiento13 de mayo de 1974
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónGloria Deportiva Judo

Amarilis Savón Carmenate (1974). Judoca cubana. Campeona mundial en los 52 kilogramos en Osaka 2003 y tres veces medallista en Juegos Olímpicos (Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Atenas 2004.

Inicios en el deporte

Nació el 13 de mayo de 1974, en el poblado Los Reinaldos, municipio de Songo la Maya, en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Desde edad temprana se inicio como deportista en el atletismo, en la prueba de los 1 500 metros, donde obtuvo algunas medallas en eventos escolares. También practicó natación, pero a los 13 años se decidió definitivamente por el judo, debido a su temperamento hiperactivo y los deseos de aprender a defenderse. Así comenzó a practicar este Arte Marcial adquiriendo sus primeros conocimientos en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) en su provincia natal. Posteriormente, continuó en ESPA en la capital hasta integrar la preselección juvenil y de mayores.

Primeros eventos

Su primer evento de importancia dentro del equipo nacional femenino de judo de la mayor de las Antillas, bajo la dirección del destacado profesor Ronaldo Veitía, fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992. Allí, la jovencita santiaguera de solo 18 años sorprendió a los entendidos, al llevarse la medalla de bronce en los 48 kilogramos. Solo perdió ante la destacada japonesa Ryoko Tamura, a la postre medallista de plata, al caer en la final ante otra estelar, la francesa Cecile Nowak. Ese año ganó el Campeonato Panamericano de Judo en Hamilton, Canadá, donde venció por el título a la venezolana María Villapol. Galardón que le valió para ser elegida la mejor deportista juvenil de Cuba.

Resultados más sobresalientes

Los resultados más sobresalientes para Amarilis en la siguiente temporada, fueron el tercer puesto en el Campeonato Mundial Juvenil, con sede en Hamilton, Canadá, y la medalla dorada en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la ciudad puertorriqueña de Ponce. En 1994 ganó el Campeonato Panamericano de la disciplina en Santiago de Chile, ante la estadounidense Hillary Wolf, a quien derrotó dos años después en la siguiente versión continental de San Juan, Puerto Rico 1996. La judoca santiaguera estuvo varios años compitiendo en los 48 kilogramos, llegó a convertirse en una de las mejores de su peso en el mundo. Siempre resultó muy consagrada en los entrenamientos y cumplía al pie de la letra el plan técnico-táctico que le inculcaban sus entrenadores, razón por la cual siempre tuvo una respuesta para cada ataque de su adversaria. En toda su larga carrera, Amarilis Savón obtuvo tres coronas en Juegos Deportivos Panamericanos, el principal evento deportivo del continente, que se efectúa cada cuatro años. La primera de ellas fue en 1995 en la ciudad balneario argentina de Mar del Plata, donde derrotó a todas sus rivales, incluida en la final a la canadiense Carolina Lepage. Ese año participó en su primer mundial de mayores, en la ciudad japonesa de Chiba, y la cubanita logró una muy meritoria medalla de bronce, división ganada por Ryoko Tamura (JPN) frente a Li Aiyue (CHN). El año 1996 le trajo a Amarilis su segunda cita estival. Los Juegos Olímpicos del Centenario se desarrollaron en la urbe estadounidense de Atlanta. A pesar de sus 22 años, Savón ya poseía una vasta experiencia internacional en eventos de altísimo nivel, por lo que los especialistas la tuvieron en cuenta para entrar en el cuadro de medallistas. Pensar en el metal áureo se tornaba más difícil por la presencia en los 48 kilogramos de la veterana y casi invencible Ryoko Tamura. Y así ocurrió. La santiaguera avanzó en el organigrama sin muchos contratiempos, pero tuvo que conformarse con la presea de bronce, al caer una vez más frente a la estelar japonesa. Igual suerte corrió en el Mundial de Paris al año siguiente. Pasó sin muchos problemas la fase eliminatoria y llegó a la disputa del primer lugar. Su rival era, nada más y nada menos, Ryoko Tamura. Savón puso todo su empeño en los cinco minutos de pelea, pero la historia no cambió. La asiática volvió a imponerse con relativa facilidad. En el Panamericano de Guadalajara, México, Amarilis alcanzó otro lauro, al vencer a la brasileña Andrea Verti. En 1998 obtuvo relevantes resultados en su carrera sobre los tatamis del mundo. Como integrante de la selección de su país, aportó al triunfo por colectivos en la Copa del Mundo de Judo por equipos, que se disputó en Viena, Austria. Intervino en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en la ciudad venezolana de Maracaibo, y refrendó el éxito de Ponce cinco años atrás. Su otro triunfo de interés en la temporada fue en el Campeonato Panamericano de la disciplina con sede en Santo Domingo, República Dominicana, al superar a la argentina Carolina Mariani. Su segundo título en Juegos Deportivos Panamericanos llegó en la ciudad canadiense de Winnipeg, en 1999. Amarilis ganó todos sus combates por ippón (categoría máxima del judo). Ese año tuvo la oportunidad de concretar el sueño de una medalla de oro en citas del orbe para adultos en Birmingham, Inglaterra, pero una vez más tuvo que conformarse con el segundo escaño en el podio de premiaciones, al perder por la medalla de oro con Ryoko Tamura. Con 26 años participó en sus terceros Juegos Olímpicos, los de Sydney, Australia. Su actuación en la capital de Nueva Gales del Sur resultó realmente decepcionante. Perdió en su primer combate, no fue arrastrada al repechage y quedó en el camino. Se frustró otro pleito revancha con Tamura, a la postre la titular. Ese año, en París obtuvo el premio Fair Play (Juego Limpio) que otorga la Federación Internacional a la judoca de mejor comportamiento en los tatamis. Resultó seleccionada por el pueblo entre los 100 mejores atletas cubanos del siglo XX.

Últimas incursiones por el tatami

Amarilis tuvo un retiro involuntario de los entrenamientos y competencias, iba a ser madre. Una vez transcurrido el lógico tiempo para la recuperación, se reintegró a la preselección nacional, pero en la división inmediata superior, los 52 kilogramos. Su regresó fue por todo lo alto. Durante 2002 se mantuvo invicta en la tradicional gira por el Viejo Continente, donde se celebran fortísimos torneos clase A, algunos con categoría de Gran Prix, como el Villa de París en Francia, entre muchos otros, incluida la Copa Fukuoka en Japón. La no participación de la mayor de las Antillas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador por problemas de seguridad con su delegación atlética, impidió que Amarilis alcanzara su tercera corona en el área. El tercer pergamino dorado en Juegos Deportivos Panamericanos se lo agenció en Santo Domingo,República Dominicana 2003. En la capital quisqueyana derrotó en la pelea final a la estadounidense Charlee Minkkin (USA). No había margen a la duda, Amarilis Savón se sentía fuerte y segura en su nueva división y con más confianza en el éxito. Aún le quedaba una asignatura pendiente a la menuda atleta cubana: la medalla de oro en un Campeonato Mundial. Osaka, la bella ciudad japonesa, organizó la cita planetaria. La veterana antillana desafió los límites de peso y de edad y se llevó la ansiada medalla de oro, haciendo trizas los pronósticos precompetencia. A la pelea conclusiva llegó frente a la francesa Annabelle Euranie, de solo 21 años y titular de Europa ese año. El combate, que generó polémicas por algunas decisiones de los árbitros, resultó muy difícil para Amarilis, pues su rival era zurda y mucho más alta que ella, pero en los finales le aplicó una proyección valorada como ippón (similar al nocaut del boxeo) que decretó la victoria. Resultó tan destacado el desempeño de la cubana que en cinco combates la francesa solo pudo marcarle alguna técnica. Con el pergamino mundial, asistió a los que resultarían sus últimos Juegos Olímpicos, los de Atenas, Grecia 2004. Su objetivo era ceñirse el titulo estival. La prestigiosa revista Sport Ilustrate vaticinó un primer lugar para la veterana judoca cubana. Sin embargo, en la fase semifinal y con ligera ventaja, la japonesa Yuki Yokosawa la sorprendió con un ippón a menos de un segundo para que culminara el pleito. Tuvo que conformarse con discutir el bronce y derrotó por técnica de proyección a la atleta argelina Salima Souakri. Fue su tercera presea de bronce en Juegos Olímpicos.

Retiro de los tatami

Después de su actuación en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, decidió retirarse definitivamente de los tatamis. Siempre enfrentó cada competencia con un alto rigor, sin importar cuál fuese su nivel. Nunca subestimó a ninguna contendiente, pues consideró que todas tenían nivel. Con justeza fue nominada entre los 100 mejores deportistas de Cuba en el pasado siglo XX. Tras su retiro, se dedicó a practicar aerobios para mantenerse en forma y como parte del desentrenamiento a que todo atleta de alto rendimiento debe y tiene que someterse por un tiempo. En la actualidad funge como entrenadora.

Fuentes