Amik

Amik
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Personaje de Ficción
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Mascota olímpica de los juegos de Montreal-Canadá-1976
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Castor de color negro con una banda roja, amarilla y azul colocada de forma transversal
CreadorYvon Laroche, Pierre-Yves Pelletier, Guy St-Arnaud y George Huel
Fecha de surgimiento1 de julio de 1932
NacionalidadCanadiense

Amik. Es el nombre de la mascota de los Juegos Olímpicos de Montreal en Canadá en 1976. Fue diseñada a cuatro manos por Yvon Laroche, Pierre-Yves Pelletier, Guy St-Arnaud y George Huel.

Significación

Esta mascota representa a un castor, animal emblemático de Canadá. Su nombre, significa justamente castor en el lenguaje indio de Algonquin, una región al norte del país. Amik representaba la amistad, la paciencia y el trabajo duro que ayudó a la estructuración de Canadá. Fue diseñado estilizado en negro, con una banda roja que contiene el símbolo olímpico.

Historia

Una de las mascotas más conocidas de los Juegos Olímpicos fue Amik. Se trata de un castor paciente y trabajador que contribuyó al desarrollo económico de Canadá cuando el comercio de las pieles constituía la principal actividad de América del Norte. De hecho, fue la piel de este animal uno de los motivos más poderosos que impulsó a muchos colonos a instalarse allí. Este es el animal representativo de Canadá y figura en los escudos de las ciudades de Montreal y Kingston. El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos (COJO), tras convocar a un concurso, eligió un castor en reconocimiento a su trascendencia en la historia canadiense. Se consideró "Amik" el nombre más indicado pues proviene de la lengua algonquina, base de las utilizadas por los indios canadienses. Dicha palabra también recuerda a la francesa, "ami" (amigo).

Éxito comercial

La mascota olímpica, como producto de la industria cultural, es producida y reproducida industrialmente por múltiples formas de comunicación y consumo. Este tipo de reproducción masiva permite colocar a la mascota como signo y objeto en todos los ámbitos, tanto de la esfera pública como de la vida cotidiana. Un inconveniente de esta reproducción industrial es que hace que no se sepa cuál es el original por lo que todas las copias pueden llegar a ser objeto de culto, pero esto puede convertirse en una ventaja. Como todas las mascotas olímpicas Amik invadió rápidamente el mercado. En todas las tiendas de souvenirs de Montreal podía encontrarse un Amik, lo mismo que en los aeropuertos, calles, vestíbulos de hoteles, etc. Con la imagen de Amik se imprimieron miles de tarjetas y se confeccionaron toda clase de prendas. La ingenuidad del castor Amik llevó a muchos millones de personas a trasladarse imaginariamente a los encantadores rincones de los bosques de Canadá.

Fuentes