Arteria facial

Arteria facial
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Diagrama
Arteria facial cara anterior cuello.png
Imagen. Cara anterior del cuello.
8-Vientre anterior del digàstrico
9-Arteria carótida externa
10-Vena yugular externa
11-Arteria facial
12-Vena facial
13-Nervio auricular mayor
14-Cuerpo del hueso hioides.
LatínArteria facialis
GrayTema #144 552
TAA12.2.05.020
Enlaces externos
Dorlands/ElsevierArteria facial
MeSHArteria facial

La arteria facial es una rama importante de la arteria carótida externa, encargada de suministrar sangre a las estructuras de la cara, incluyendo la piel, los músculos faciales, los labios y la nariz. Es una arteria fundamental en la irrigación de la región facial y sus estructuras adyacentes.[1][2][3]

Anatomía

Relaciones anatómicas

La arteria facial mantiene relaciones anatómicas estrechas con varias estructuras a lo largo de su recorrido. En su origen, se encuentra justo por encima de la bifurcación de la arteria lingual y por debajo de la arteria maxilar. A medida que asciende, pasa por debajo del músculo digástrico y el músculo estilohioideo, rodeando el borde inferior de la mandíbula. En este punto, se relaciona con la glándula submandibular, situándose superficialmente a ella.

Al cruzar el borde mandibular, la arteria facial se ubica en el triángulo facial, donde se relaciona con el músculo masetero y el músculo risorio. A medida que avanza hacia la comisura labial, se encuentra en estrecha relación con los músculos orbiculares de la boca y los tejidos subcutáneos de la región labial. Finalmente, en su ascenso hacia el ángulo medial del ojo, la arteria facial se relaciona con el músculo elevador del labio superior y el músculo canino, anastomosándose con la arteria dorsal de la nariz en su término.[4][5]

Recorrido

La arteria facial se origina en la arteria carótida externa, justo por encima de la bifurcación de la arteria lingual. Desde su origen, se dirige hacia arriba y hacia adelante, pasando por debajo del músculo digástrico y el músculo estilohioideo. Luego, cruza el borde inferior de la mandíbula y se curva alrededor de la comisura labial, ascendiendo por la cara hasta llegar al ángulo medial del ojo, donde se anastomosa con la arteria dorsal de la nariz.[4][5]

Ramas

La arteria facial da origen a varias ramas que irrigan estructuras específicas de la cara:

Ramas cervicales

Ramas faciales

Estructura histológica y morfológica

La pared de la arteria facial está compuesta por tres capas:

  1. Túnica íntima: Capa interna de células endoteliales.[7]
  2. Túnica media: Capa intermedia de fibras elásticas y musculares lisas.[6]
  3. Túnica externa (adventicia): Capa externa de tejido conectivo.[2]
  • Forma: Tubular y ligeramente curva.[1]
  • Diámetro: Aproximadamente 2-3 mm en adultos.[3]
  • Longitud: Alrededor de 6-8 cm desde su origen hasta su terminación.[7]

Diferencias con su par del lado contrario

Las arterias faciales izquierda y derecha son similares, pero pueden presentar diferencias en:

  • Longitud: La izquierda suele ser ligeramente más larga.[6]
  • Ramas: Algunas ramas pueden variar en tamaño o distribución.[3]

Variaciones anatómicas

Algunas variaciones comunes incluyen:

Venas satélites

Las venas que acompañan a la arteria facial incluyen:

  • Vena facial: Drena la sangre de las regiones irrigadas por la arteria.[6]

Nervios asociados

La arteria facial está en estrecha relación con el nervio facial (VII par craneal), que inerva los músculos de la expresión facial.[5]

Linfáticos acompañantes

El sistema linfático de la cara está relacionado con los ganglios linfáticos submandibulares y ganglios linfáticos submentonianos, que drenan la linfa de las regiones irrigadas por la arteria facial.[1]

Desarrollo embriológico

La arteria facial se desarrolla a partir de la arteria carótida externa durante la embriogénesis, formando parte del sistema vascular craneofacial primitivo.[9]

Relevancia médica o clínica

La arteria facial es fundamental para la irrigación de las estructuras faciales. Su obstrucción puede causar isquemia facial y déficits en la función muscular.[4]

Patologías asociadas

Diagnóstico y tratamiento

Historia

El estudio de la arteria facial ha sido parte integral del desarrollo de la anatomía y la medicina, especialmente en el campo de la cirugía maxilofacial y la dermatología. A lo largo de los siglos, su descripción y comprensión han evolucionado gracias a las contribuciones de destacados anatomistas y médicos.

Contribuciones tempranas

Uno de los primeros en abordar la anatomía vascular de la cara fue Andrés Vesalio (1543), quien en su obra maestra De Humani Corporis Fabrica realizó descripciones detalladas de las estructuras faciales. Aunque no identificó específicamente la arteria facial, sus observaciones sentaron las bases para el estudio de la vascularización facial.[6]

Siglo XIX: Avances en anatomía microscópica

Durante el siglo XIX, con el desarrollo de técnicas de disección y microscopía, anatomistas como Joseph Hyrtl y Henry Gray refinaron la descripción de la arteria facial y sus ramas. Gray, en particular, incluyó detalles precisos sobre su recorrido y relaciones anatómicas en su obra Gray's Anatomy, que sigue siendo un referente en la actualidad.[7]

Siglo XX: Revolución en el diagnóstico

El siglo XX trajo consigo avances tecnológicos que permitieron visualizar la arteria facial en pacientes vivos. La introducción de la angiografía cerebral en la década de 1920 revolucionó el diagnóstico de patologías vasculares, como aneurismas y malformaciones arteriovenosas. Estas técnicas permitieron a los médicos estudiar la arteria facial en detalle y desarrollar tratamientos más efectivos.[1]

Siglo XXI: Nuevas perspectivas

En la actualidad, el estudio de la arteria facial continúa evolucionando gracias a técnicas de imagen avanzadas, como la angiografía por resonancia magnética (ARM) y la tomografía computarizada (TC). Además, la investigación en embriología y genética ha aportado nuevos conocimientos sobre su desarrollo y variaciones anatómicas, lo que ha mejorado la comprensión de su papel en la salud y la enfermedad.[9]

Referencias

Fuentes

  • Abrahams, P. H., Marks, S. C., Hutchings, R. T., & McMinn, R. M. H. (Eds.). (2004). McMinn’s color atlas of human anatomy (5. ed). Mosby. ISBN: 978-0-7234-3212-8 / 978-0-7234-3213-5. Consultado 10 de Marzo 2025.
  • Santiago, S. (s. f.). Sistema cardiovascular: Anatomía. Infermera virtual. [5]. Consultado 10 de Marzo 2025.
  • Yokochi, C., Rohen, H. W., & Weinreb, E. L. (1991). Atlas fotográfico de anatomía del cuerpo humano (3 ed). Interamericana/McGraw-Hill. ISBN: 978-968-25-1677-1. Consultado 10 de Marzo 2025.