Ateneo de Cienfuegos

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Ateneo de Cienfuegos
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Ateneo de Cienfuegos
Fundación:1922
Disolución:1963
Tipo de unidad:Cultural
Director/a :Sotero Ortega Bolaños desde 1922 a 1928
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Cienfuegos
Publicación:«Atenea»

Ateneo de Cienfuegos. Institución cultural surgida a partir del Centro de Profesionales de Cienfuegos en 1922 por iniciativa de un grupo de intelectuales encabezados por Pedro Modesto Hernández con el propósito de promover los valores de la cultura nacional y local; además de las actividades conmemorativas del aniversario de la fundación de la ciudad, las de carácter artístico-literario, científico, así como las patrióticas para homenajear a José Martí y a diferentes personalidades de la cultura cubana y universal.

Origen, fundación y labor cultural

Surge en 1922 a partir del Centro de Profesionales de Cienfuegos por iniciativa de un grupo de intelectuales cienfuegueros liderados por Pedro Modesto Hernández, con el propósito de fomentar el amor y el culto a la ciudad, por lo que mantuvo como acción principal la organización de los festejos por cada aniversario de la fundación de la ciudad de Cienfuegos.

A partir de 1939 la institución radicó en los altos del Teatro Tomás Terry, ubicado en la calle San Carlos y San Luis.

"Podían ser sus asociados cualesquiera personas interesadas en coadyugar a los fines del Ateneo, sin distinciones de carácter económico, político, racial, religioso o de cualquier otra clase [1]".

Los miembros ateneístas estaban comprometidos no solo con la labor cultural del Ateneo sino también con sus propias aspiraciones y necesidades de la población residente en la ciudad; por lo que el pueblo en general podía disfrutar de sus actos públicos sin discriminación racial alguna. Sus propósitos fueron:

"Difundir las verdades de la Ciencia y las bellezas del Arte (…) Velar en todos los órdenes, por el progreso cultural de Cienfuegos, realizando labor de vulgarización científica y de protección decidida al estudio y la enseñanza. Organizar conferencias, veladas y certámenes, concursos, etc., Crear cátedras libres de enseñanzas diversas y publicar las conferencias en la forma que sea posible[2]".
Pedro Modesto Hernández

Estos principios definieron pautas en la evolución cultural de la ciudad. La amplitud de iniciativas encaminadas por la institución durante estos años permitió un acercamiento a las problemáticas identificadas desde la propia gestión cultural. En él, Cienfuegos tuvo un espacio donde convergieron las más disímiles ideas acerca de una concepción cultural amplia y se expresaron las contradicciones propias del contexto republicano.

De acuerdo con lo estipulado en el reglamento del Ateneo, sus socios se clasificaban como socios titulares quienes presentaban una disertación elegida libremente, sobre alguna materia artística, literaria o científica. Los protectores que colaboraban con los fines de la sociedad y los correspondientes, integrados por extranjeros que merecieran tal calificación y los no residentes quienes no habitaban en la ciudad, pero respaldaban sus objetivos.

El Ateneo se regía por una Junta General integrada por todos los socios titulares y por una Junta Directiva compuesta por un presidente, dos vicepresidentes, un secretario y un tesorero con sus respectivos vices, seis vocales y los miembros de las secciones correspondientes. Las elecciones para renovar la Junta Directiva se realizaban cada dos años en el marco de la Junta General reglamentaria celebrada en el mes de diciembre.

Además, la institución estaba con formada por diferentes secciones de trabajo encargadas de promover la labor cultural y científica; como Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Físicas - Químicas y Físicas - Matemáticas; Ciencias Históricas; Literatura; Periodismo, Artes Plásticas y Pictóricas. Estas secciones se fueron ampliando y en 1936 se creó la Sección de Declamación, encargada de la puesta en escena de las primeras obras de teatro.

Sotero Ortega

Desde su constitución y hasta 1928 estuvo presidido por el Dr. Sotero Ortega Bolaños y durante esta etapa, su actuación fue limitada. Las actividades desarrolladas se circunscribieron a la entrega de medallas y diplomas a personas ganadoras en concursos patrocinados con motivo de la fundación y a una conferencia pronunciada en 1923 por Miguel Ángel de la Torre y Luis G. Costi con los temas El caso de Cuba a través de tres novelas y Cuba y sus detractores, respectivamente.[3]

Entre 1924 y 1925 el Ateneo estuvo en un silencio profundo. Uno de sus fundadores y principal promotor Pedro Modesto Hernández, considerado el “Mecenas de la ciudad”, había muerto. En la prensa local, en los documentos de la institución, así como en las referencias de Florentino Morales se advierte la ausencia de la institución en la vida social.

Sin embargo, después de elegir una nueva directiva en el mes de marzo de 1926 a propósito de lo cual llega a la vicepresidencia el Dr. Pedro López Dorticós, se le imprimió mayor impulso a su quehacer.[4] Para 1927 se había incrementado el número de actividades organizadas y se patrocinó un ciclo de conferencias, donde se destacó la ofrecida por López Dorticós con el tema Dictadura y Democracia.[5]

Durante las elecciones reglamentarias efectuadas en 1928 fue nombrado Presidente, Pedro López Dorticós. Con su liderazgo el Ateneo se consolidó como una de las instituciones más importantes de la cultura cienfueguera. En esta etapa se pronunciaron diversas conferencias de contenido patriótico para fomentar la formación de valores ciudadanos. Sus salones estuvieron abiertos para ponentes de diferentes pensamientos.[6] También se patrocinaron otras sobre temas políticos, económicos, culturales, sociales y de interés para la comunidad.

Esto posibilitó la presencia en su tribuna de destacadas personalidades cubanas y del extranjero, pronunciando conferencias acerca de temas relacionados con la historia y cultura cubanas. Pueden destacarse: José María Chacón y Calvo, Agustín Acosta, Medardo Vitier, Ramiro Guerra, Gerardo Castellanos García, Emeterio Santovenia, Federico García Lorca, Gabriela Mistral, entre otros intelectuales. [7] Diversos temas fueron abordados, siempre desde la perspectiva y valoración de los propios conferencistas, en consonancia con los fines culturales de la institución.

Asimismo, en su local social, inaugurado en 1939 mostraron exposiciones pictóricas y escultóricas. Ejemplo de ello fue la procedente del Estudio Libre de Pintura y Escultura de La Habana en 1938 dirigido por Eduardo Abela. En esta ocasión José M. Chacón y Calvo, Director de Cultura de la Secretaría de Educación de la República, pronunció las palabras de clausura.

También, se exhibieron las obras de los Salones de Humoristas donde sobresalió la obra del caricaturista cienfueguero Juan David Posada; la de Arte Moderno Universal patrocinada por el crítico de arte Robert Altman con la presentación de las obras de los vanguardistas cubanos: Amelia Peláez, Fidelio Ponce de León, Mariano Rodríguez,René Portocarrero y Carlos Enríquez y los cuadros de diferentes artistas locales y extranjeros entre ellos Benjamín Duarte, Pura Carrizo y Mateo Torriente Bécquer; los argentinos Manuel Villarrubia y Lina Labourdette de Villarrubia, entre otros destacados creadores. [8]

Todas estas actividades formaron parte de la estrategia cultural adoptada por José María Chacón y Calvo al frente de la Dirección de Cultura de la nación y al esfuerzo de muchos intelectuales cienfuegueros en su intento por ampliar el acceso a la cultura. Éstas demuestran la pluralidad de sus propuestas, procurando el contacto popular con la mejor producción artística en la Isla. Además, patrocinó recitales poéticos, conciertos musicales y contribuyó a la organización de la Orquesta Filarmónica de Cienfuegos bajo la dirección del maestro Agustín Sánchez Planas. [9]

Durante años, fue protagonista de los homenajes realizados a José Martí para conmemorar su natalicio. A partir de 1932, cada 27 de enero, tuvo lugar la Cena Martiana con el objetivo de exaltar su labor revolucionaria y sus valores. Allí se leían sus poesías, se comentaban sus pensamientos y se analizaba su obra periodística y literaria. Una vez culminada la cena, se colocaba la primera ofrenda floral acompañada de la guardia de honor en el monumento erigido a su memoria en el Parque Central. [10]El homenaje al Apóstol formaba parte de la intención republicana de promover los valores patrióticos que encarnaba su pensamiento martiano.

Por iniciativa de los fundadores del Ateneo, se celebraban anualmente los festejos conmemorativos por la fundación de la ciudad, que casi siempre duraban varios días alrededor del 22 de abril [11]. Estos actos festivos estuvieron apoyados por todas las instituciones locales, el Ayuntamiento de Cienfuegos y el Ministerio de Educación y se caracterizaron por el homenaje a cienfuegueros ilustres y el culto a la cienfuegueridad. [12]

Dentro de estas festividades se destacó por su importancia la celebración del Banquete Anual de los Cienfuegueros Ausentes a partir de 1938, donde se discutían temas relacionados con la prosperidad económica de la ciudad. De manera que los visitantes y los residentes trazaban estrategias para encauzar algunos proyectos económicos, sociales y culturales. Ejemplo de ello fue la creación de Acción Constructiva Pro Cienfuegos (ACPC) en 1938 para concretar proyectos constructivos en Cienfuegos así como la demanda del edificio social del Ateneo. [13]

A partir de 1938 se efectuaba la coronación de Miss Cienfuegos y su corte de honor, actividad relacionada con el concurso del Canto a Miss Cienfuegos. Esta celebración, de gran lucidez, tuvo entre sus objetivos esenciales la recaudación de fondos para apoyar la ejecución de obras de carácter público y la promoción de la literatura y la poesía. [14]

También dentro del programa se concedía la Medalla Anual a las personas e instituciones destacadas por sus competencias literarias, científicas y artísticas, así como por sus servicios a favor de la comunidad municipal. Con ella se reconocía a los cienfuegueros destacados en diferentes ámbitos de la vida social. Las primeras se concedieron en 1939 al caricaturista, dibujante y pintor Juan David; al escultor Mateo Torriente y al entonces Presidente de la República, Federico Laredo Bru. [15]

En este marco, se convirtió en una tradición, colocar tarjas conmemorativas a cienfuegueros ilustres que se distinguieron por sus aportes artísticos, científicos, civiles o sociales. Se pusieron en lugares visibles y en sitios históricos. Las primeras, fueron para los médicos Dres. Sotero Ortega Bolaños y Carlos T. Trujillo y para los periodistas Miguel Ángel de la Torre de Lugoviña y Andrés Alcalá Galiano. En 1946, por ejemplo se colocó un busto al Padre Las Casas en el parque al frente de la Estación de Ferrocarriles. Con este tributo se reconoció tanto el esfuerzo de cienfuegueros destacados, como la labor de un hombre de magnitud universal. [16]

Diferentes concursos se celebraron en estas festividades. El primero de carácter literario se convocó el 22 de abril de 1937 y comprendió los géneros cuento y poesía, además se premiaron trabajos históricos, biográficos, estudios sobre derechos y deberes del proletariado y acerca de la autonomía municipal. Después se convocaron concursos poéticos, musicales, fotográficos, de interpretación de canciones antiguas y modernas, de fabricación de juguetes, de manufactura local, fotográficos y de otras muchas clases. Todos contaban con la participación de alumnos de las escuelas públicas y privadas, con el objetivo de cooperar en la educación de los jóvenes. [17]

El homenaje a las banderas de Cuba y de Cienfuegos fue un acto patriótico en el que participaban las instituciones cívicas de la localidad, escuelas y el pueblo en general. El primer acto de esta índole tuvo efecto en abril del 1946 una vez concluida la Segunda Guerra Mundial y consistió en izar ambas banderas en dos astas junto al Monumento de Martí, mientras se ejecutaban los himnos respectivos. [18]

La máxima expresión cultural de las actividades fundacionales fue la celebración de la Velada Anual. En ella se premiaba el reinado de la ciudad, el poeta ganador del concurso convocado al efecto, se otorgaba la Medalla Anual y contaba con la presencia de un orador de renombre nacional. Se interpretaban diferentes números culturales, protagonizados por los mejores artistas locales e invitados a la velada. [19]

Su quehacer también se amplió a disímiles eventos planificados por las secciones de trabajo que conformaban dicha institución o por la iniciativa de sus miembros. De igual manera, mantuvo estrecha colaboración con otras instituciones del territorio, el Ayuntamiento, la Alcaldía cienfueguera y con la Dirección de Cultura en el país.

"Hablar de la labor desarrollada por El Ateneo de Cienfuegos, resulta innecesario para los que aquí vivimos y seguimos paso a paso, su actuación permanente y entusiasta en todo cuanto significa ensanchar el ámbito de nuestra cultura, tanto científica como artística y elevar el nivel material de nuestro medio, luchando al lado de las instituciones cívicas locales[20]".

Y es que su desempeño creció de acuerdo con la cantidad y diversidad de actividades organizadas. Sin dudas, la producción artística, literaria y científica de muchos intelectuales cubanos fue presentada en sus salones dando cumplimiento a la labor de vulgarización científica concebida en su reglamento. Entre ellas, las concebidas para conmemorar cada aniversario de fundación de la ciudad, alcanzaron enorme prestigio nacional y se consideraron un acontecimiento en todo el país.

Los años cincuenta: novedades, directiva, reglamento y nuevos propósitos

El 3 de diciembre de 1949, en la Junta General Anual se eligió la nueva directiva del Ateneo de Cienfuegos correspondiente al periodo de 1950-1952 y se nombró al Dr. Bienvenido Rumbaut Yanes presidente de la institución; acompañado de otros ateneístas, entre quienes sobresalieron: Florentino Morales y los Dres. José M. Vidal y Fleytes, Pedro Sánchez Borroto y Reinaldo Pino Varas.

En La Correspondencia, periódico de la localidad, se puede leer las declaraciones del Presidente con las intenciones de los directivos recién electos; consecuentes con la labor de promoción cultural:

"Intensificar este año las actividades culturales de tan docto organismo local (…) procurar un acercamiento de voluntades entre los Presidentes de las demás instituciones recreativo, cívicas, patrióticas de Cienfuegos, a fin de coordinar un amplio programa de éxitos y festejos para conmemorar este año el 131 aniversario, en abril de la fundación de la ciudad (…)[21]".

Durante este periodo se aprueba un nuevo reglamento el 3 de enero de 1952, bajo los efectos de la Ley Vigente de Asociaciones. La adopción de éste produjo modificaciones en su funcionamiento interno y se ampliaron sus propósitos. Los fines en esta etapa fueron:

"Difundir las verdades de la Ciencia y las bellezas del Arte; Estimular y desarrollar la cultura en general; Cooperar a la Enseñanza y la Educación; y Mantener el amor a Cienfuegos, honrando sus tradiciones y contribuyendo a su progreso[22]".

Para dar respuesta a estas demandas, pretendieron establecer una biblioteca de carácter público para divulgar la mejor producción intelectual de la época. También sus aspiraciones estuvieron encaminadas a la creación de una revista literaria, artística, científica y de información cultural; la organización de diferentes certámenes, conferencias, concursos, exposiciones; la impartición de cursos libres de enseñanzas diversas y el establecimiento de relaciones con otras instituciones análogas nacionales y extranjeras. El emblema de la institución era el escudo oficial de Cienfuegos con una leyenda circundante que expresaba: Ateneo de Cienfuegos-Cuba.

Emblema del Ateneo

Estos objetivos estaban en correspondencia con las principales directrices que encauzaban el movimiento cultural de la época. Se hacía necesaria la defensa de la cultura nacional y local frente a la penetración e imposición de costumbres y tendencias de la cultura anglosajona. Además, como consecuencia de las insuficiencias del sistema de educación cubano se requería de colaboración para la enseñanza y educación de las nuevas generaciones. La estrategia viable para resolverlo, la orientaron hacia la celebración de los actos conmemorativos por la fundación de la ciudad, pues en ellos podían articular los elementos culturales, la formación cívica y la conciencia moral.

A diferencia del reglamento anterior, en el que la intervención de conferencistas se limitaba a propósitos estrictamente culturales; en éste, los predios del Ateneo estuvieron dispuestos para todas las ideas respetuosamente expuestas y sin partidarismos sectarios. Los temas abordados en su tribuna manifestaron la libertad de pensamiento de los directivos y la amplitud de su horizonte cultural, a tono con las ideas liberales – reformistas que defendían.

Igualmente se introdujeron modificaciones con respecto a los Asociados pues se introdujeron dos nuevas categorías: los Socios de Honor y de Mérito. Los Socios de Honor, residentes o no en Cienfuegos, eran aquellos destacados de manera eminente por su labor cultural; mientras los Socios de Mérito, quienes le habían prestado servicios notables. Con esta regulación, se reconocía el esfuerzo de muchos intelectuales cubanos que durante años habían trabajado a favor del conocimiento y la promoción cultural. En 1951, cuando el Presidente de la República Carlos Prío Socarrás visitó la localidad, el Ateneo lo declaró Socio de Honor, reconociendo sus servicios a favor de la cultura nacional. [23]

Como parte de ese espíritu de involucrar cada vez más actores sociales se redujo la cuota mínima mensual que debían abonar los miembros de la institución de $1.00 a $0.50. Los maestros, quienes formaban parte, tanto de la Junta Directiva como de las secciones de trabajo, sólo debían pagar un mínimum de $0.25. Era un reconocimiento a la labor social que desarrollaban y a su importancia en la formación de los valores cívicos y morales; además, ese gesto estaba en correspondencia con el salario que percibían y con el interés ateneísta de incorporar profesionales del sector educacional.

Aunque formalmente cualquier persona podía ser miembro, sólo podían acceder los intelectuales con una obra reconocida y que disfrutaran de prestigio social. Quedaba así demostrado que la gestión ateneísta estaba en manos de grupo de individuos pertenecientes a la mediana y alta burguesía que la dotaban de un carácter elitista en correspondencia con la sociedad en la que existió.

También se produjeron cambios en relación con su gobierno. A partir de ahora la Junta General, estuvo integrada por todos los socios Titulares y Protectores y por una Junta Directiva compuesta por un Presidente, tres Vicepresidentes, un secretario de Actas, un Secretario de Correspondencia, un Tesorero, con sus respectivos vices y diez vocales. La presencia de los Socios Protectores en su directiva fue un elemento diferenciador.

Se estima que ello estuvo respaldado en la necesidad de obtener fondos para la realización de actividades junto al interés y compromiso que mostraban con respecto a las decisiones adoptadas.

Los nuevos cargos incluidos contribuyeron al dinamismo institucional y facilitaron un mejor desempeño en la proyección social al dividir las funciones administrativas y propiciar espacios para la creación artística. Todos eran desempeñados gratuitamente, por un periodo de dos años. La Junta General se debía reunir una vez al año, en el mes de enero y cada dos años para celebrar elecciones, mientras la Junta Directiva debía hacerlo todos los meses. Otra novedad estuvo en el hecho de que en las elecciones generales del bienio 1956-1958 se eligieron dos vocales más, en cada sección de trabajo, para llegar a cinco miembros en cada una de ellas.

A partir de las elecciones reglamentarias celebradas en 1954, se incorporó la sección de Arte Fotográfico. El desarrollo alcanzado por esta especialidad estuvo encabezado por el Club Fotográfico de Cienfuegos. Los resultados obtenidos en los concursos convocados en cada aniversario de fundación propiciaron el surgimiento esta sección. La fotografía se incluyó al programa artístico de la asociación. Con respecto a la disolución de la sociedad, este reglamento mantuvo las disposiciones del anterior. Por lo tanto, dado el caso quedaría en manos de las dos terceras partes delos miembros en la Junta General Extraordinaria convocada al efecto. Se establecía además, que los fondos y propiedades se destinarían a algún establecimiento de enseñanza, biblioteca o institución cultural que se determinara. Por su parte, las modificaciones sólo podían efectuarse, por acuerdo de las dos terceras partes de los miembros Titulares y Protectores.

Durante 1950 y hasta abril de 1957 el Ateneo continuó celebrando su acostumbrada programación cultural pero a partir de 1958 cesaron sus actividades públicas. Esta actuación estuvo condicionada por la suspensión de las garantías constitucionales impuesta por la dictadura de Fulgencio Batista desde 1952 y por la difícil situación política del país, apremiada por la lucha armada encabezada por Fidel Castro que estuvo al frente del Movimiento 26 de Julio en la Sierra Maestra. Todo lo cual se agudizó en Cienfuegos al producirse el levantamiento armado popular para derrocar el régimen batistiano el 5 de septiembre de 1957, junto a la brutal o la represiva desatada por la tiranía después de la Huelga del 9 de abril de 1958 que cobró las vidas de líderes y ciudadanos en todo el país.

Ese año el Ateneo estuvo sumergido en un profundo silencio. Los intelectuales burgueses reunidos en él, prefirieron mantenerse al margen de la lucha revolucionaria ante estas circunstancias y eludieron las actividades culturales públicas. No obstante, ejecutaron acciones de menor alcance pero igualmente comprometidas con la promoción cultural desarrollada en tiempos más favorables; la publicación de un folleto sobre las instituciones culturales cienfuegueras y la edición de un disco con música de autores locales, se cuentan entre éstas iniciativas.

A finales de 1958 la situación política se agudizó. La lucha armada se intensificó y el régimen batistiano se estaba desmoronando. El primero de enero de 1959 triunfó la Revolución y con ella un nuevo pensamiento creador e inclusivo manifiesto en una concepción diferente acerca de la cultura y el arte.

A pesar de las reformas introducidas en la práctica ateneísta: directiva, reglamento, secciones y nuevos propósitos a partir de las elecciones de 1950, el triunfo de la Revolución le impuso otras condicionantes a su labor de promoción cultural. El Ateneo de Cienfuegos no pudo sustraerse a ellas y requirió convocar otras elecciones y renovar su directiva, abriendo con ello su última etapa hasta 1963.

Años posteriores al Triunfo de la Revolución

Con el triunfo de la Revolución en enero de 1959, se modificó radicalmente el escenario nacional. En el ámbito de la cultura surgieron instituciones nuevas que operarían un alcance más democrático, a lo cual debió atemperarse el Ateneo y enrumbarse hacia nuevos proyectos. En esta línea se realizaron elecciones generales; se elige una nueva directiva y comienzan a realizarse otras actividades más apegadas al proceso revolucionario.

Se realizaron varios concursos escolares y artísticos, se proyectaron documentales en el local social y existió un vínculo más estrecho entre los directivos y la población de la ciudad. La institución promovió actividades propias de las circunstancias históricas, ejemplo de ello un concurso dedicado a la reforma agraria. Aunque es preciso señalar que, durante esta etapa, el numero de actividades fue menor.

Ya desde 1961 se comenzó a festejar el aniversario de la fundación de la ciudad bajo los auspicios del Gobierno Municipal Revolucionario, función que pasó en 1962 al Consejo Municipal de Cultura, pero el Ateneo continuaba realizando sus acostumbrados actos de difusión cultural.

El 15 de enero de 1963 se extinguió como asociación y al finalizar dicho mes entregó su local y sus pertenencias al Coordinador Municipal de Cultura, para la instalación en el del Centro Dramático Provincial [24].

Referencias

Fuentes

  • Bustamante Fernández de Luanco, Luis J. Diccionario Biográfico Cienfueguero/ Luis J. Bustamante Fernández de Luanco..—Cienfuegos: Editorial Imprenta La Moderna,1931. —189p.
  • Casas Triana, Aneilys. La contribución cultural del Ateneo de Cienfuegos 1922-1949/ Aneilys Casas Triana; Massiel Delgado Cabrera, tutor. — Trabajo de Diploma, Universidad de Cienfuegos, 2015— 93h.
  • Colectivo de autores. Historia de la Provincia de Cienfuegos La Neocolonia Inédito. [s.l.]. [s.n.]. [s.p].
  • Cuba. Academia de Historia de Cuba. Gobierno Provincial de Las Villas. Las Villas. Álbum-Resumen Ilustrado, Industrial, Comercial, Profesional, Cultural, Social y de Turismo Interprovincial/ Gobierno Provincial de Las Villas. —Las Villas: Editorial Imprenta La Milagrosa, 1941. —127p.
  • González Rodríguez, Generoso. Las artes escénicas en el Ateneo de Cienfuegos/ Generoso González Rodríguez..—Cienfuegos: Editorial Mecenas, 2006. —39p.
  • Melians García, Ángel Enrique. El Club Rotario de Cienfuegos. Surgimiento y actuación (1919-1960) pág.54/Ángel Enrique Melians García; Haens Beltrán Alonso, tutor.— Trabajo de Diploma, Universidad de Cienfuegos, 2015— 55h.
  • Morales Hernández, Florentino. El Ateneo de Cienfuegos: breve panorama histórico/ Florentino Morales Hernández..—Cienfuegos: (s.n.), 1985. —11p.
  • Rodríguez Pérez, Sandy. El Ateneo de Cienfuegos: huella indeleble en la promoción de la cultura cienfueguera (1950-1958) / Sandy Rodríguez Pérez; Massiel Delgado Cabrera, tutor – Trabajo de Diploma, Universidad de Cienfuegos, 2016 - 55h.
  • Sampedro Muñoz, Noel. La Fundación Cultural Oasis Teosófico Martiano en el período 1950-1959. Un estudio desde la historia local (1950-1960) / Noel Sampedro Muñoz; Nereyda Moya, tutor. — Trabajo de Diploma, Universidad de Cienfuegos, 2010— 90h.