Babosa cupido-ninja
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Babosa cupido-ninja. Moluscos de la clase gastropoda. Si hay unas criaturas de las que viene a cuento hablar por San Valentín son los caracoles y babosas que lanzan “dardos del amor” a sus parejas para mejorar sus posibilidades de fecundación.
Ibycus rachelae
La babosa Ibycus rachelae fue descubierta en los bosques montañosos de Malasia, en las zonas altas de la jungla de Gunung Kinabalu, hasta los 1.900 metros de altitud, en la zona conocida como Borneo en 2010.
Este caracol destaca en un primer momento porque su cola es tres veces más larga que su cabeza, lo que le permite enrollarla para dormir. Aunque se le conozca como caracol ninja, en realidad es una “semi babosa”, porque su caparazón no es lo suficientemente grande como para albergar y retraer todo su cuerpo en él, como hacen todos los caracoles.
Los dardos de amor
Lo que es menos común en este animal es que durante el apareamiento, la babosa libera un “dardo de amor” hecho de carbonato de calcio, el cual inyecta una hormona a su pareja que aumenta las posibilidades de reproducción.
La nueva especie dispara a su pareja estos dardos, de ahí su apodo de babosa ninja. Los científicos creen que este comportamiento similar a Cupido puede aumentar el éxito reproductivo.