Bernardo José de Urrutia y Matos

José de Urrutia
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NombreBernardo José de Urrutia y Matos
NacimientoEspaña
Fallecimiento20 de junio de 1752
La Habana, Cuba
ResidenciaCuba
OcupaciónAbogado

Bernardo José de Urrutia y Matos. Abogado español del siglo XVIII residente en Cuba. Representaba los intereses de los accionistas habaneros de la Real Compañía de Comercio de La Habana y para la cual elaboró y elevó a la Corte Española en 1749 un compendio estadístico que trataba las ventajas que ofrecía a la metrópoli esta compañía.

Síntesis biográfica

Nació en España en el siglo XVIII. Estudió leyes y residió en La Habana, Cuba.

Trayectoria

Representante y escritor

Representó los intereses de los accionistas habaneros. Por ello elaboró un compendio estadístico "Resumen de los intereses y posibles aumentos de la Isla de Cuba en cuanto comerciable, según el presente estado de sus negocios y gobierno", que trataba sobre las supuestas ventajas que ofrecía a la metrópoli española la Real Compañía de Comercio de La Habana como ejemplo de apertura comercial entre España y su colonia de Cuba.

Este documento se conserva en los archivos españoles[1] y constituye el más antiguo estudio sobre la economía cubana que ha llegado a la actualidad

También se tiene noticia de otro manuscrito suyo ya desaparecido “Historia de los principales edificios de La Habana”[2] prueba del interés que ya despertaban en su época los componentes del medio urbano como objeto de atención intelectual.

Lucha contra la prostitución

En la trayectoria pública de Bernardo de Urrutia se destaca, como una permanente obsesión, su lucha por erradicar la prostitución, lacra que él ─como algunos de sus contemporáneos─ ingenuamente pensaba eliminar con la creación de una Casa de Recogidas. La más antigua constancia documental de este empeño se encuentra en una de las mandas de su primer testamento, otorgado en 1740, en la cual imponía quinientos pesos con ese fin.

La asunción del mando político-militar de la Isla por el mariscal Juan Antonio Tineo y Fuertes, en 1746, significó para Urrutia una posibilidad real de plasmación de su idea. Su rápido fallecimiento, el 21 de julio de ese mismo año, dio al traste con las ilusiones de Urrutia y poco pudo hacer

En 1749, durante su ejercicio como Alcalde Ordinario de facto de la Jurisdicción de La Habana, impuesto por el gobernador Cajigal de la Vega, Urrutia emprendió una cruzada personal con la vana intención de moralizar la ciudad. En ella, además de la persecución de los duelistas, jugadores, ladrones, perjuros, destiladores clandestinos de aguardiente, vagabundos, no podía faltar el propósito de erradicar la prostitución, esa vieja obsesión suya, nacida de su fanatismo religioso. En su lucha por extirpar lo que el denominaba "el vicio de la incontinencia escandalosa", a lo largo de aquel año puso en la cárcel a 88 mujeres. De ellas, deportó tres a La Florida, obligó a otras a casarse y a más de 25 a servir como criadas, y el resto, o se fueron de La Habana o se ocultaron

Pero lo más singular de la cruzada de Urrutia no fue lo antes dicho, sino que instaló una jaula en una de las principales plazas de la villa, para encerrar en ella a las "escandalosas incorregibles", a la vista de toda la población. Urrutia y su jaula protagonizaron uno de los episodios más insólitos de la historia social habanera. Pretendía combatir el escándalo con el escándalo y exponer a mujeres a la vergüenza pública en una especie de picota moral.

Muerte

Falleció el 20 de junio de 1752, sin haber alcanzado su propósito institucional, la creación de la Casa de Recogidas de La Habana, que sólo se haría realidad más de dos décadas después de su muerte.

Referencias

Fuente