Cáncer bacteriano de los cítricos

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Agente transmisor:Xanthomonas axonopodis pv. citri
Región de origen:Asia

Cáncer bacteriano de los cítricos. El cáncer de los cítricos se manifiesta en los frutos por la aparición de pequeñas manchas amarillas con un punto marrón en el centro, los cuales van aumentando de tamaño, ocupando gran parte de la cáscara del fruto. Estas manchas son salientes muy superficiales parecidas a verrugas, en estado avanzado la enfermedad provoca rompimiento de la cáscara.

Histológicamente las lesiones de cáncer de los cítricos se caracterizan por hiperplasia de los tejidos (excesivas divisiones mitóticas de las células), característico del cáncer.

Hospedantes

La mayoría de los huéspedes conocidos son de la familia Rutaceae, siendo los del género Citrus los principales de importancia económica como la toronja, naranja, pomelo, cidra, etc., son hospedantes, aunque no todos con la misma intensidad de ataque y que también se ha observado ataque en una no rutaceae, Lansium domesticum.

La toronja (Citrus paradisi) y la naranja agria (C. aurantium) son más susceptibles; la naranja trifoliada (Poncirus trifoliata) les sigue en susceptibilidad y luego la lima (Citrus aurantiifolia), la naranja dulce (C. sinensis), el limón (C. limon), la naranja satsuma (C. nobilis), el pomelo (C. grandis). La mandarina (C. reticulata), el calamondín (C. mitis) y el citrón (C. medica) son resistentes.

Las especies silvestres Fortunella trifoliata, F. hindesii, F. japonica y F crassifolia, son susceptibles.

Distribución geográfica

El cáncer de los cítricos probablemente se originó en el Sudeste de Asia, posiblemente en China donde primero se observó en 1865 y de donde se diseminó a todas las zonas citrícolas del mundo, apareciendo en Asia, luego en África, Oceanía y Sur América.

La distribución geográfica de X. axonopodis pv. citri difiere por los varios tipos de cáncer. El cáncer A (cáncer asiático), se encuentra en Asia, Sur América, Oceanía y los Estados Unidos; el cáncer B (cancrosis B), en Sur América; el cáncer C (cancrosis de la lima Mexicana), en Brasil.

Descripción y biología del agente causal

Hay distintas formas de la enfermedad cáncer de los cítricos causadas por varios patovares y variantes de la bacteria Xanthomonas axonopodis pv. citri. La diferenciación de las formas se basa en el rango de los hospedantes, características fisiológicas y culturales, sensitividad bacteriófaga, serología, homología ADN – ADN, y la reacción de la cadena de polimerasa (PCR siglas en inglés) y otras.

La forma asiática del cáncer (cáncer A), causada por X. axonopodis pv. citri es la forma más severa y más ampliamente diseminada de la enfermedad. La cancrosis B, causada por X. axonophodis pv. aurantifolii (Hasse) Vaut; es un problema serio en limones en Argentina, Paraguay y Uruguay; lima, naranja agria y pomelo son susceptibles; la cancrosis B causa lesiones del tipo de cáncer en frutas, hojas y ramas, y aunque son similares, son más pequeñas que las producidas por la forma A.

En cultivo, la bacteria de la cancrosis B crece más lentamente que la bacteria del cáncer A en agar nutritivo; un medio específico que contenga sacarosa, pectona, sales y agar purificado se ha desarrollado para esta forma. La bacteria de la cancrosis B aislada se puede diferenciar serológicamente de la bacteria del cáncer A, pero no de la bacteria de la cancrosis C aislada. La cancrosis C, también causada por X. axonopodis pv. aurantifolii, ha sido aislada de la lima en Brasil. Los síntomas son los mismos que los del cáncer A. La otra forma es la forma D de la que se habló en el acápite anterior.

Xanthomonas axonopodis pv. citri (Hasse) Vaut. es gram negativo, tiene forma de bastón y un solo flagelo polar. El crecimiento es obligadamente aeróbico. Las colonias en medio de cultivo generalmente son amarillas debido al pigmento Xantomonadina que producen. La temperatura máxima de crecimiento es de 35°-39° C, siendo la óptima 28°-30° C. Para la identificación y clasificación se usan las técnicas enumeradas anteriormente.

Esta bacteria sobrevive en lesiones en hojas, tallos, frutos y también en madera de ramas por varios años. Cuando hay exudado en las lesiones se puede dispersar para infectar y formar nuevos crecimientos. La lluvia llevada por el viento es el principal agente de dispersión y vientos a velocidades de 28.8 km/h (18 millas/h) o mayores ayudan a las bacterias a penetrar por los estomas, poros o heridas hechas por tormentas, insectos y arenas de ventiscas.

La poda causa heridas que pueden ser infectadas. La bacteria se multiplica mientras las lesiones crecen y el número de bacterias que se produce en una lesión depende de la susceptibilidad del huésped. La bacteria es activa en los márgenes de la lesión, en hojas y frutas hasta que caen, luego mueren por la insolación, sin embargo, las bacterias sobreviven en plantas infectadas que resisten al ataque y están secas y libres de tierra.

Síntomas y daños que ocasiona

Cuando están jóvenes, todos los tejidos de la planta arriba del suelo son susceptibles a Xanthomonas axonopodis pv. citri (Hasse) Vaut., y la máxima susceptibilidad ocurre durante la última mitad de su fase de desarrollo. En tiempo húmedo las células bacteriales exudan inóculo de las lesiones, desarrollan más bacterias y causan mayor enfermedad. Como muchas enfermedades bacteriales el patógeno entra al hospedante a través de estomas y heridas. Ataca hojas, espinas, ramas jóvenes y adultas y frutos.

Bajo condiciones óptimas y durante los primeros 7 días después de la inoculación, aparecen los primeros síntomas en las hojas como lesiones delgadas del tamaño de la cabeza de un alfiler, ligeramente levantadas, dependiendo principalmente de la edad del tejido del hospedante y del cultivar al momento de la infección; alcanzando diámetros de 2 – 10 mm. A menudo las manchas se agrupan cerca del margen de la hoja o en el ápice o en un área restringida; inicialmente casi todas las lesiones son de igual tamaño y circulares, aunque después se vuelven irregulares.

La temperatura óptima para la infección es entre 20° y 30°C; en otras condiciones los síntomas pueden aparecer hasta 60 días después. Según la edad de las lesiones, primero son de color grisáceo y después se vuelven café y aparecen los bordes acuosos, circundados a menudo por un halo clorótico. El margen acuoso puede desaparecer según la edad de la lesión y esta no es tan prominente en cultivares resistentes. El centro de la lesión parece elevarse y ser esponjoso o corchoso, visible a ambos lados de la hoja; luego los centros se hunden como cráteres, los cuales a veces se caen de la hoja creando un efecto como hueco de bala. La defoliación ocurre según la intensidad de la enfermedad en la planta.

En ramas y frutos los síntomas son similares apareciendo lesiones corchosas circundadas por márgenes acuosos. En las ramas no presentan halo clorótico, pero puede presentarse en los frutos. En estados avanzados de la enfermedad, las ramas se secan y la fruta tierna dañada cae al suelo, lo que causa un fuerte impacto visual y económico. Si la rama no se seca, las lesiones pueden persistir por años presentando parches corchosos sobre la corteza. Cuando las ramas, hojas y frutos alcanzan su completo desarrollo y comienzan a madurar fisiológicamente, se vuelven más resistentes a la infección. Es una enfermedad seria y de las más dañinas ya que afecta la apariencia y el sabor de los frutos y causa mayores daños cuando hay defoliación y caída de los frutos.

Medidas fitosanitarias

La primera medida de defensa para prevenir la entrada de la bacteria es establecer estrictas medidas de cuarentena de frutas cítricas, material de propagación, patrones y otras plantas, de áreas infectadas con la bacteria. Inspeccionar con sumo cuidado ropa, herramientas, cajas de embalaje que procedan de países infectados, por lo que el inspector de cuarentena debe de interesarse en conocer la biología del agente causal, signos característicos, y la distribución de la enfermedad, con el fin de tener seguridad sobre lo que se inspecciona.

Si el patógeno ha sido introducido y la enfermedad se ha establecido, se deben destruir los árboles infectados así como los árboles adyacentes al foco, quemándolos en el sitio. El establecimiento de cortinas rompevientos es recomendado para reducir la severidad de la enfermedad, así como el control del minador de los cítricos, principalmente en árboles jóvenes y cultivares que producen frecuentemente renuevos, evitando así medios apropiados expuestos al patógeno.

Aspersiones a base de cobre se recomiendan principalmente durante los primeros 90 días de formado el fruto, manteniendo una capa protectora de cobre sobre la superficie de la cáscara; en caso de que llueva, pueden ser necesarias unas dos o tres aspersiones.

Fuentes

Artículo Cáncer de los Cítricos. Disponible en: "www.oirsa.org". Consultado: 30 de enero de 2012.