Cándido Inchaurraga

Cándido Inchaurraga
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Miembro de la Compañía de Jesús en Cienfuegos, rector del Colegio “Nuestra Señora de Monserrat”.
Nacimientoaño 1877
Bilbao, Bandera de España España
Fallecimientodesconocida por la fuente
desconocida por la fuente

P. Cándido Inchaurraga. Distinguido miembro de la Compañía de Jesús, que ejerció el rectorado del Colegio “Nuestra Señora de Monserrat”, en la provincia de Cienfuegos, Cuba.

Síntesis biográfica

En el Valle de Arratia, Bilbao, nació en 1877 este distinguido miembro de la Compañía de Jesús, que ejerció el rectorado del Colegio “Nuestra Señora de Monserrat”.

Terminados sus estudios en aquella ciudad obtuvo una beca en la Universidad Pontificia de Comillas, fundada por el Marqués de ese nombre, y en 1894 ingresó en la Compañía de Jesús, cursando los estudios de la mencionada compañía en el Colegio “Máximo de Oña”, establecido en el Carrión de los Condes, Burgos.

Labor como pedagogo

Desde 1901 hasta 1905 fue profesor de Retórica y del grupo de Letras en el “Colegio de Monserrat” de Cienfuegos. En 1908 se ordenó sacerdote en Europa y es allí donde termina su carrera en 1909.

Vivía en Manresa, provincia de Barcelona, a raíz de la llamada “semana trágica”, y desde ese lugar lo enviaron sus superiores al colegio que la Compañía de Jesús poseía en las riveras del río Miño, en el pueblo de la Guardia, de la provincia de Pontevedra, para enseñar Historia Universal, Retórica y Lógica.

Frente al Colegio “Nuestra Señora de Monserrat”

De la Guardia pasó a Loyola, en San Sebastián, donde fue Ministro por espacio de 4 años, volviendo de nuevo en Octubre de 1915 a esta ciudad, siendo nombrado desde esa fecha Rector y Prefecto de Estudios del Colegio “Nuestra Señora de Monserrat”, en el que laboró con el mayor interés y el más espontáneo entusiasmo por la educación de la juventud cienfueguera.

Rasgos que le caracterizaban

El Padre Inchaurraga gozó de fama merecida como orador sagrado, siendo elocuente con el púlpito, conceptuoso, y de palabra persuasiva para sus oyentes. Su trato sencillo, ameno y afable despertaba simpatía en las personas que le trataban, revelando al sacerdote de grandes virtudes cristianas.

Contribuyó, en unión de los demás profesores de aquel establecimiento docente, que ocuparía el primer lugar entre los de la provincia de Santa Clara, el mayor brillo de las fiestas celebradas en esta ciudad cuando el Centenario y su acción estaría siempre dispuesta a cooperar en cualquier obra que significara adelanto o progreso para la provincia de Cienfuegos, en el orden religioso y moral.

Muerte

La fuente desconoce la fecha de su defunción, pues la edición del libro Memorias de Cienfuegos fue antes de su muerte.

Fuentes