Céspedes y Agramonte
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Céspedes y Agramonte. Bello texto patriótico en el cual el autor hace un recuento épico de la vida de Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte y Loynaz, defensores de la libertad cubana. Muestra un equilibrio en el análisis histórico, un reconocimiento a la figura de aquellos que, a pesar de las grandes riquezas que poseían, lo echaron todo a un lado para forjar la patria nueva.
Sumario
Circunstancias
Dos líderes importantes de la Guerra de los Diez Años fueron, sin lugar a dudas, Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte y Loynaz. También lo fueron Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García, Vicente García... pero sucede que si estos últimos sobrevivieron a la contienda, los dos primeros cayeron durante sus acciones. Evidentemente, Martí no atesoró vivencias personales de Céspedes ni de Agramante, pero no lo privó de conocerlos a través de la impronta dejada en el acontecer cubano de entonces. Martí fue capaz de apresar su grandeza y escribir sus apreciaciones sublimes sobre estos dos hombres que iniciaron, lideraron y sellaron con sus vidas el compromiso de independizar la patria.
Apreciaciones martianas sobre los héroes
Desde el inicio del texto, el autor plasma con sincera emoción que:
Sobre Carlos Manuel de Céspedes resalta su ímpetu, su arrebato, su purificación, su autoridad desafiante, su fuerza. La grandeza en Céspedes, la destaca Martí en estas palabras:
Y añade:
Del diamante con alma de beso, como describe a Agramonte, exalta su alocado amor por Amalia, su modestia, su negro cabello. Decía que aquel del Camaguey oía más que hablaba, era de elocuencia estimable, se sonrojaba cuando le ponderaban su mérito. Expresó:
Reconoció la máxima estatura del Mayor justamente en su comprensión de la política y actuación de nuestro primer presidente, Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, de quien había sido, sin embargo, gran opositor:
Martí veneró siempre a estos hombres que lucharon durante la guerra que comenzó el 10 de octubre de 1868, en repetidas ocasiones hizo referencia a la trascendencia de su ejemplo para la independencia de Cuba. La última idea de su texto es exaltadora: