Carlos Idelfonso García Sosa

Para otros usos de este término, véase Carlos García (desambiguación).
Carlos Idelfonso García Sosa
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NombreCarlos Idelfonso García Sosa
Nacimiento23 de enero de 1836
Bauta, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento21 de noviembre de 1875
Güines, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónComandante General de Vuelta Abajo
PadresCarlos García y Rodríguez
Juana Dominga de Sosa y Pérez

Carlos Idelfonso García Sosa nacido en Corralillo, localidad de Bauta. Como Comandante General de Vuelta Abajo, hizo su entrada en nuestra historia el 3 de febrero de 1869 y quedó al frente de las tropas mambisas al retirarse por enfermedad el Coronel Loño. Comenzó a identificarse como uno de los jefes más aguerridos de Occidente. Propició un nuevo levantamiento en Guanimar el 1 de mayo del 1869. El 21 de noviembre del 1875 cayó mortalmente herido en una emboscada en el término de Güines.

Síntesis biográfica

Caudillo bautense, nacido en Corralillo, localidad de Bauta, el 23 de enero del 1836. Sus padres fueron Carlos García y Rodríguez, natural de La Habana y Juana Dominga de Sosa y Pérez, oriunda de Guatao. Se desconoce de su infancia y juventud, pero se deduce que poseía una mediana instrucción.

Como  Comandante  General  de  Vuelta  Abajo,  hizo  su  entrada  en  nuestra  historia  el  3 de febrero  de  1869,  cuando  salió  de  La Habana  con  el  oficial  venezolano  José  María  Dumecídica  y  el Coronel  Mariano  Loño,  hacia  el  poblado  de  La  Salud.  Desde  allí  fue  con  12  hombres  al  Mogote  de Candelaria  (Soroa)  donde  debía  encontrarse  con  un  gran  contingente  de  hombres  al  mando  de  Carlos Baliño  y  Piloto,  quien  no  pudo  acudir  a  la  cita  por  haber  sido  arrestado.  En  Soroa,  Carlos Idelfonso enarboló la bandera de la estrella solitaria, lanzándose al llano, teniendo su principal combate entre Itabo y  Las  Mangas  cuando  chocaron  con  la  columna  de  operaciones  de  Vuelta  Abajo,  formada  por  cuatro compañías  del  Regimiento  España  #  5  de  Infantería,  de  una  Sección  de  Lanceros  de  la  Reina,  y  por voluntarios de la zona donde operaban.

Carlos Idelfonso quedó al frente de las tropas mambisas al retirarse por enfermedad el Coronel Loño. Aquel combate fue todo un éxito para el valiente caudillo, quien volvió a enfrentarse al enemigo en la proximidad de San Cristóbal.

El 24 de febrero del 1869 ordenó incendiar dos cañaverales en las proximerías de Güira de Melena, e incendió la casa de un reaccionario en San Antonio de los Baños.

Estos esfuerzos no fueron ignorados por los dirigentes de la Revolución. Prueba de ello son las proclamas emitidas por Carlos Manuel de Céspedes y Manuel de Quesada a los combatientes de Occidente, en los días en que se adoptaba en Guáimaro al Gobierno de la República en Armas, que decían textualmente:

"Guáimaro, 10 de abril de 1869. Conciudadanos del Dpto. Occidental: Si no os cedo la fortuna de ser los primeros en empuñar las armas, no fuisteis tampoco los últimos en escuchar la voz de la Patria que llamaba a la Revolución. Vuestro apoyo moral y vuestro auxilio respondieron desde el primer instante al llamamiento de vuestros hermanos de Occidente y el Centro."

Por su parte, el General Quesada escribe otra nota: "¡Soldados de Occidente!: Conozco vuestros heroicos trabajos y los venero. Conozco la desventajosa situación en que os halláis con respecto a nuestros opresores, y me prometo mediarla. Yo os envío el homenaje de mi admiración y el auxilio de mis armas."

Carlos Idelfonso comenzó a identificarse como uno de los jefes más aguerridos de Occidente. Propició un nuevo levantamiento en Guanimar El 1º de Mayo del 1869 por los hermanos José y Pedro de la Osa Quiñones, quienes tenían el mando de este alzamiento. En una ocasión, Pedro recibió una herida accidental en la mano, de tal envergadura, que causó desaliento en sus hombres que comenzaron a desertar. Ante tal situación, Carlos Idelfonso dispuso de tres de sus mejores hombres para que cubriesen la retaguardia con la orden de fusilar a los que trataran de huir, acabando así con el pánico existent.

En aquel año, el gobierno español, como represalia, retuvo a la esposa y dos hermanas de Carlos Idelfonso que vivían en las proximidades de Güira de Melena, a las que obligaron a hacer el recorrido a pie y amarradas, hasta el presidio que existía en San Antonio de los Baños, que distaba unas cinco leguas y en cuya cárcel las recluyeron con los presos comunes, "por el alto delito de ser familia de Carlos Idelfonso García."

Este hecho dio motivo a que la prensa cubana de la emigración comentara de sus operaciones en las dos Provincias. Su audacia lo hizo penetrar personalmente en Guanajay, donde saqueó el almacén de víveres de Martínez Rico llevándose todos los comestibles. Posteriormente le dio candela a la casa de tabaco que tenía Francisco Acosta (reaccionario) en la finca Santa Rosa (actual Cayo La Rosa).

El 26 de agosto del 1869 ocurrió un hecho insólito: El caudillo se presentó a las autoridades españolas, lo que causó gran sensación y en el que influyeron dos factores:

Primero

La promesa del Capitán General de poner inmediatamente en libertad a sus familiares.

Segundo

El indulto que el Capitán General Caballero de Ridas le había ofrecido si se entregaba y deponía las armas.

En Prisión

Una vez prisionero Carlos Idelfonso, se llevó a efecto la promesa del Caballero de Ridas, saliendo inmediatamente sus familiares de prisión, los que casi instantáneamente salieron de Cuba, apareciendo días después en Estados Unidos; al parecer, todo esto fue por gestiones de la Junta Revolucionaria. Por su parte, el Capitán General no obtuvo lo que esperaba del indulto, pues le pidió a Carlos Idelfonso que le revelara quiénes lo ayudaban, recibiendo como respuesta lo siguiente:

"Nadie. Todo lo que he hecho es porque me he visto en la obligación de hacerlo". Bajo la amenaza de un "trabuco" una de las formas de torturar usada por los españoles en Cuba lo único que obtuvieron de él fue que revelara la presencia de una veintena de individuos escondidos en Vuelta Abajo, muchos de ellos desertores y el resto inútiles para la vida de campaña.

Unos seis meses estuvo Carlos Idelfonso viviendo bajo amenazas y persecución constante, por lo que volvió a alzarse. En Julio del 1870 Carlos Idelfonso se encontraba operando en Bejucal. En Septiembre tuvo un combate con los voluntarios de Guanajay quienes no salieron muy bien librados. El 1 de noviembre se llevó todas las armas del potrero de Santa Teresa que pertenecían a Don José de la Puntilla.

En Septiembre del 1871 fue a Cayo Hueso donde se encontró con Gonzalo Castillo, con el que preparó una expedición. Embarcó para Nueva York en Enero del 1872 presentándose ante Francisco Vicente Aguilera, quien dio el Visto Bueno a aquella expedición.

El 2 de mayo de ese año, desembarcó por la Costa Norte de Pinar del Río, haciendo que los españoles reanudaran su persecución con más interés, reportando su presencia el 25 de mayo entre Guanajay y San Antonio de los Baños, donde eliminó a un grupo de voluntarios españoles.

Por su parte, Carlos Manuel de Céspedes, que concedió gran importancia a la empresa que comandaba Carlos Idelfonso, dio la orden al entonces Coronel González Guerra de invadir Las Villas para apoyar las acciones del bravo mambí en Vuelta Abajo.

Otro bautense que siempre estuvo bajo las órdenes de Carlos Idelfonso fue Amado Pérez Ravelo, quien fue hecho prisionero y fusilado en el 1874, cuando apenas había cumplido los 25 años.

Muerte

El 21 de noviembre del 1875, Carlos Idelfonso García y de Sosa, Comandante de las Tropas Mambisas de Vuelta Abajo, cayó mortalmente herido en una emboscada en el término de Güines. La campaña que había creado no cesó con su muerte. Ni su muerte tampoco mermó la simpatía que por él sentían los que estaban a su lado, y que continuaron la lucha.

Aquella simpatía se mantuvo, por lo que el gobierno español trató de difamar de su figura. Hasta escribieron una novela para calumniarlo, titulada "Razón y Fuerza", del traidor Francisco Cabrera. Hoy su memoria se ha redimido a la luz de la verdadera historia de este bizarro bautense.

Fuente

  • Ing. Ríos González, Omar. Dr. Ordaz Callejón, Eduardo. "Catauro Bautense".