Castillo de la Punta (La Habana)

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Castillo de San Salvador de La Punta
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Fortaleza)
La punta1.jpg
La Punta en la actualidad
Descripción
Tipo:Fortaleza
Localización:La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Uso inicial:Fortaleza
Uso actual:Museo
Datos de su construcción
Inicio:1590
Otros datos
Arquitecto(s):Juan Bautista Antonelli

Castillo de San Salvador de La Punta, conocido popularmente como La Punta o Castillo de la Punta. Se alza a la entrada del Puerto de La Habana. Forma parte del primer sistema defensivo con que contó La Habana junto con el Castillo de la Real Fuerza y el Castillo de los Tres Reyes del Morro.

Estas tres fortificaciones aparecen en el escudo de la ciudad.  El trazado de la fortaleza data de las últimas décadas del Siglo XVI, obra del ingeniero militar Bautista Antonelli. La construcción estuvo a punto de ser detenida en varias ocasiones debido a impedimentos económicos y contradicciones entre Antonelli y las autoridades de la isla; asimismo, en diferentes épocas fue sometida a modificaciones estructurales. Después de una reparación capital, a finales del Siglo XX, se instaló en el castillo el Museo San Salvador de La Punta. Fue declarado en 1982, Patrimonio de la Humanidad junto al centro histórico y al sistema de fortificaciones de La Habana.

Historia

Antecedentes

Durante la primera mitad del siglo XVI se prohibía en San Cristóbal de La Habana cortar leña en los bosques que rodeaban la villa y hacían imposible el acceso a ella desde la zona de la Chorrera, para evitar así crear nuevo caminos que pudieran servir a los piratas.

El 10 de octubre de 1550 el cabildo habanero acordó desmontar el camino entre la antigua fortaleza de Hernando de Soto hasta la Chorrera, para hacer más efectiva la artillería y a su vez, limpiar la manigua existente a las puertas del poblado.

Después del ataque del pirata francés Jacques de Sores, en febrero de 1556, se establecen velas (vigías) en la entrada de la bahía, por sotavento, en un lugar que ya nombraban la Punta. En 1565, mediante Real Cédula, se ordena construir un torreón que tendría seis piezas de artillería y una guarnición de 25 a 30 hombres.

El 21 de enero de 1567, Pedro Menéndez de Valdés, adelantado de la Florida y encargado de las defensas visita el emplazamiento[1], y el 27 de febrero de 1582, Gabriel de Luxán concluye las trincheras de defensa.

Durante el período de Diego Fernández de Quiñones en la alcaldía habanera, se construye en La Punta una trinchera con una plataforma de fagina y tierra que un temporal destruye. En 1584 se erigió un fuertecillo de piedra y arena, donde se ubicaron 8 piezas de hierro colado.

Construcción

En los proyectos de sistemas defensivos de las ciudades coloniales del Caribe, intervinieron el maestre Juan de Tejeda y el ingeniero militar Bautista Antonelli, quienes arribaron a Cuba el 2 de julio de 1587.

El plan defensivo de la isla estaba formado por sistema de velas y señales de avisos, plataformas, trincheras, caminos cubiertos, puestos de observación de madera y torres.

El primer sistema defensivo de La Habana se sustentaría en tres edificios: el Castillo de la Real Fuerza, que ya estaba construido, el Castillo de San Salvador de la Punta a la entrada de la bahía, en sotavento y el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro en la costa de barlovento. Ellos permitiría divisar cualquier peligro en las costas y cruzar fuegos si un barco intentara forzar el puerto.

Por mandato del Rey, Tejeda eligió a Diego de Quintanilla como alcaide del Castillo de San Salvador de la Punta, y a Alonso Sánchez de Torroquemada, como alcaide del Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro, mientras que él residiría en la Fuerza.

Los trabajos constructivos comenzaron en 1589. Para ello, Tejeda llegó con un aparejador de cantería, doce oficiales canteros, dieciocho albañiles, carpinteros, herreros y un fundidor de metales, porque las minas de cobre cercanas a La Habana eran de interés para la Corona. La mano de obra estaba compuesta en su mayoría por esclavos, algunos soldados y presidiarios.

En los documentos enviados al Rey, Tejeda y Antonelli se quejaban de la falta de recursos y fuerza de trabajo, de la incapacidad de los obreros, de la indisciplina, del trabajo mal ejecutado además de lo bajo de los salarios, de las intrigas y calumnias de que eran objeto y de las condiciones de vida.

En 1593 ya la Punta se encontraba en condiciones aceptables. A las primeras obras de Tejeda y Antonelli, agregó otras su sucesor Lorenzo de Cabreras. Pero en la noche del 29 de agosto de 1595 una tormenta destruyó gran parte del Castillo. La reconstrucción estuvo a cargo del ingeniero Cristóbal de Rodas.

Durante el siglo XVII se consideró más de una vez que la fortificación debía ser desmantelada y reducida a una plataforma con algunas piezas de artillería y una guarnición de soldados, sin embargo las obras se consideraron siempre no viables.

Fortaleza española

En 1762 una flota inglesa atacó La Habana. La Punta, junto al Morro hicieron frente a la escuadra británica sin que esta intentara forzar el puerto. El castillo resultó particularmente dañado luego de que los ingleses tomaran El Morro y dirigieran el fuego de sus baterías contra él.

Finalizada la dominación inglesa de La Habana, el ingeniero militar Silvestre de Abarca plantea la necesidad de reforzar la guarnición de La Punta con aproximadamente 300 hombres, y ante algún ataque enemigo, con 600, además de colocar dos o más compañías de infantería por la espalda de la fortificación. Más adelante, se decidió, que debía haber también un capitán, un subalterno, dos sargentos, tambor y cincuenta hombres. El Castillo se fortalecía con el primer Batallón de Milicias de Blancos.

A partir de 1763, La Habana comenzó a fortificarse por segunda vez: se replantearon las fortificaciones ya existentes y se construyeron otras, como la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, el Castillo Santo Domingo de Atarés y el Castillo del Príncipe. En la Punta se instalaron cerca de 200 piezas de bronce de México y España.

Durante el siglo XIX, el Castillo de San Salvador de la Punta mantuvo su forma. Contaba con pabellón para el comandante, alojamiento para tropas, capilla, calabozos, almacén de pólvora, aljibe. Su guarnición en tiempos normales era de sesenta hombres con sus oficiales, en condiciones extraordinarias llegaba a 70.

En 1821 se realizan algunas reparaciones. Al parecer la fortificación fue utilizada como prisión, quizás hasta la construcción de la cárcel en la década de 1830. En 1844 muere el capellán, presbítero don Ignacio Ma Olea, y las autoridades eclesiásticas deciden eliminar la capilla.

Desde la explanada de la Punta salían dos ramales del ferrocarril urbano de La Habana. El área exterior, cerca del baularte de Antonelli, se utilizó como plaza de ajusticiamiento. En ese lugar fueron, en 1871, ejecutados 8 estudiantes de medicina.

Con el inicio de la guerra de independencia de 1868, se decidió construir en La Punta una gran batería acasamatada. Se ejecutaron cuatro explanadas para igual número de piezas de artillería moderna, sistema Barrios.

En diversas épocas de su historia La Punta sufrió modificaciones, asociadas al desarrollo de la armamentística y a finales del siglo XIX, ante las pretensiones de ocupación militar de Estados Unidos, pasó a formar parte del Frente Marítimo de La Habana.

Uso durante la República

En el siglo siglo XX La Punta tuvo diversas funciones; fue sede del Estado Mayor de la Marina de Guerra entre 1915 y 1953, y Puesto Naval entre 1953 y 1959[2].

Después de 1959, se conviertió en Escuela de Milicias, y en la década del setenta, fue sede del Instituto Cubano de Hidrografía.

Con la declaración del centro histórico y el sistema de fortificaciones de La Habana como Patrimonio de la Humanidad, en 1982, se acometió la restauración del castillo, que abrió sus puertas como museo en abril de 2002.

Arquitectura

Según los planos de Bautista Antonelli, la planta, adaptada a las irregularidades del terreno, es trapezoidal. Los muros están hechos con piedras talladas en sillares y son anchos e inclinados. Las murallas miden 15 pies de altura y de diez a doce de grueso y veinte pies de terraplén, con tres baluartes, los de Antonelli y Quintanilla que dan hacia la tierra y el de Tejeda que da al mar. Además contaba dos semibaluartes, de San Vicente y San Lorenzo, que finalizaban en los arrecifes. Contaba con alojamiento para sesenta hombres de guarnición, pabellón para oficiales, cocina, la casa del capitán, aljibe, almacén de efectos de artillería, con cinco piezas, calabozos y una capilla, además de agua corriente desde la Chorrera hasta dentro del fuerte.

Después de la reconstrucción de Cristóbal de Rodas, la estructura del Castillo quedó de la siguiente manera:

  • Un cuadrilátero con cuatro baluartes en cada ángulo y sus flancos regulares. Dos al mar, San Lorenzo y Tejeda, y dos hacia la tierra, Antonelli y Quintanilla. Los lienzos o cortinas intermedias tenían aproximadamente cuarenta varas de largo. La cortina que daba al mar, entre los baluartes Tejeda y San Lorenzo, se atrajo más hacia la tierra. Se mantuvo la habitación del comandante, alojamiento para sesenta hombres, capilla y calabozo.
  • Un cuerpo de guardia se encuentra a la izquierda del local de entrada, que conduce a la plaza de armas. Desde ella se accede a varios locales, entre ellos uno alargado, cubierto por una sólida bóveda de piedra con respiraderos, posiblemente almacén de pólvora, y una rampa que conduce al terrado.
  • En el segundo nivel, un local cubierto con techo de madera y tejas de barro, servía de alojamiento a la guarnición en tiempo de paz. Un Parapeto con troneras limita exteriormente el terraplén.

La Punta se encuentra rodeada por un foso poco profundo, excavado en la roca del litoral, como también lo fueron los canales que conducían al castillo el agua, traída a la villa por la Zanja Real. La portada adintelada se destaca por su almohadillado.

Premio Nacional de Restauración

En el 2003 el Castillo de la Punta fue Premio Nacional de Restauración. En abril del año 2002 se concluyó un riguroso proceso de restauración y conservación donde se tuvieron en cuenta los criterios científicos más avanzados en esta actividad. Los trabajos fueron realizados por un equipo multidisciplinario de especialistas de diferentes entidades rectorados por la Oficina del Historiador de la Ciudad. Como resultado de esta intervención se rescataron los espacios originales de la construcción y en ellos quedaron expuestas las piezas recuperadas durante el proceso de investigación arqueológica.

Referencias

Fuentes