Cerdo a la cubana
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El cerdo es la especie animal de mayor consumo en el mundo. Durante su segundo viaje a América, Cristóbal Colón introdujo a este animal en Santo Domingo y, más tarde, llegó a la isla de Cuba.
Historia
En Cuba, esta carne distingue el sello de la cocina cubana o criolla y está presente en las comidas caseras, los restaurantes típicos y festividades de todo tipo, ya sea frita, asada o en salsa, aderezada con bastante ajo, limón o zumo de naranja agria, acompañada con arroz y frijoles negros o congrí, viandas fritas o hervidas. En el campo cubano es todo un ritual preparar el lechón asado al carbón —que generalmente es un cerdo de apenas 3 u 8 semanas de edad—, atravesado por un largo pincho sobre el fuego, donde se cocina lentamente, durante horas, y, mientras esto sucede, la familia y los invitados conversan, beben y degustan, como saladito, porciones del pellejo del puerco tostado y crujiente. Los chicharrones de puerco tampoco faltan en las mesas cubanas; estos deliciosos trozos se cortan de manera que se combinen la piel o pellejo, partes del puerco con abundante grasa y algo de carne, se fríen de manera especial.
A pesar de estar satanizado por algunas religiones —como el judaísmo o la religión musulmana— o por arrastrar la fama de tener abundancia en grasa y colesterol, en ocasiones se desconoce que no es precisamente el puerco el que posee los más altos contenidos de colesterol. En realidad, el cerdo magro tiene menos grasa que la vaca o el cordero y no tiene mucha más que el pollo sin la piel. El cerdo es fuente de proteínas completas y de hierro fácilmente asimilable (mucho más que el de las verduras). Contiene, además, una cantidad respetable del complejo vitamínico B (un bistec de cerdo nos proporciona las vitaminas de este complejo que necesitamos diariamente), vitamina K (tiene cuatro veces más que la col), también nos ofrece fósforo, cobre, zinc y selenio y es una buena fuente de potasio.
Ingredientes
- 2 libras de puerco cortado en trozos (sin grasa)
- 1 taza de jugo de naranja agria
- 1 limón
- 1/2 cucharadita de orégano
- 1/2 cucharadita de comino
- 1/2 cucharadita de pimienta
- 10 dientes de ajo (o al gusto)
- 1 cebolla grande
- 1 hoja de laurel
Modo de preparación
Remueva cualquier exceso de grasa que traiga el puerco antes de prepararlo, luego sazónelo con el jugo de la naranja agria o el limón, cebolla, ajo, orégano, pimienta, comino, la hoja de laurel y déjelo reposar toda la noche, o al menos por tres horas antes de hornearlo.
Póngalo en el horno en un molde refractario al calor, hornéelo por lo menos 2 horas a 325°C, hasta que el puerco esté blando.
Remueva la hoja de laurel y sírvalo con arroz.
Este plato combina muy bien con arroz moros y plátanos fritos.