Chajá (ave)

Chajá
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Clasificación Científica
Nombre científicoChajá torquata
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Aves
Orden:Anseriformes
Familia:Anhimidae

Chajá. Ave que pertenece a la familia Anhimidae y posee una longitud de poco más de 70 centímetros entre la cola y el pico; éste es afilado y pequeño; cuenta con patas largas, robustas y de color rosa; alrededor de los ojos se forma una línea de color rojo y tienen una especie de espolón en la parte anterior de las alas que puede medir hasta 2 centímetros.

Etimología

El nombre Chajá, con el que se conoce vulgarmente a estos pájaros, proviene de la lengua guaraní y puede traducirse como “escapa” o “vamos”. Muy probablemente los guaraníes las bautizaron de esta manera porque es un sonido similar al que producen las mencionadas aves cuando se ven sorprendidas e intentan avisar a las demás sobre la presencia de peligro.

Ave herbívora que suele alimentarse con pasto tierno, lo que hace que muchas veces se le persiga ante la posibilidad de que resulte una amenaza seria para la agricultura. Construye su nido utilizando juncos y las hembras pueden llegar a poner en él hasta 6 huevos.

Ubicación geográfica

Las aves conocidas con el nombre Chajá pertenece a la familia Anhimidae y es originaria de Sudamérica, más precisamente de los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay.

Características

Científicamente reciben la denominación Chauna torquita, y es una especie de ave del orden anseriforme de la familia Anhimidae que habita en buena parte del sur y centro de Sudamérica. Tiene gran tamaño, unos 75 cm. de pico a cola, éste es afilado y pequeño; cuenta con patas largas, robustas y de color rosa; alrededor de los ojos se forma una línea de color rojo y tienen una especie de espolón en la parte anterior de las alas que puede medir hasta 2 centímetros. y se considera un símbolo de las pampas. Es miembro de una familia de aves exclusiva de América del Sur y está emparentado con los Cisnes y los Gansos, aunque a primera vista no se parece a ninguno de los dos grupos.

Los chajás son aves asociadas con ambientes secos abiertos, como estepas o praderas. Según algunos autores, deberían clasificarse en un orden propio.

El cuerpo parece una especie de pavo con cresta, pico pequeño y afilado y una especie de collar en el cuello. Las patas son robustas y largas, de color rosado, y la parte de alrededor de los ojos es rojiza. Vive en parejas y en ocasiones en grupos de alrededor de cien individuos.

Pueden nadar como lo hacen las palmípedas, aunque es más común que caminen sobre la vegetación acuática sin mojarse mucho.

El chajá permanece alerta tanto de día como de noche y con su grito anuncia la presencia de intrusos. Su voz es muy potente; el macho emite dos notas -cha-ja- y la hembra invariablemente le responde: cha-ja-lí. Estos sonidos suelen ser seguidos por un chasquido de menor intensidad producido por el aire que pasa de los sacos aéreos a las celdillas que el ave tiene entre la piel y los músculos.

El grito del chajá aunque monótono, resulta impresionante en medio del silencio de las pampas. Cuando forma bandadas se transforma en coro y puede ser escuchado durante el día y la noche, estando las aves en vuelo o posadas.

El vuelo es fuerte, a tal extremo que se confunden con las águilas y los buitres en el aire. Al igual que estas otras aves, el chajá hace uso de las corrientes termales para alcanzar altura. Se les ven circulando en estas corrientes. En una narración, de las que hemos leído, se menciona que el observador vio un chajá desde que se hizo al aire y llegó tan alto que sólo divisaba un punto. Nosotros no lo hemos visto llegar tan alto, pero sí podemos decir que es impresionante cuando su trayectoria se aproxima hacia el observador.

Por lo general el chajá es un ave de buen temperamento. Tienen bastante tolerancia con aquellos que le molestan. Aunque si se da el caso de tener que defender su territorio, están bien preparados para hacerlo. En cada ala poseen dos espolones córneos que usan en la defensa. Cuando se faja, lo hace dando aletazos. Con frecuencia clavando los espolones en el agresor.

Alimentación

Se considera vegetariana, aunque en ocasiones se alimenta de insectos acuáticos y moluscos. Come semillas, frutos, hojas y brotes de plantas acuáticas y terrestres. En busca de alimento el chajá penetra en todo tipo de humedales obteniendo alimento en el agua, aunque es más común que lo haga en tierra firme como campos próximos al agua donde pasa la mayor parte de su tiempo picoteando para alimentarse, junto con su pareja.

Reproducción

En relación a la reproducción podemos decir que su nido es una gran plataforma de juncos donde pone hasta 6 huevos grandes de color crema (Canevari y Narosky, 1995). Los pichones nacen cubiertos un plumón color marrón amarillento dorado y patas rosadas, después de unos 45 días de incubación. Pereyra (1938) observó las crías detenidamente y señala que al mes notó el inicio tenue del cambio de colorido del plumón ya descrito y a los 5 meses comienzan a salirle las verdaderas plumas del dorso y cola, las que quedan durante mucho tiempo sin crecer y recién cuando tienen todo el cuerpo emplumado empiezan a desarrollar el plumaje adulto, alcanzando alrededor del año el tiempo para tener la librea de los adultos.

Comportamiento sexual

El chajá es monógamo; formada la pareja, ya no se separa más. Popularmente se afirma que al morir uno de los miembros del casal el otro no puede sobrevivir a esta pérdida, pero este aserto carece de fundamento científico. Durante el cortejo, macho y hembra se acicalan mutuamente las plumas de la cabeza y el cuello. Esta actividad se realiza durante tres semanas, aproximadamente, antes de comenzar la nidificación.

Aunque la reproducción puede tener lugar en cualquier época del año, incluso en invierno, los meses en que más abundan los nidos son septiembre, octubre y noviembre.

Frecuentemente, a fines de julio comienzan a trasladar palitos y pequeñas ramas, pero solo un mes después se inicia realmente la construcción del nido. Anida en rincones apartados, en ciénagas herbosas, en la espesura de los juncales, a veces en tierra firme pero siempre muy cerca del agua; otras veces directamente lo hace sobre el agua.

Aspectos culturales

Un ave conspicua como el chajá no podía estar exenta de leyendas y creencias de distinta índole. Una de las leyendas, según refiere Coluccio (2001), narra que: “Dos muchachas se hallaban lavando a orilla del río cuando llegaron Jesús y San Pedro; habiéndoseles pedido agua para beber, le alcanzaron espuma de jabón y por esto fueron maldecidas; al quererse ir, por decir yajá, que en guaraní quiere decir vamos, dijeron chajá y salieron volando transformadas en pájaros. Desde entonces sus cuerpos tampoco sirven para nada, pues dicen que su carne es pura espuma, de donde proviene el conocido dicho popular: ”Pura espuma como el chajá””. De esta misma leyenda hay versiones diferentes en Chaco y en el Uruguay, al menos. En la clásica obra Martín Fierro, su autor, José Hernández, hace referencia en sus versos al chajá, como ocurre con obras de otros autores y en el cancionero popular autóctono.

Fuentes