Convivencia entre parejas.

Convivencia entre parejas.
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Concepto:Unión

de dos personas, con independencia de su orientación sexual, a fin de

convivir de forma estable, en una relación de afectividad.

Convivencia entre parejas.La experiencia de vivir con nuestra pareja es una de las más enriquecedoras que podemos protagonizar, siempre y cuando sepamos que este vínculo se basa en la comprensión y aceptación del otro.

La familia y la pareja

La pareja es el punto de partida de una familia y como grupo humano es de gran importancia para el buen desarrollo de la vida familiar.Al principio de la historia de la familia, cuando aún no existen los niños,la pareja es claramente identificable y muy valorada.

A medida que pasa el tiempo y con el nacimiento de los niños la pareja va quedando postergada ya que los adultos están constantemente en su rol de padres. Esto trae consigo dificultades entre los miembros de la pareja que afectan finalmente a todo el grupo familiar.

Las dificultades generalmente dicen relación con la falta de espacios (tiempos y privacidad) para estar juntos para conversar,pololear y compartir experiencias como pareja (como lo hacían durante el pololeo).Esto puede afectar incluso la vida sexual de la pareja provocando muchas veces problemas difíciles de resolver.

Es de vital importancia que la pareja no pierda sus espacios y que los padres descansen de su rol de padres para estar juntos como pareja.Una familia que mantenga claramente los espacios para la pareja, tiende a tener menos dificultades en sus relaciones familiares e interpersonales.

La negociación inicial

Cuando la pareja se forma, cada uno de los miembros tiene su estilo de vida, costumbres y formas de vivir en familia provenientes de su familia de origen, con la cual ha vivido su historia familiar hasta ahora.En esta etapa ambos deben ser capaces de negociar para establecer una nueva y propia forma de vivir en familia y en pareja, con elementos que cada uno aporta de sus experiencias familiares anteriores.

En esta etapa las expectativas que cada uno tiene sobre cómo debería comportarse el otro, tienden a complicar la convivencia diaria, trenzándolos en pequeñas discusiones sobre lo cotidiano que afectan la relación. Para resolver estas dificultades habituales la clave está en entender que el otro no es como se espera que sea y que las diferencias son la base de esta convivencia que se inicia.

A la luz de estas serán capaces de ir llegando a acuerdos comunes sobre cómo se van a hacer las cosas. El amor que ha unido a la pareja permitirá ceder ante los desacuerdos y aceptar costumbres y conductas que antes no habrían aceptado. La definición en conjunto y el respeto por el otro son los aspectos fundamentales para una convivencia más armónica y grata en esta nueva pareja, en esta nueva familia.

Espacios personales en la pareja

La vida de pareja involucra también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros.Esto significa que cada uno tenga espacios de tiempo para desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos para enriquecer la relación.

Esto genera muchas veces temor de perder al otro cada vez que este intenta buscar estos tiempos para sí mismo, pero el miedo inicial desaparece en la medida que la pareja es capaz de establecer relaciones más profundas y significativas. Es fundamental que esto pueda darse en ambos miembros de la pareja para que no surjan sentimientos de desigualdad e injusticia ante la posibilidad de contar con estos espacios personales.

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Existen algunas parejas que establecen relaciones simbióticas (en las que ambos son como uno solo) que generalmente determinan un estilo de vida solitario, con pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al mundo externo y el rigidizarse demasiado en este estilo de vivir hacia el interior de la familia y la pareja.Esto también puede ser vivido por alguno de los miembros como una pérdida de su identidad personal, provocando sentimientos de rabia y frustración difíciles de enfrentar para ambos.

Expresión del afecto en la pareja

La expresión del afecto es uno de los aspectos fundamentales de la vida de pareja y en cierto modo define la opción de vivir juntos. Por lo general un hombre y una mujer hacen su opción de vivir en común en base a la necesidad de estar juntos y de expresar su amor.

En la medida que la relación va asentándose prevalecen las manifestaciones de afecto pero surge un nuevo universo de experiencias afectivas: el ser padres. Así las manifestaciones de afecto (besos, caricias, actos de ternura entre ambos),que tanta importancia tienen para la vida de la pareja, deben además ser compartidas con la expresión de afecto hacia los hijos.Los actos de ternura y amor del uno hacia el otro no solo son importantes para la pareja sino que constituyen un modelo de relación que genera gran seguridad y confianza en los hijos. Ello además fomenta un aprendizaje de formas de expresar afecto propias para cada familia.

Las expresiones de amor y afecto constituyen un lenguaje común entre los miembros de la pareja,que permite que cada uno externalice sus emociones y sentimientos.Esto genera una mayor profundidad y confianza entre ambos.Los espacios de comunicación afectiva son fundamentales para la pareja y permiten además mejorar la vida sexual,ligándola a la afectividad.

Ciclos de vida en la pareja

A lo largo de la vida de la familia, la pareja debe vivir múltiples cambios propios de las etapas de vida que están pasando.A pesar de los cambios en su relación con los hijos o con el contexto social y laboral,la pareja debe adaptarse a los cambios individuales del otro (crisis de cada edad, problemas laborales) y a los desafíos de cada etapa de la vida familiar (hijos pequeños, adolescencia,salida de los hijos de la casa,nacimiento de los nietos, etc..).

En este aspecto es de gran importancia la capacidad de la pareja de seguir teniendo una vida afectiva en que ambos compartan sus experiencias, dolores, frustraciones,éxitos y felicidad.El apoyo que se brinden el uno al otro es de vital importancia para enfrentar las dificultades habituales que viven todas las familias como producto de cada etapa vital que les toca vivir.

Expectativas de rol para cada sexo, compartiendo la vida en común.

La pareja está inevitablemente influida por las expectativas culturales que existen sobre la conducta esperada para los hombres y para las mujeres.Es así como las mujeres deben, según lo estipula nuestra cultura,hacerse cargo de una serie de tareas asociadas a los niños y a la casa que definen su rol de esposa. Por otra parte los hombres deben hacerse cargo de la mantención económica de la familia y de la protección de esta.Hombres y mujeres validan y aceptan estas creencias.

Asociados a estos roles están ciertas conductas y actitudes que, si se rigidizan tienden a generar dificultades y problematizar a la pareja en su convivencia.Cuando las parejas son capaces de flexibilizar estos roles y compartir las tareas (no importando a quien corresponde culturalmente su realización),la convivencia mejora y se pueden enfrentar sin dificultades los pequeños detalles propios de la convivencia en pareja.Cada pareja deberá resolver a su modo qué compartir y cómo hacerlo.

Este último aspecto es de vital importancia ya que influye sin duda en el clima afectivo de la pareja y constituye el modelo que los hijos seguirán en su propia vida.

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Con quererse no basta.El amor es sólo el principio de un camino, en el que la etapa de la convivencia puede ser la que presente más piedras que entorpezcan el progreso de la relación, o que incluso lleguen a ponerla en peligro si no se despejan a tiempo.

Cómo se puede saber si una pareja que es feliz y funciona bien durante su noviazgo, será exitosa.Cuando se da el decisivo paso de compartir no sólo el ardor sexual, caricias, diversiones y charlas,sino también el pago de las facturas,la limpieza de la casa e infinidad de situaciones nuevas bajo un mismo techo,todo puede cambiar.

Según la psicóloga Laura García Agustín, directora del Centro Clavesalud, durante el período de enamoramiento, el otro nos parece perfecto y los defectos en él los minimizamos al máximo, pero cuando la magia se ha diluido, la realidad del amor cotidiano tiene que lidiar muchas batallas.

Éstas son algunas de las claves para asegurar la estabilidad y la armonía de la pareja, tanto en el día a día, cómo en una de las situaciones a menudo más deseadas y con frecuencia, después lamentadas por ambos: la convivencia:

  • Trata de comprender la postura del otro

No generalices de manera injustificada y ten en cuenta que la otra persona también tiene su parte de razón.

  • Cuida la comunicación con tu pareja.

Te conviene saber qué piensa y cómo se encuentra el otro. Procura escuchar y no precipitarte en la calificación de lo que hace y dice.

  • Aclara las discrepancias

Si no te gusta cómo se comporta tu pareja, díselo con claridad. Ten presente que no tiene por qué saber lo que esperas de ella si no se lo dices.

Claves para que la convivencia en pareja funcione

Conseguir una pareja es complicado, mantener esa pareja es aún más costoso, pero convivir con tu pareja es lo más difícil. La convivencia es uno de los puntos clave en cualquier relación y en muchas ocasiones es el detonante de una ruptura. Saber convivir es muy importante para que una pareja funcione y se mantenga junta.

Mientras cada miembro de la pareja vive en su propia casa la relación funciona perfectamente, pero es en el momento de comenzar a convivir en pareja juntos cuando surgen los primeros problemas y enfrentamientos. Encontrar el piso adecuado, decorarlo y ponerlo a su gusto,la hipoteca o el alquiler, las tareas de la casa, etc.

Son tantos cambios repentinos que muchas parejas se rompen durante los primeros meses de convivencia porque son incapaces de vivir juntos y soportarse mutuamente.Lo más importante para que la convivencia funcione es la comprensión y la tolerancia, siempre con unos límites por supuesto.

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Hoy en día muchas parejas discuten constantemente por el tema de las tareas del hogar y todo resultaría mucho más fácil si en vez de echarse las cosas en cara unos a otros se sentasen en la mesa para hablarlo y llegar a un acuerdo. La mayoría de mujeres trabajan igual que los hombres fuera de casa y es por eso que todas las tareas que conlleva mantener una casa deben estar compartidas entre los dos.

Esa frase de yo ayudo a mi mujer debería desaparecer de la mente de muchos hombres porque la casa es de los dos y nadie ayuda a nadie, simplemente las cosas se hacen a medias porque los dos vivimos bajo este techo. Otro de los puntos clave en la convivencia de cualquier pareja es la libertad individual de cada uno. Quererse y vivir juntos no significa poseer ni controlar a una persona. Las parejas que más tiempo duran y las que mejor se llevan son aquellas que han aprendido a dejar un espacio libre entre ambos. Hay que tener libertad en la pareja, tanto de expresión como de acción, siempre respetándose el uno al otro.

Lo ideal es llegar a un equilibrio entre ambos y mantenerse siempre en esa balanza que se inclina hacia un lado y el otro pero que nunca cede hacia uno en su totalidad. Lo importante es dar y recibir con unas proporciones al cincuenta por ciento.

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