Criollos en Cuba

Criollos en Cuba
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La imagen representa la época entre 1756-1763 en el curso de la cual La Habana fue tomada por un cuerpo expedicionario inglés. La ineficacia de las máximas autoridades españolas en la defensa de la ciudad contrastó con la disposición combativa de los criollos, expresada sobre todo en la figura de José Antonio Gómez.
Fecha:15441689
Consecuencias:
Surgimiento del criollo cubano
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Los criollos en Cuba. El concepto de criollo se aplicó a los naturales de la Isla desde el mismo siglo XVI. Por ello, los identificaban, definían y unían más allá de los factores étnicos, raciales, religiosos o de origen de sus padres.

Orígenes

Durante la etapa de 15441689 la población de Cuba estaba fuertemente mezclada aunque la mayoría había nacido en el país. En este período presentan sus perfiles los criollos, un nuevo tipo social diferente a sus progenitores españoles, africanos y originarios. Este es el corolario del mestizaje y surgimiento de elementos humanos- en sentido pluridimensional- que convergen en la Isla.

Sus rasgos definitorios iban formándose a través de la interacción con el medio material y espiritual: gustos, tradiciones, hábitos, modo de pensar y actuar que responden a las necesidades e interés surgidos en el nuevo marco geográfico humano.

El modo de vestir, el tipo de alimentación y los hábitos de vida, los sentimientos y sus manifestaciones son el resultado de lo que la naturaleza tropical y la sociedad ofrecen o de la adaptación de lo que se trae desde afuera.

De sus propias experiencias nacen sus nuevas tradiciones que tienden a reafirmar la pertenencia a la tierra que los vio crecer y a conformar su propia personalidad frente a lo externo.

El lenguaje y el modo de expresión, los nuevos conceptos tomados del acervo aborigen o negro, conformaron no sólo un nuevo modo de pensar, de decir o definir sino una síntesis dialéctica.

Mezcla religiosa

Virgen de la Caridad del Cobre

Durante el siglo XVIII, la espiritualidad se expresa a través de simbolizaciones religiosas aunque no respondía a lo externo del español.

Todas las villas se colocaban bajo un símbolo religioso. Santiago de Cuba lo hacía con una imagen grabada en una tabla: el Santo Ecce Homo; La Habana, si bien mantenía a San Cristóbal, tenía una virgen negra y marítima: la de Regla. La Virgen del Cobre fue el caso más significativo.

En las minas de Santiago del Prado o del Cobre, su administrador, el peninsular Sánchez de Moya, impone la Virgen de Toledo: protectora de los herreros españoles. Poco después, en 1612, fue trasladada a las minas del Cobre.

Durante cierto tiempo la de Toledo se mantuvo en el centro del lugar y la del Cobre en las afueras. Por fin se impuso el símbolo criollo sobre el español.

Se le llamaba peninsular a aquel español que llegaba desde Europa y se le llamaba criollo a la persona nacido en el país: bozal al africano y criollo al negro nacido en la Isla.

Surgimiento de la cubanidad

Los criollos (palabra que significa el “pollo criado en casa”) comenzaron a constituir un nuevo pueblo con origen multicultural y transcultural, es decir, mezclado, seleccionado y modificado tanto material como espiritualmente.

Estos fueron los puntos de partida sobre los que se asentaron la configuración del cubano y su cultura.

Durante la lucha de liberación, los criollos también se vieron obligados a defenderse de los enemigos de España. Piratas y corsarios provenientes de Haití o Jamaica, seguían hostigando las poblaciones criollas que sólo tenían como defensa la capacidad y habilidades militares de sus propios habitantes. La Habana y Santiago de Cuba quedaron bajo el abrigo de sus fortalezas.

Fuentes

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