Deformidades congénitas

Deformidades congénitas de la cadera
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Deformidades congénitas de la cadera La displacia de cadera, con su forma mas florida, es una de las anomalias congénitas mas frecuentes dentro del sistema musculoesquelético.

Etiopatogenia

En la displasia de cadera las alteraciones patológicas son características y varían con la edad. Son mínimas en las edades precoces, se incrementan con la evolución sin tratamiento adecuado y pueden llegar a producir una luxación congénita total. Puede ser dificil de reconocer en un período temprano, y a veces resulta imposible hacer el diagnóstico antes de realizar el estudio radilógico. Los tres signos clásicos de la cadera preluxada son: el retrazo del crecimiento del núcleo de osificación de la cabeza del fémur, el desplazamiento lateral y superior de dicha cabeza y una mayor oblicuidad del techo acetubular.

Examenes complementarios

En el recién nacido, la ecografía de la cadera es un procedimiento diagnóstico importan- te dentro de la articulación coxofemoral, ya que los ultrasonidos proporcionan imágenes detalladas de la cadera ósea y cartilaginosa del neonato. Permite realizar una explora- ción estática y dinámica de la articulación, es la exploración indicada en el período neona- tal. Se hará cuando presente algún signo de sos- pecha, no siendo indicada su petición siste- mática. En esta edad, la radiografía de cadera es poco útil, ya que no ha aparecido el núcleo de la cabeza femoral, el cual aparece entre el 2º y 5º mes de vida. No obstante, una radiogra- fía practicada tras provocar la luxación, con las caderas en una posición anteroposterior perfecta y sin ninguna rotación, da unos sig- nos típicos: oblicuidad anormal del techo cotiloideo, que motiva en la cade- ra luxable un ángulo acetabular superior a 33°, ascenso del fémur, que puede visualizar- se por la rotura de la línea de Shenton, y dis- minución de la distancia que separa al cue- llo femoral de la línea de los cartílagos en Y, así como separación del fémur (referencias de Hilgenreiner) . En la radiografía obtenida en la posición de Von Rossen (ambos fémures en separa- ción y rotación interna de 45°), el eje femo- ral se sitúa encima del cótilo. La artrografía sólo estará indicada en caderas luxadas con dificultad para su reducción, lo cual se pre- senta en edades posteriores.

Tratamiento

Los objetivos que se persiguen en el trata- miento de la luxación congénita de cadera son: 1. Que consigamos la reducción articular de preferencia concéntrica. 2. Mantener la máxima estabilidad de la cadera. 3. Resolver la frecuente displasia resi- dual. En la luxación irreductible, el tratamiento dura hasta los 6 meses aproximadamente. Primero se utiliza el arnés de Paulik, y en caso de no conseguir la reducción a las 2-3 sema- nas, efectuaremos tracción continúa con ab- ducción progresiva, reducción bajo anestesia general y yeso. Esta última pauta es la que se hace de entrada, cuando el diagnóstico se efectúa después de los 6 meses de edad. En las luxaciones reductibles, está indicado inicialmente el arnés de Paulik. Si a las 3 se- manas continúa la cadera inestable, se colo- ca un yeso en flexión de 100º y abducción de 60º durante un mes, para continuar des- pués con el arnés hasta conseguir la comple- ta estabilidad y esté resuelta la displasia del acetábulo. En las caderas luxables o inestables, debido a que la mayoría tienen buen pronóstico, se utiliza la técnica del triple pañal, cuyo obje- tivo es mantener la flexión y abducción de caderas, es decir, la llamada postura de re- ducción, que debe abarcar hasta las rodillas. Una posible complicación del tratamiento es la osteocondritis. La cirugía de la displasia acetabular se utili- za exclusivamente para completar una re- ducción quirúrgica o corregir secuelas. Sue- le efectuarse una osteotomía pélvica con objeto de aumentar el tamaño de la cavidad acetabular o modificar su orientación para obtener una mejor capacidad funcional.

Fuente