Desiderio Fajardo

Desiderio Fajardo
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Pedagogo, político y literario cubano.
NombreDesiderio Fajardo Ortiz
Nacimiento11 de febrero de 1862
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento23 de enero de 1905
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónPedagogo
Conocido porFajardo Ortiz
CónyugeValentina Poppe
PadresRamiro Fajardo y Matilde Ortiz

Desiderio Fajardo Ortiz. Fue escritor de origen cubano de finales del siglo XIX e inicios del XX que contribuyó a despertar el interés por la enseñanza del lenguaje y de la historia en Cuba.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 11 de febrero de 1862, en Santiago de Cuba. Hizo sus estudios primarios en el colegio El Divino Maestro, pero la Guerra de los Diez Años forzó a la familia a expatriarse a Cartagena, donde permanecieron varios años. Hallándose allí, el joven con apenas 15 años, fue herido perdiendo el uso de sus piernas, al quedar su movilidad limitada al empleo de una silla de ruedas. De ahí sobreviene su seudónimo: El cautivo.

En esa ciudad fundó y dirigió el periódico El Porvenir. De regreso en Santiago, y con veinte años, se dedicó al quehacer político y literario. Fundó además la revista El Mercurio (Santiago de Cuba, 1882) y dirigió El Diario Cojuelo (1885). Redactó artículos liberales en los periódicos El Derecho, El Eco de Cuba y otros.

Trayectoria independentista

En 1885 emigró nuevamente, esta vez se movió por América Central. En San José de Costa Rica se casó con Valentina Poppe. Posteriormetne en Guatemala fundó un periódico oposicionista, razón por la cual el presidente de la nación lo expulsó del país. De ahí viajó a Nicaragua donde radicó por varios años fundando un colegio de varones en la capital; entregado a la misión del magisterio y conoció a Rubén Darío, de quien fue testigo en su segundo matrimonio efectuado el 8 de marzo de 1893.

En Nicaragua, además, escribió la biografía del emblemático maestro de Managua Gabriel Morales y Colaboró en El Duende, periódico capitalino de Juan de Dios Matus.

La contribución del maestro Fajardo Ortiz a la cultura del pueblo en el pequeño país de los grandes lagos es recordada con agradecimiento. Señaló Juan Marinello:[1]

“Por dos veces canta Darío a Desiderio Fajardo Ortiz, El cautivo, quien fue, por cierto, testigo de su boda. En las dos ocasiones, el heroísmo callado del poeta inválido le dicta estrofas de noble identificación cordial y estética”

Regresó a Cuba en 1893, y lo hizo para reanudar su trabajo independentista desde las páginas de El Triunfo. Al comenzar la campaña de 1895, se convirtió en agente secreto de la Revolución cubana en Santiago de Cuba.

En 1898 tuvo necesidad de emigrar hacia Nueva York, en esa ciudad escribió para el periódico Patria hasta el fin de la contienda libertadora, A su regreso a Santiago en 1904, editó junto a Manuel Navarro Riera, El Cubano Libre.

Fundó, además, una academia formadora de maestros, similar a una escuela normal, que resultó ser la primera de su tipo en el oriente del país. La misma devendría Centro de Instrucción, de formidable trabajo en el proceso de renovación de la enseñanza emprendido al cese de la dominación española. Publicó la revista Ciencias y Letras, órgano del citado centro, a través de la cual dio curso a algunas de sus ideas reformadoras respecto a la educación.

Le fue hecha la propuesta de postularlse para senador, pero las probabilidades de ganar eran inminente lo que traería como consecuencia, tener que alejarse de la labor docente por lo que decidió a rechazar la misma, al considerarse más útil como maestro. Nunca vio con buenos ojos la intervención norteamericana, al contrario, y así lo expresó. Tampoco se preocupó por reunir su variada obra de oratoria, verso y periodismo. La libertad de Cuba y la enseñanza fueron sus dos grandes amores, a los cuales consagró su enorme vitalidad.[2]

Hasta su muerte laboró como pedagogo en el Centro de Instrucción, en Santiago de Cuba.

Muerte

Murió en el poblado de Cuabitas, próximo a Santiago de Cuba, el 23 de enero de 1905.

Aportes

Resultó ser el principal propagandista en Cuba de la Gramática de Andrés Bello, contribuyendo, además, a despertar el interés por la enseñanza del lenguaje y de la historia. Combatió el aprendizaje de memoria y abstracto, y proclamó las ventajas de la enseñanza objetiva; predicó en favor de una educación integral desde la niñez, en la que se despierte el amor por los valores nacionales.

Contribuyó a despertar el interés por la enseñanza del lenguaje y de la historia, vivió y murió pobre, no aceptó favores oficiales ni se preocupó por reunir su variada obra: oratoria, verso y periodismo. La libertad de Cuba y la enseñanza fueron sus dos grandes amores, a los cuales consagró —desde una silla de ruedas— su enorme vitalidad.[3]

Enlaces externos

Referencias

Fuentes