Disentería porcina

Disentería porcina
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Enfermedad que afecta al intestino grueso del cerdo.
Agente transmisor:Espiroqueta Anaerobica Treponema Hyodysenteriae
Forma de propagación:cerdos portadores


Disentería porcina. Enfermedad muy contagiosa en cerdos de engorde y cebo, causada por la bacteria Brachyspira hyodysenteriae (Bh). Esta bacteria vive en el intestino grueso y daña el revestimiento del intestino, aunque en ciertas fases del ciclo de la enfermedad los organismos pueden estar presentes en las células que revisten el intestino.

Características

La disentería porcina es una enfermedad que afecta exclusivamente al intestino grueso del cerdo y que causa una colitis muco-hemorrágica que se manifiesta por la eliminación de heces blandas que pueden contener mucus, material necrótico o sangre en los casos más graves y por un retraso del crecimiento y un aumento del índice de conversión muy notables en los cerdos afectados.

Aunque puede afectar a todas las edades, el cuadro clínico se observa con mayor frecuencia en cerdos de engorde.

Historia

La enfermedad se describió por primera vez en 1921, pero su etiología exacta no se aclaró hasta 1968 cuando Terpstra comprobó que los sueros de cerdos que la habían padecido reaccionaban con espiroquetas procedentes del intestino de los cerdos enfermos.

En 1971 se aisló por primera vez espiroquetas beta hemolítica anaerobia de las heces de cerdos enfermos y reprodujeron la enfermedad. Simultáneamente en Estados Unidos Harris y colaboradores llegaron a las mismas conclusiones y denominaron al agente Treponema hyodysenteriae. Stanton y colaboradores en 1991 utilizaron análisis genómicos para demostrar que esta bacteria era distinta a otras del género Treponema y propusieron la denominación de Serpulina hyodysenteriae. En 1997 Ochiay y colaboradores demostraron que esta bacteria tenía una homología mayor con bacterias del género Brachyspira que con las del género Serpulina y propusieron la denominación actual de Brachyspira hyodysenteriae

Etiología

El agente causal es la espiroqueta anaerobica Treponema hyodysenteriae, la cual produce una hemolisina. Se ubica en el intestino grueso causando la inflamación de la mucosa intestinal.

Síntomas

  • Anorexia.
  • Puede haber o no fiebre.
  • Heces blandas.
  • Diarrea mucohemorragica en casos agudos con presencia de tejidos necrosados.
  • Deshidratación.
  • Debilidad profunda.
  • Demacración.
  • Emaciación.
  • Muerte.

Epidemiología

B. hyodysenteriae infecta principalmente al cerdo, pero puede infectar a otras especies de forma transitoria y sin cuadro clínico, como los ratones, las ratas, los perros y aves como los estorninos. Se han descrito cuadros clínicos en granjas de ñandúes.

La principal fuente de infección son los cerdos portadores que pueden tener cuadro clínico o ser asintomáticos. Los cerdos curados de la enfermedad pueden continuar eliminando la bacteria en las heces durante más de 70 días sin signos clínicos, aunque generalmente esta excreción es mucho más corta, de forma que solo un 20 % de los cerdos siguen siendo eliminadores a los 20 días.

Una vez infectada una granja, la infección se hace enzoótica y las cerdas madres contaminan a sus camadas durante la lactación aunque el cuadro clínico no se suele observar hasta la fase de engorde.

La transmisión a través de fómites también es muy fácil debido a la alta resistencia de la bacteria a las condiciones ambientales. Los vehículos, la ropa, el calzado o los utensilios contaminados con heces pueden transportar la bacteria desde granjas infectadas a granjas libres o bien de una parte de la granja a otra.

Tratamiento

  • Administrción de antibacterianos con el agua.
  • Bacitracina, carbadox, lincomicina, nitroimidazoles, tiamulina y virginiamicina.

Clínica

Los signos clínicos de la disentería porcina pueden ser muy variables. El cuadro más típico comienza por una ligera apatía y anorexia y una diarrea oscura que al principio puede ser difícil de observar en un grupo de cerdos alojados en pisos de rejilla. Más tarde, la mayoría de los cerdos tienen una diarrea de consistencia similar a cemento, más o menos líquida que mancha la zona perineal y los flancos y que puede verse en el suelo de los corrales.

El color de las heces varía del gris a un marrón oscuro y progresivamente van apareciendo estrías de sangre fresca, mucus brillante y material necrótico. En algunos cerdos se ve una diarrea francamente sanguinolenta con eliminación de sangre fresca que mancha la zona perineal. Los cerdos van quedando progresivamente retrasados, con el lomo arqueado y los flancos hundidos y algunos tienen una grave deshidratación y mueren.

La mortalidad sin tratamiento puede superar el 50 % y las muertes comienzan unos cinco días después de verse los primeros signos clínicos. Habitualmente la mortalidad es menor pero hay un retraso del crecimiento que puede retrasar la salida a matadero hasta un mes y un aumento del índice de conversión que puede superar los 0,8 puntos. Muchos cerdos quedan como saldos que hay que enviar al matadero a un precio muy por debajo del de un cerdo sano. La expresión clínica de la disentería se ve influenciada por diversos factores que pueden hacer que el cuadro clínico varíe desde uno con signos clínicos leves y difíciles de observar, hasta uno mortal. La microflora digestiva es de capital importancia. Es posible producir la enfermedad en cerdos gnotobióticos, pero el inoculo necesario es mucho más elevado que en cerdos convencionales. La dieta es otro de los factores que modulan el cuadro clínico y que influyen también en la composición de esta microflora. La suplementación con Zn tiene un efecto protector y la deficiencia en Se y vitamina E aumenta la receptividad.

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son tanto más leves cuanto más digestible sea la dieta y menos material sin digerir alcance el intestino delgado. En este sentido, las dietas suplementadas con enzimas, con ácidos o con probióticos tienen un efecto protector.

Los factores estresantes favorecen que el cuadro clínico sea más grave. Se ha comprobado que el frío, la superpoblación, el transporte y la mezcla de cerdos son factores predisponentes. El estrés del parto también puede hacer que una cerda no eliminadora comience a excretar la bacteria en las heces y contamine a sus lechones.

Otro factor importante es la virulencia de la cepa. Se han encontrado cepas en cerdos sanos que son completamente a virulentas en condiciones experimentales y otras que tienen una gran capacidad patógena.

Las condiciones de alojamiento de los cerdos también pueden hacer que el cuadro sea más o menos grave. Si existe un gran contacto con heces, las dosis infectantes son mucho más elevadas y, en consecuencia, el cuadro clínico es más grave.

Manejo y control

El control eficaz de la disentería porcina requiere la implementación de varios procedimientos: agua de bebida y/o pienso medicado; limpieza y desinfección de las instalaciones; reducción de la densidad de animales en la explotación cuando sea posible; aislamiento de los cerdos infectados y no permitir que las piaras se mezclen. Los roedores pueden servir de vectores de la enfermedad y, por tanto, es sumamente importante controlar la población de roedores.

Enlaces Externos

Fuentes