Disparate puntual (grabado)

Disparate puntual
Información sobre la plantilla
Disparate puntual.jpg
Datos Generales
Autor(es):Francisco de Goya
Año:1815-1816 y 1824

Disparate puntual. Obra que forma parte de veintidós grabados al aguafuerte y aguatinta, con retoques a punta seca y bruñidor, realizados por Francisco de Goya entre 1815-1816 y 1824, poco antes de abandonar definitivamente España.

Historia

Goya comenzó esta serie en 1815, siendo fiel reflejo del contexto histórico y personal del artista que, finalizada la Guerra de la Independencia, vio derrumbarse parte del mundo progresista con el que de algún modo se había identificado. Es previsible que trabajase en ella hasta 1819, momento en el que el cambio de signo político, el triunfo del general Rafael del Riego, trajo consigo la proclamación de la Constitución de 1812 y un ambiente de esperanza donde la atmósfera opresiva de Los disparates estuviera fuera de lugar. Inacabados e incompresibles, rompieron con la por entonces versión oficial y propagandística que el resto de los grabadores mostraban en sus estampas, tiempos de adulación personal a Fernando VII. Los catorce dibujos preparatorios además de otros seis relacionados con la serie, casi todos conservados en el Museo del Prado.

Esta es una de las cuatro estampas inéditas que la revista L’Art publicó en 1877. La plancha se conserva en una colección particular de París.

Existe una estampa en la Fundación Lázaro Galdiano con el número 12 manuscrito en el ángulo superior izquierdo y la leyenda Disparate puntual en el margen inferior.

Descripción

Una mujer joven cabalga de pie un caballo que sujeta por las riendas. Este, a su vez, se balancea sobre una cuerda que va de lado a lado y cuyos extremos se salen del encuadre de la lámina. Al fondo una multitud disfruta del espectáculo circense.

Sobre el negro fondo se recorta la blancura del caballo, magníficamente modelado, y de la muchacha. Esta viste como una maja, con un cuidado moño recogido en lo alto de la cabeza, y expresa una tensión contenida. Tanto ella como el caballo parecen serenos a pesar del difícil equilibrio. Esto es así porque, si nos fijamos, veremos como la cuerda descansa sobre el suelo, no implicando ningún tipo de riesgo. Mientras en otras estampas Goya critica las pasiones desenfrenadas, en esta, posiblemente, haga todo lo contrario: reprocha el exceso de control, pues ningún extremo es bueno para el espíritu humano. También se ha visto una representación del difícil equilibrio de la virtud femenina sobre las pasiones naturales, simbolizadas por el caballo, ante la mirada de un público desaprensivo atento a la caída.

Esta evocación circense se relaciona con alguna imagen que pudo quedar en el recuerdo de Goya en una de sus visitas al circo. En ella fusiona dos tipos de espectáculo: el caminar sobre la cuerda floja y las acrobacias de las amazonas sobre los caballos.

El público del fondo se disuelve mediante un rayado vertical, que lo deja semitransparente, como si se viera a través de un enrejado. Destacan los toques paralelos de punta seca en el caballo.

Datos del autor

Francisco de Goya. Pintor y grabador español considerado uno de los grandes maestros de la pintura. Marcado por la obra de Diego Velázquez (pintor), habría de influir, a su vez, en Édouard Manet, Pablo Ruiz Picasso y gran parte de la pintura contemporánea.

Formado en un ambiente artístico rococó, evolucionó hacia un estilo personal y pintó cuadros que cuentan entre las grandes obras maestras de la historia del arte. La más completa colección del artista se encuentra en el Museo del Prado, que atesora cerca de 150 pinturas y 500 dibujos de su mano, además de sus series de grabados.

Fuentes