Dolor por cáncer

Dolor por cáncer
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Clasificación:Crónica no trasmisible

Dolor por cáncer: Es un dolor crónico, cuya característica más significativa no es sólo el tiempo de duración, sino la presencia de alteraciones psicológicas (impotencia, desesperanza) que condicionan la conducta dolorosa y puede ser tan maligno como para inducir al paciente al suicidio, convirtiéndose el dolor en una enfermedad.

Concepto

Concepto de dolor. La International Association for the Study of Pain (IASP) define el dolor como "una experiencia sensorial y emocional desagradable con daño tisular actual o potencial o descrito en términos de dicho daño y E. Ibarra en el 2006 planteó que el dolor es una enfermedad por si misma, cuando persiste, sin remedio disponible para alterar su causa o manifestaciones.

Factores psicológicos y físicos

Existen múltiples factores psicológicos y físicos que modifican la percepción sensorial del dolor, unas veces aumentándola y otras veces disminuyéndola, ellos son:

  1. Personalidad: Estado de ánimo, expectativas de la persona, que producen control de impulsos, ansiedad, miedo, enfado, frustración.
  2. Momento o situación de la vida en la que se produce el dolor.
  3. Relación con otras personas, como familiares, amigos y compañeros de trabajo.
  4. Sexo y edad.
  5. Nivel cognitivo.
  6. Dolores previos y aprendizaje de experiencias previas.
  7. Nivel intelectual, cultura y educación.

Tipos de dolor en el paciente oncológico.

Según la OMS el dolor se clasifica en:

  • Según su duración:
  1. Agudo: duración menor de 1, 3 ó 6 meses. Tiene una función biológica importante porque advierte de una lesión y de la necesidad de descanso. Tiene un final previsible por el que lo padece y su evolución es hacia la mejoría. Como respuesta predominan los fenómenos de “lucha”: dilatación pupilar, sudoración, aumento de frecuencia respiratoria y cardiaca.
  2. Crónico: dura meses, años o décadas tras la aparición de una enfermedad o lesión. No hay una función biológica de relevancia y altera de tal forma la calidad de vida que se convierte en una enfermedad en sí mismo más que en un síntoma. Es imposible prever cuándo acabará y a menudo su evolución es hacia el empeoramiento. La respuesta del organismo es de tipo vegetativo, con alteraciones del sueño, estreñimiento, letargia (similar a la que ocurre en la depresión), pérdida del apetito, perdida peso y disminución de la actividad sexual.
  3. Irruptivo: es un subtipo especial de dolor. Se produce sobre un dolor crónico. Se trata de exacerbaciones transitorias en forma de crisis de elevada intensidad, instauración rápida y corta duración. Existen tres subtipos; el incidental (con causa desencadenante clara), el espontáneo (sin encontrar desencadenante) y el llamado “fallo final de dosis”, que es secundario a un fallo en la pauta posológica del tratamiento.

Según la fisiología del dolor

Dolor nociceptivo: Es el producido por una estimulación de los nociceptores, es decir los receptores del dolor, los cuales provocan que el "mensaje doloroso" sea transmitido a través de las vías ascendentes hacia los centros supraespinales y sea percibido como una sensación dolorosa. Por ejemplo un pinchazo.

Dolor neuropático: Es producido por una lesión directa sobre el sistema nervioso central o periférico, de tal manera que el dolor se manifiesta ante estímulos mínimos o sin ellos y suele ser un dolor continuo, dado por compresión tumoral, infiltración de un nervio periférico o médula espinal o por una lesión nerviosa o medular secundaria a cirugía, radioterapia o quimioterapia.

La lesión nerviosa condiciona unos cambios anatómicos y neurofisiológicos que inducen la transmisión de impulsos y reorganización del procesamiento central, donde se pueden activar los receptores nociceptivos y producir dolor sin estímulo externo. Los nervios lesionados pueden generar descargas rítmicas, que se manifiestan en forma de dolor intenso, sensación de escozor o quemazón.

Según la localización del dolor

Dolor somático: Es producido por la estimulación de los receptores del Dolor específico en los tejidos cutáneos y conjuntivo profundo (activación de los nociceptores de la piel, hueso y partes blandas, metástasis óseas, incisiones quirúrgicas y lesiones músculo- esqueléticas). Cuanto más superficiales sean esos receptores, mejor será la localización del dolor. Es un dolor sordo, continuo y bien localizado.

Dolor visceral: Está ocasionado por la activación de nociceptores por infiltración, compresión, distensión, tracción o isquemia de vísceras pélvicas, abdominales o torácicas. Los nociceptores que se estimulan suelen estar localizados en la periferia del órgano afectado, dando lugar al llamado “dolor referido”; se añade el espasmo de la musculatura lisa en vísceras huecas. Se trata de un dolor pobremente localizado, profundo y opresivo, con la excepción del dolor ulceroso duodenal localizado a punta de dedo.

Cuando es agudo se acompaña frecuentemente de manifestaciones vegetativas como náuseas, vómitos, sudoración, taquicardia y aumento de la tensión arterial. Con frecuencia, el dolor se refiere a localizaciones cutáneas que pueden estar distantes de la lesión, como por ejemplo el dolor de hombro derecho en lesiones biliares o hepáticas.

Según la intensidad del dolor

Leve: cuando se percibe como una molestia que no interfiere con la actividad diaria.
Moderado: la actividad diaria está algo limitada.
Severo: existe una limitación extrema de la actividad diaria ó inmovilización.

Indistintamente de que el dolor sea visceral, somático, neuropático o psicógeno, el enfermo oncológico tiene dos secuencias distintas de presentación en el tiempo. La primera es un dolor crónico continuo y sordo, que le impide dormir, moverse y realizar las tareas elementales de la vida y que es de intensidad variable (dolor basal).

La segunda se identifica por episodios de crisis agudas, espontáneas o inducidas de elevada intensidad, de frecuencia variable y duración incierta; que se producen a lo largo del día y de la noche (dolor agudo).

Fuentes

  • Riesgo de morir por cáncer en Cuba. Revista cubana de oncología 1997.vol. 13
  • Colectivo de autores. Morfofisiología I . La Habana. Editorial Ciencias Médicas. 2007:195
  • Rodríguez A. El manejo del dolor de cáncer con opioides. Definición de adicción, tolerancia y dependencia física. Cancer Pain Release 1991;7(2) 23-5.