El final de Norma
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El final de Norma. Primera novela romántica de Pedro Antonio De Alarcón. Esta fantasía ha gustado en gran medida dentro de jóvenes y lectores en general de todo el mundo.
Sobre la obra
Primera novela del escritor español Pedro Antonio Joaquín Melitón de Alarcón y Ariza. En 1851 escribe El final de Norma, cuando tenía dieciocho años de edad. Se retira en Segovia, y rehace su novela, cuya primera versión había llevado a cabo en Guadix, publicándola en el periódico El Occidente, en el año 1855. Es una obra romántica, una historia de amor en la que un joven apasionado persigue al objeto de su deseo a través de media Europa. Es una obra juvenil, imaginativa y fantástica, con rasgos folletinescos.
Sinopsis
En la ciudad de hispalense se encuentran dos antiguos amigos, Alberto y Serafín, éste último violinista que ha llegado por el río Guadalquivir a la ciudad Sevilla. El primero, enamorado de Matilde, la hermana de Serafín, desea irse al Polo, mientras que Serafín tiene previsto viajar a Italia. Ambos se verán fascinados por una cantante de ópera que está interpretando “Norma” de Vincenzo Bellini, y que se encuentra acompañada de dos hombres muy extraños.
Crítica
La novela, muy ágil, entretenida, de corta extensión, narra una trama improbable, rocambolesca, con vaivenes en el tono y resuelta forma sencilla, donde tanto cabe el equívoco como la falsa identidad, la fantasía juvenil con aventura pirata, la influencia de la novela bizantina, el romance folletinesco…
El personaje de Serafín, víctima de una locura sentimental que le lleva a confines lejanos, todavía posee entidad y gracia, pero los demás están desdibujados con aspectos de pintoresquismo exótico que no funcionan.
Datos del autor
Pedro Antonio Joaquín Melitón de Alarcón y Ariza, novelista español. Nace en la ciudad de Guadix en la provincia de Granada, España, en 1833; muere en Madrid, en 1891.
Está considerado como uno de máximos exponentes de la literatura realista del siglo XIX. Formado primero en leyes y luego en teología, de las cuales no las termina, pasó a trabajar en varios periódicos, primero como periodista y luego como director. Su carrera literaria en Madrid no tuvo éxito en un principio, por lo cual regresó a Granada, desde donde se mantuvo activo. Participa en la guerra de África, experiencia que recogió en Diario de un testigo de la guerra de África (1859). Más tarde realizó un viaje a Italia, del que saldría su segunda obra documental, De Madrid a Nápoles. A su vuelta iniciaba su carrera como novelista con una serie de narraciones breves, de las que sobresale El sombrero de tres picos (1874). Entre las mejores novelas de su producción se hallan El escándalo (1875), El niño de la bola (1878) y La pródiga (1880).
