El origen del mal (cuento)

Para otros usos de este término, véase El origen del mal (desambiguación).
El origen del mal
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En la obra se halla un conjunto de personajes los cuales a partir de sus pensamientos, experiencias y hasta preferencias tratan de darle una respuesta o explicación a un interrogante
Título originalEl origen del mal
Autor(a)(es)(as)León Tolstói
Editorial:Planeta
GéneroCuento
Edición1ra ed. 2019
Primera edición1882
PaísBandera de Rusia Rusia
Notas
Contiene 6 páginas

El origen del mal. Cuento de ficción contemporáneo que hace reflexionar sobre el comportamiento humano, sobre las cosas que hacen que se despierte el mal en las personas, y los lleve a comportarse de una manera inapropiada o fuera de lo común. Realizado por el escritor del realismo ruso León Tolstói en 1882.

Sinopsis

Obra literaria que el autor hace una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y su relación con el bien y el mal. En él, plantea preguntas fundamentales sobre la existencia del mal en el mundo y su posible origen. A través de una narración intensa y emotiva, el libro invita al lector a reflexionar sobre las causas de la violencia, la injusticia y la intolerancia.

El personaje principal, Ivan Karamazov, es un joven intelectual que se debate entre la fe y la razón. A medida que se adentra en su búsqueda de la verdad, se enfrenta a difíciles preguntas morales y éticas. A través de su historia, el autor nos lleva por un viaje que va desde la reflexión filosófica hasta la acción y la toma de decisiones.

Argumento literario

Aunque corto, el relato se amplía por la enseñanza que deja, pues es un texto que lleva valorar la imaginación y a preguntarse si verdaderamente se puede evadir el mal de los demás y especialmente el mal propio.

En la obra se halla un conjunto de personajes los cuales a partir de sus pensamientos, experiencias y hasta preferencias tratan de darle una respuesta o explicación a un interrogante, ¿Cuál es el origen del mal?, todos exponen diversas teorías y hasta se contra oponen, pero al final la participación de otro personaje da solución a la pregunta de una manera muy sabia, reuniendo los puntos de vista de todos en uno solo.

Está compuesto por un título y diez párrafos aun así el autor usa varias figuras literarias, la composición de esta obra alrededor de todo su contenido y formación es una obra o una composición de tipo narrativa (cuento) gracias a la manera como está compuesta, los medios y recursos usados en ella

Cuento

En medio de un bosque vivía un ermitaño, sin temer a las fieras que allí moraban. Es más, por concesión divina o por tratarlas continuamente, el santo varón entendía el lenguaje de las fieras y hasta podía conversar con ellas.

En una ocasión en que el ermitaño descansaba debajo de un árbol, se cobijaron allí, para pasar la noche, un cuervo, un palomo, un ciervo y una serpiente. A falta de otra cosa para hacer y con el fin de pasar el rato, empezaron a discutir sobre el origen del mal.

-El mal procede del hambre –declaró el cuervo, que fue el primero en abordar el tema–. Cuando uno come hasta hartarse, se posa en una rama, grazna todo lo que le viene en gana y las cosas se le antojan de color de rosa. Pero, amigos, si durante días no se prueba bocado, cambia la situación y ya no parece tan divertida ni tan hermosa la naturaleza. ¡Qué desasosiego! ¡Qué intranquilidad siente uno! Es imposible tener un momento de descanso. Y si vislumbro un buen pedazo de carne, me abalanzo sobre él, ciegamente. Ni palos ni piedras, ni lobos enfurecidos serían capaces de hacerme soltar la presa. ¡Cuántos perecemos como víctimas del hambre! No cabe duda de que el hambre es el origen del mal.

El palomo se creyó obligado a intervenir, apenas el cuervo hubo cerrado el pico

–Opino que el mal no proviene del hambre, sino del amor. Si viviéramos solos, sin hembras, sobrellevaríamos las penas. Más ¡ay!, vivimos en pareja y amamos tanto a nuestra compañera que no hallamos un minuto de sosiego, siempre pensando en ella "¿Habrá comido?", nos preguntamos. "¿Tendrá bastante abrigo?" Y cuando se aleja un poco de nuestro lado, nos sentimos como perdidos y nos tortura la idea de que un gavilán la haya despedazado o de que el hombre la haya hecho prisionera. Empezamos a buscarla por doquier, con loco afán; y, a veces, corremos hacia la muerte, pereciendo entre las garras de las aves de rapiña o en las mallas de una red. Y si la compañera desaparece, uno no come ni bebe; no hace más que buscarla y llorar. ¡Cuántos mueren así entre nosotros! Ya ven que todo el mal proviene del amor, y no del hambre.

–No; el mal no viene ni del hambre ni del amor –arguyó la serpiente–. El mal viene de la ira. Si viviésemos tranquilos, si no buscásemos pendencia, entonces todo iría bien. Pero, cuando algo se arregla de modo distinto a como quisiéramos, nos arrebatamos y todo nos ofusca. Sólo pensamos en una cosa: descargar nuestra ira en el primero que encontramos. Entonces, como locos, lanzamos silbidos y nos retorcemos, tratando de morder a alguien. En tales momentos, no se tiene piedad de nadie; mordería uno a su propio padre o a su propia madre; podríamos comernos a nosotros mismos; y el furor acaba por perdernos. Sin duda alguna, todo el mal viene de la ira.

El ciervo no fue de este parecer

–No; no es de la ira ni del amor ni del hambre de donde procede el mal, sino del miedo. Si fuera posible no sentir miedo, todo marcharía bien. Nuestras patas son ligeras para la carrera y nuestro cuerpo vigoroso. Podemos defendernos de un animal pequeño, con nuestros cuernos, y la huida nos preserva de los grandes. Pero es imposible no sentir miedo. Apenas cruje una rama en el bosque o se mueve una hoja, temblamos de terror. El corazón palpita, como si fuera a salirse del pecho, y echamos a correr. Otras veces, una liebre que pasa, un pájaro que agita las alas o una ramita que cae, nos hace creer que nos persigue una fiera; y salimos disparados, tal vez hacia el lugar del peligro. A veces, para esquivar a un perro, vamos a dar con el cazador; otras, enloquecidos de pánico, corremos sin rumbo y caemos por un precipicio, donde nos espera la muerte. Dormimos preparados para echar a correr; siempre estamos alertas, siempre llenos de terror. No hay modo de disfrutar de un poco de tranquilidad. De ahí deduzco que el origen del mal está en el miedo.

Finalmente intervino el ermitaño y dijo lo siguiente:

–No es el hambre, el amor, la ira ni el miedo, la fuente de nuestros males, sino nuestra propia naturaleza. Ella es la que engendra el hambre, el amor, la ira y el miedo.

Datos biográficos del autor

Liev Nikoláievich Tolstói; Yasnaia Poliana, 1828 - Astapovo, 1910. Escritor y reformador ruso. Junto con Fiódor Dostoievski, es el más destacado representante de la novela realista en Rusia, como lo fueron Balzac, Stendhal y Flaubert en Francia o Galdós y «Clarín» en España. Novelista ruso, considerado uno de los más grandes escritores de Occidente y de toda la literatura universal. La guerra y la paz y Anna Karénina, sus dos más famosas obras, son catalogada como la cima del realismo. Las ideas sobre la «No violencia activa», expresadas en libros como El Reino de Dios está en vosotros tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King. Su nombre aparece en la relación de diez escritores que no fueron laureados con el Premio Nobel de Literatura, reuniendo los méritos suficientes.

Fuentes

  • Tolstoi, León. (2019). El origen del mal. España: Editorial Planeta. 6 p.
  • Artículo: El origen del mal. Reseña. Información tomada del sitio: planetalibro.net. Consultado el 22 de septiembre de 2023.
  • Artículo: Cuento El origen del mal. Información tomada del sitio: bibliotecadigital.ilce.edu.mx. Consultado el 22 de septiembre de 2023.
  • Artículo: Datos biográficos del autor. Información tomada del sitio: www.biografiasyvidas.com.