Emilio Bacardí
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Emilio Bacardí Moreau (Santiago de Cuba, 5 de junio de 1844 - 28 de agosto de 1922) fue un historiador, divulgador de la cultura, novelista, dramaturgo y patriota cubano. Fundador del Museo Bacardí. Fue alcalde de Santiago de Cuba.
Sumario
Síntesis biográfica
Aunque a temprana edad los padres lo enviaron a España, el joven Bacardí era un cubano de fervoroso espíritu revolucionario. Al punto de que en diciembre de 1868, todavía en los albores de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), estuvo involucrado en un fracasado intento de deponer al gobernador del departamento oriental para instaurar en su lugar una junta democrática de gobierno. Conoció la dureza del presidio en Chafarinas, en el mar “Mediterráneo”.
Durante el proceso revolucionario del 95 de nuevo soportó los sinsabores de la cárcel, esta vez en Ceuta, como castigo impuesto por sus nexos con las fuerzas independentistas. Justo prestigio gozó entre sus conciudadanos. De ahí que al cese de la dominación española fuera nombrado alcalde de Santiago de Cuba. En el desempeño de tales funciones creó e inauguró, el 12 de febrero de 1899, el museo que hoy lleva su nombre y que tuvo por sede inicial los números 25 y 27 de la calle Santo Tomás (Félix Pena). Daba con ello un paso importantísimo en la preservación del legado histórico de los luchadores por Cuba libre.
Labor como alcalde
En 1902 ocupó de nuevo la alcaldía, ahora por votación popular, prosiguiendo su obra en favor de la cultura con la apertura de una biblioteca —anexa al museo— y de la Academia Municipal de Bellas Artes. Bacardí no medró, como tantos hicieron, en su relevante cargo. Tampoco cejó en su empeño de defender la soberanía: como senador de la república trató en vano de evitar la intervención norteamericana de 1906.
De espíritu liberal y progresista, este también se manifestó en la concesión de empleos en el ayuntamiento a las mujeres, sobre todo a aquellas cuyos familiares murieron en la contienda por la independencia.
Siendo alcalde instituyó, por iniciativa del santiaguero Angel Moya y Portuondo "Chichí", la tradicional Fiesta de la bandera.
Escritor
Como teatrista fue “autor de un drama realista, que no carece de escenas emotivas, algunas bien logradas, Al abismo, si bien Bacardí sólo se asomó una vez al teatro y no pretendió sentar plaza como dramaturgo. En su arista de novelista reconstruyó con brochazos firmes la gesta libertadora de los diez años en “Vía Crucis” (Barcelona, 1914), que ofrece un fiel trasunto de las costumbres de la época en la provincia de Santiago de Cuba, y se adentró en el campo de la novela histórica con Doña Guiomar (Barcelona, 1916), que se desarrolla en el primera mitad del siglo XVI.
Sin embargo, es como historiador que alcanza trascendencia. Sus diez tomos de crónicas de Santiago de Cuba, integran una recopilación insustituible de documentos e informaciones desde la fundación de la villa por iego Velázquez en 1515. Valioso igualmente es su libro Florencio Villanova y Pío Rosado (1920), por el tema biográfico. Posmórtem se publicaron La condesa de Merlin (1924) y Cuentos de todas las noches (narraciones para niños, 1950).
Al morir era miembro de la Academia de la Historia y de la Academia de Artes y Letras.
Fallecimiento
Muere el 28 de agosto de 1922 en Santiago de Cuba.
Hecho curioso y apenas conocido es que el día de su muerte llegó desde La Habana una comisión de la Agrupación Patria, con la misión de proponerle al veterano su candidatura a la presidencia de la República.
El martes 29 de agosto, el Diario de Cuba informa en mayúsculas: “HA MUERTO UN GRANDE DE LA PATRIA”; mientras El Cubano Libre estampa a página completa: “Emilio Bacardí será inmortal en el corazón de sus compatriotas”, “A la memoria del gran patricio y benefactor”, “Homenaje póstumo de Cuba a su egregio hijo”. La prensa habanera y de otras provincias se hace eco de los honores.
A las 3:10 de la tarde, del 29 de agosto de 1922, parte el séquito luctuoso desde Villa Elvira, donde se veló el cuerpo en capilla ardiente desde la noche anterior.
La comitiva transita la Carretera de Cuabitas hasta salir al Paseo de Martí –por frente a la Fuente Luminosa–, ahí se detiene un instante. En puntos diferentes se incorporan la Banda Municipal, que ejecuta la marcha fúnebre de Boza; y la Banda Militar, que toca la de Chopin. La familia Bacardí ha accedido a la solicitud de que el cadáver pase por el Ayuntamiento, donde está previsto un tributo especial.
Hacen una pausa frente al edificio del consistorio. Entonces se efectúa un acto inolvidable para la compacta multitud y que queda grabado en la historia. Varios exalcaldes y concejales extraen la mitad del sarcófago, mientras el alcalde Ruiz Cazade arría la enorme bandera del mástil para dejarla rozar el ataúd, al compás del himno tocado por la Banda Municipal. Este hecho sin precedentes se registra como el Beso de la Bandera.
Continuidad por su esposa
La obra de promoción cultural iniciada por Emilio Bacardí la prosiguió su viuda Elvira Cape, cuyo nombre lleva la biblioteca municipal. Fue ella quien hizo entrega oficial al ayuntamiento de la ciudad del majestuoso edificio del museo Emilio Bacardí, reinaugurado en su sede actual el 20 de mayo de 1928. No sólo gracias al museo que fundara es digna de recordación la obra de este santiaguero. Su quehacer patriótico, literario y de proyección social le merece la inserción en cualquier galería de cubanos ilustres.
Fuentes
- Personalidades cubanas. Siglo XX, por Leonardo Depestre Catony y Luis Úbeda Garrido, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2002.
- Bacardi el Siglo de las Sombras