Escuela de Alejandría

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Escuela de Alejandría
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Concepto:Es el centro más antiguo de ciencias sagradas del cristianismo

Escuela de Alejandría. Sucesión de filósofos, que desde el siglo III de la era cristiana hasta fines del siglo V pretendieron unir la filosofía griega con la oriental. Denominada ecléctica o neoplatónica la filosofía alejandrina y colocada entre el mundo pagano y el cristiano (correspondiendo en ello a la posición geográfica de la misma ciudad de Alejandría y poniendo así de manifiesto una de las afinidades del mundo material con el moral), se refiere a uno y a otro; procede de Platón y de Pitágoras, del Oriente y de la Grecia, de los gnósticos y de los cristianos, intenta resumir y restaurar la antigüedad e inunda a la vez de idealismo y de misticismo toda la Edad Media cristiana. Aún fructifican semillas de la Escuela de Alejandría en el Renacimiento del siglo XVI que si reviste principalmente caracteres artísticos, lleva dentro de su seno factores y elementos de aquella gran cultura. Procede la Escuela de Alejandría, al menos en el sedimento de que dimanan todas las evoluciones de la cultura.[1]

Historia

Es el centro más antiguo de ciencias sagradas del cristianismo. El idealismo alejandrino tenía el influjo de Platón y se inclinaba al misticismo. Esta escuela se aplicó al análisis metafísico de los datos de la fe, con orientación platónica y a la interpretación alegórica de los textos sagrados. El método alegórico empleado por los griegos fue adoptado por algunos judíos, como Filón. Los teólogos cristianos lo adoptaron considerando que la interpretación literal era indigna de Dios. A fines del siglo II surgen en Alejandría pensadores cristianos capaces de poner en jaque el predominio cultural de los gnósticos.

La escuela de Alejandría, floreció en la Corte de los Tolomeos en la ciudad de Alejandría en el siglo III a. d C.. Se distinguió en la publicación de textos de la literatura clásica griega, resaltando la prioridad del texto escrito, sobre el texto hablado, ya que, según la escuela de Alejandría, el texto escrito era más correcto, más perfecto y más constante que el texto hablado, del que a través del tiempo no quedaba ninguna constancia. Entre los personajes que a través de la historia marcaron el esplendor de la Escuela de Alejandría, figuran entre otros: Eudicles, Apolonios, Arquímedes, Melenaos, Diofanto y Theon, que a lo largo de los cerca de nueve siglos que duró su influencia, s III a. d C. al siglo VII d. d C., pero especialmente en el siglo III a. d C. en que se caracterizó por los innumerables descubrimientos e invenciones y por su método organizado y sistemático de proceder en el conocimiento de la investigación científica.

Su profundización en el conocimiento de las matemáticas, plana y esférica, la astronomía y un sin fin de descubrimientos y hallazgos en todos los órdenes del saber humano. Cuando, a fines del siglo I, el cristianismo se estableció en la ciudad, entró en contacto estrecho con todos estos elementos. Como consecuencia, se suscitó un vivo interés por problemas de tipo teórico, que condujo a la fundación de una escuela teológica. La escuela de Alejandría es el centro más antiguo de ciencias sagradas en la historia del cristianismo. El medio ambiente en que se desarrolló le imprimió sus rasgos característicos: marcado interés por la investigación metafísica del contenido de la fe, preferencia por la filosofía de Platón y la interpretación alegórica de las Sagradas Escrituras. Entre sus alumnos y profesores se cuentan teólogos famosos como Clemente, Orígenes, Dionisio, Pierio, Pedro, Atanasio, Dídimo y Cirilo.

El método alegórico había sido utilizado desde hacía mucho tiempo por los filósofos griegos en la interpretación de los mitos y fábulas de los dioses, que aparecen en Homero y Hesíodo. De esta manera, Jenófanes, Pitágoras, Platón, Antístenes y otros trataron de encontrar un significado profundo en esas historias, cuyo sentido literal ofendía a los oídos. Este sistema fue adoptado principalmente por los estoicos. El primer representante judío de la exégesis alegórica es el alejandrino Aristóbulo, hacia la mitad del siglo II antes de Cristo. Su formación helenística le indujo a aplicar este sistema al Antiguo Testamento igual que se hacía en la interpretación de la poesía griega.

La Epístola de Aristeas recurre al mismo procedimiento para justificar las prescripciones de la Ley Antigua sobre los alimentos. Pero fue, sobre todo, Filón de Alejandría quien se sirvió de la alegoría para la explicación de la Biblia. Según él, el sentido literal de la Sagrada Escritura es tan sólo lo que la sombra con respecto al cuerpo. La verdad auténtica está en el sentido alegórico más profundo. Los pensadores cristianos de Alejandría adoptaron este método, porque estaban convencidos de que la interpretación literal es, a menudo, indigna de Dios. Y si Clemente lo usó con frecuencia, Orígenes lo erigió en sistema.

Sin alegoría, ni la teología ni la exégesis habrían realizado al principio los enormes adelantos que hicieron. En la época de Clemente y de Orígenes, y en el corazón mismo de la cultura helenística, tuvo la gran ventaja de abrir un vasto campo a la teología incipiente y permitir que la revelación entrara en contacto fecundo con la filosofía griega. Contribuyó, además, a resolver el problema más importante que se le había planteado a la Iglesia primitiva, a saber, la interpretación del Antiguo Testamento. La autoridad de San Pablo le aseguraba un origen legítimo.

Sin embargo, la tendencia a descubrir figuras y prototipos en cada una de las líneas de la Escritura y descuidar el sentido literal no estaba exenta de peligro.

Enlaces externos

Referencias

  1. Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano. Montaner y Simón Editores, Barcelona 1887, Tomo I, p. 882-883.

Fuentes