Estenosis carotídea

Estenosis carotídea La enfermedad de las arterias carótidas ocurre cuando depósitos de grasa (placas) bloquean los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro y a la cabeza (arterias carótidas). El bloqueo aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe o se reduce drásticamente el suministro de sangre al cerebro

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Una estenosis carotídea es un estrechamiento de la arteria carótida como consecuencia de la presencia de arteriosclerosis, es decir de la formación de placas de grasa (placas de ateroma) en el interior de la arteria carótida que la van obstruyendo por dentro progresivamente

Una estenosis carotídea es un estrechamiento de la arteria carótida como consecuencia de la presencia de arteriosclerosis. En cualquier paciente con estenosis carotídea hay que considerar si ésta es:

  • Sintomática: el paciente ha tenido un ictus o un ataque isquémico transitorio (AIT) previamente en el mismo lado del cerebro donde se encuentra la estenosis carotidea.
  • Asintomática: el paciente no ha presentado ningún antecedente de ictus o AIT.

Además, es importante determinar el porcentaje de estenosis, es decir, el grado de obstrucción de la arteria, que puede ir del 0% (sin obstrucción) al 100% (totalmente obstruida).

Causas

Las causas que llevan a la producción de una estenosis carotídea son las mismas que las que favorecen el desarrollo de arteriosclerosis y el resto de enfermedades cardiovasculares, es decir, la presencia de factores de riesgo cardiovascular, entre los que se encuentran el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes y la edad avanzada.

Síntomas

La estenosis carotídea es asintomática, no produce ningún síntoma. En ocasiones es descubierta casualmente al hacer una exploración física rutinaria y escuchar un soplo al auscultar el cuello.

Sin embargo, las personas con estenosis carotídea tienen un riesgo muy elevado de presentar un AIT o un ictus, riesgo que aumenta cuanto mayor es el grado de estenosis, es decir el grado de obstrucción. Por este motivo, las estenosis carotideas suelen diagnosticarse al estudiar las causas de un AIT o un ictus. Se estima que 1 de cada 10 ictus son debidos a la presencia de una estenosis carotídea.

Diagnóstico

El diagnóstico de una estenosis carotídea se suele realizar mediante una ecografía-doppler de la arteria carótida (dúplex). Una ecografía permite observar si existe estenosis y cuantificar el grado de obstrucción. La obstrucción se puede confirmar mediante una angiorresonancia, la cual también permite ver el recorrido y la forma de la arteria.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de enfermedad de la arteria carótida comprenden:

  • Presión arterial alta. El exceso de presión en las paredes de las arterias puede debilitarlas y hacerlas más vulnerables a las lesiones.
  • Consumo de tabaco. La nicotina también puede irritar la membrana interior de las arterias. Fumar también aumenta de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
  • Diabetes. La diabetes disminuye la capacidad de procesar las grasas de manera eficiente, lo que supone un mayor riesgo de presión arterial alta y de ateroesclerosis.
  • Niveles altos de lípidos en la sangre. Los niveles altos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad y de triglicéridos, un tipo de lípido en la sangre, favorecen la acumulación de placas de ateroma.
  • Antecedentes familiares. Tu riesgo de padecer la enfermedad de la arteria carótida es más alto si alguno de tus familiares tiene ateroesclerosis o enfermedad de las arterias coronarias.
  • Edad. Las arterias se hacen menos flexibles y más propensas a las lesiones con el paso de los años.
  • Obesidad. El exceso de peso aumenta tus posibilidades de tener presión arterial alta, ateroesclerosis y diabetes.
  • Apnea del sueño. Los períodos breves sin respirar durante la noche pueden aumentar tu riesgo de tener un accidente cerebrovascular.
  • Falta de ejercicio. Contribuye a afecciones que dañan las arterias, como presión arterial alta, diabetes y obesidad.

¿Puede prevenirse?

La estenosis carotídea puede prevenirse de la misma forma que se previenen las enfermedades cardiovasculares, es decir, controlando adecuadamente los factores de riesgo, mediante el mantenimiento de un peso adecuado, la realización de una dieta adecuada y ejercicio físico habitual, el abandono del tabaquismo y el alcoholismo, de la hipertensión arterial, del colesterol elevado y de la diabetes.

Pronóstico

Los pacientes con estenosis carotídea que no son sometidos a cirugía tienen un elevado riesgo de padecer un ictus. Se estima que, por cada año que pase, 13 de cada 100 pacientes con estenosis carotídea sintomática y 2 de cada 100 pacientes con estenosis carotídea asintomática, tendrán un ictus. Además, como cualquier paciente con manifestaciones de arteriosclerosis en un determinado territorio vascular, estos pacientes tienen un riesgo elevado de sufrir complicaciones vasculares en una zona distinta, como por ejemplo un infarto agudo de miocardio.

Tratamiento

Todo paciente con estenosis carotídea debe recibir tratamiento enérgico para controlar sus factores de riesgo cardiovascular, es decir, bajar su colesterol-LDL (malo) por debajo de 70 mg/dL con estatinas, controlar su presión arterial, controlar el azúcar si es diabético y abandonar el tabaquismo. Además, se debe realizar una dieta para prevenir las enfermedades cardiovasculares ajustada para llevar su peso al ideal, ejercicio físico diario y debería tomar una aspirina cada día. Estas acciones no solo retrasan la progresión de la obstrucción carotídea, sino que reducen la posibilidad de presentar un AIT, un ictus, una angina de pecho o un infarto de miocardio. El tratamiento específico de la obstrucción depende de si la estenosis carotídea es o no sintomática y del grado de la obstrucción. Las obstrucciones completas (del 100%) no precisan operación

  • Estenosis sintomática. Es decir, detección de una estenosis carotídea en un paciente que ha tenido un AIT o un ictus del mismo lado de la obstrucción. Siempre se recomienda cirugía cuando la obstrucción es igual o mayor al 70% y menor o igual al 99%. Se recomienda una endarterectomía (intervención quirúrgica para quitar la placa que obstruye la arteria) o la colocación de un stent en el interior de la carótida. En varones y en personas de edad avanzada (en quienes el riesgo de ictus es muy superior) el beneficio es mayor cuanto antes se realice la intervención.
  • Estenosis asintomática. Si bien estudios antiguos habían demostrado que realizar una endarterectomía (intervención quirúrgica para quitar la placa que obstruye la arteria) era beneficioso con obstrucciones iguales o superiores al 60% y menores o iguales al 99%, la disponibilidad de medicamentos que controlan muy bien los factores de riesgo cardiovascular ponen actualmente en duda el beneficio de operar a estas personas. En general la decisión depende de la experiencia del equipo quirúrgico, del grado de estenosis (mayor indicación para operar cuanto más grave sea ésta), la presencia de otras enfermedades en el paciente y la decisión del propio paciente.

2 Tipos de tratamientos posibles

  • Endarterectomía. Consiste en abrir el cuello, abrir la arteria y limpiar su interior. Es una intervención importante que se realiza con anestesia general.
  • Colocación de un stent en el interior de la arteria carótida. Consiste en realizar un cateterismo y colocar un stent en el interior de la arteria obstruida. No precisa anestesia general, aunque precisa anestesia local

Es posible que ambos tratamientos sean similares en cuanto al pronóstico, si bien actualmente la colocación de stent se limita a pacientes con riesgo quirúrgico elevado o que tienen dificultades en la anatomía del cuello que recomiendan no operar.

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