Estrabismo no paralítico y paralítico

Estrabismo no paralítico y paralítico
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  Estrabismo no paralítico y paralítico

Estrabismo no paralítico o concomitante:

Concepto:

El estrabismo no paralítico es la forma más común de estrabismo en pediatría, es decir sin compromiso de los músculos extraoculares. Más del 50% de las desviaciones corresponden a desviaciones hacia adentro o convergentes. Ambos ojos están afectados por un desequilibrio muscular sin déficit funcional de ningún músculo. No existe paresia ni parálisis, por lo que ambos ejes oculares mantienen la misma relación de la mirada pero esta relación es falsa y, por tanto, existe desviación aunque siempre en el mismo grado. No hay limitación en la extensión del movimiento de cada ojo, lo que se comprueba cuando se realiza el examen de las distintas posiciones diagnósticas de la mirada.

Formas Clínicas:

Según la dirección de la desviación, puedes ser:

  • Convergente o esotropía.
  • Divergente o exotropía.
  • Vertical hacia arriba o hipertropía.
  • Vertical hacia abajo o hipotropía.

Etiología:

Se produce por una inervación anormal desde los centros supranucleares. La inervación anormal conduce a una desproporción, en fuerza, entre el poder de convergencia y el de divergencia, ya que normalmente la contracción muscular debe ser de igual potencia. Esto se comprueba porque los niños afectados, cuando se les somete a anestesia general vuelven a presentar la posición normal de sus globos oculares.

Estrabismo paralítico:

Concepto:

Estrabismo paralítico otra forma de estrabismo con compromiso de algunos músculos extraoculares o nervios relacionados Se presenta como consecuencia de paresia o parálisis de uno o más músculos extrínsecos del ojo.

Signos y síntomas:

Sus síntomas corresponden a los de una paresia o parálisis ocular, y son; limitación del movimiento ocular en el sentido del músculo afectado, diplopía con falsa orientación, mareos y vértigos. Como mecanismo compensador para evitar la molestia de la diplopía aparece una tortícolis ya que el niño mantiene la cabeza inclinada en el sentido del músculo paralizado.

Tratamiento:

Debe realizarse precozmente y en la mayoría de estos casos es de carácter quirúrgico, independientemente de que el niño requiere también, para favorecer el desarrollo de su visión, ejercicios oculares y corrección de su defecto refractivo, en caso de existir éste.

Fuente

Dr. Alemañy Martorell, Jaime.Dr Marrero Faz, Elio. Dr Villar Valdés, Rosendo. Oftalmología.Editorial Pueblo y Educación 1983