Examen de la función vestibular

Examen de la función vestibular
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 Examen  de la función vestibular  

El examen de la función vestibular se divide en dos pares. Síntomas vestibulares espotáneos y vestibulares provocados.

Síntomas vestibulares espontáneos

La exploración de los síntomas vestibulares espontáneos se divide a su vez en: Exploración de equilibrio estático, exploración de la marcha y exploración del nistagmo.

  • Exploración de la posición estática: Para explorar el equilibrio estático resulta adecuada la conocida prueba de Romberg. Cuando existe una afección vestibular no compensada, es decir, una asimetría laberíntica, el paciente presenta imposibilidad para mantener su posición, cayendo hacía uno de los dos lados, siempre en dirección al laberinto hipovalente.

Se puede observar al rotar la cabeza y, por tanto, cambiando la posición de los laberintos en el espacio, una caída hacía el lugar en que hemos situado el laberinto hipovalente. Todo lo anterior es válido durante las crisis, pues debemos tener presente la facultad de la compensación central del órgano del equilibrio, por lo que un paciente con lesión periférica de cierta cronicidad puede presentar una prueba de Romberg negativa.

  • Exploración de la marcha: Podemos utilizar indistintamente la de Babinski o la de Osterhamser. Para la primera necesitamos disponer de un espacio relativamente grande, indicándosele al paciente que marche con los ojos cerrados unos seis pasos hacia adelante y después hacia atrás. Cuando existe una hipovalencia vestibular periférica, el enfermo no se dirige hacia el punto de partida al inicio de la prueba, sino que en cada ciclo de marcha se va desviando hacia un mismo lado. Si hipotéticamente trazamos una línea en el piso siguiendo la dirección de la marcha, encontramos que dibuja una figura parecida a una estrella, lo que se conoce como estrella de Babinski Well.

Cuando no es posible disponer de un espacio grande , se realiza la prueba de Osterhamser basada en el mismo principio, pero no se le ordena al paciente que camine, sino que marque el paso levantando las rodillas. En caso positivo se rotará sobre un eje en dirección al laberinto hipovalente. Es muy importante vigilar que el examinado mantenga los ojos cerrados, ya que al mirar corrige involuntariamente la dirección de la marcha.

  • Exploración del nistagmo: El nistagmo consiste en una serie de movimientos involuntarios de los ojos, compuestos de dos fases: una lenta de origen vestibular, y una rápida, de corrección ocular; este signo puede mostrar diferentes grados de intensidades y debe explorarse detenidamente, ya que constituye un buen elemento de orientación diagnóstica. Se puede realizar su exploración en decúbito o en posición sentada, en una habitación de poca luz y siempre que sea posible se utilizará un par de espejuelos de 22 dioptrías(lente Frenzel); con estas dos condiciones logramos eliminar la fijación ocular que, de producirse, hace desaparecer el nistagmo vestibular de poca intensidad y atenuar mucho los intensos.

El nistagmo vestibulra periférico se caracteriza por presentar una dirección horizontal o rotatoria, o también una combinación de ambos, pero nunca vertical, ya que este tipo de nistagmo obedece a lesiones centrales. Posteriormente se investiga el nistagmo en varias posiciones de la cabeza, buscado el nistagmo de posición y de cambio de posición . El nistagmo espontáneo se informa por razones prácticas, según la dirección del componente rápido, ya que este es más evidente a pesar de no ser de origen laberíntico, sin o oculomotor de corrección.

Síntomas vetibulares provocados

Tenemos varios métodos de provocar una respuesta vestibular unilateral en un paciente, con el fin de analizar las características de ella; pero los más prácticos resultan los llamados pruebas calóricas, en las cuales mediante el enfriamiento o calentamiento de un laberinto, se logran originar corrientes de corrección de los líquidos. Estos movimientos estimulan los receptores de las crestas ampulares, mientras que en el lado contrario el laberinto se mantiene en reposo, originando una asimetría durante un breve espacio de tiempo; este es suficiente para analizar las características del nistagmo en sus parámetros de latencia, frecuencia, velocidad y fatigabilidad. Simultáneamente podemos estudiar los desplazamientos segmentarios del cuerpo del paciente durante la prueba. El método más generalizado es el llamado de Dix y Hallpike, según el cual irrigamos cada oído por separado con una cantidad de agua a velocidad y volumen constante; la temperatura del líquido es de 30 y 44 °C, lo que es igual a 7 °C por encima y por debajo de la temperatura corporal; con este gradiente térmico se logra suficiente respuesta vestibular para el examen de un mínimo de estímulos. Tiene importancia este detalle, por el hecho de que los estímulos muy intensos, además de acarrear reacciones desagradables como vómitos y sudoraciones, también pueden ocultar una respuesta ligeramente disminuida. Los resultados de cada estimulación son acotados y calculados en busca de la diferencia de respuestas, siendo aceptado como normal hasta un 20% de desigualdad.

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