Fiebre puerperal

Fiebre puerperal
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La fiebre puerperal es una infección que ocurre en el tracto reproductivo de la mujer después del parto. Puede ser causada por bacterias que entran durante o después del parto
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Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor abdominal bajo, y posibles signos de infección como escalofríos y mal estado general
Clasificación:Infección puerperal
Agente transmisor:Bacterias como Streptococcus agalactiae y Escherichia coli, entre otros
Región más común:Endometrio
Forma de propagación:Infección contraida durante o después del parto

La fiebre puerperal es una infección que ocurre en el tracto reproductivo de la mujer después del parto. Es una complicación posparto que puede afectar la salud de la madre de forma significativa.[1]

Descripción

Se caracteriza por la aparición de fiebre alta, usualmente por encima de los 38°C (100.4°F), dentro de los primeros 10 días después del parto. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal bajo, escalofríos, malestar general y signos de infección en el área uterina.[2]

Causas

Las principales causas de la fiebre puerperal son infecciones bacterianas, principalmente causadas por organismos como Streptococcus agalactiae y Escherichia coli. Estas bacterias pueden introducirse en el tracto reproductivo durante o después del parto, especialmente si se han realizado procedimientos invasivos o si hubo complicaciones durante el parto.[3]

Factores de riesgo

  • Nuliparidad: Primera gestación.
  • Rotura prematura de membranas: Ruptura de las membranas antes del inicio del trabajo de parto.
  • Colonización por SGB (Grupo B Streptococcus): Presencia de esta bacteria en la vagina.
  • Parto prolongado: Duración prolongada del trabajo de parto.
  • Exploraciones vaginales múltiples: Exámenes vaginales repetidos durante el parto.
  • Cuadros infecciosos preexistentes: Infecciones previas en la madre.
  • Partos pretérmino: Partos antes de las 37 semanas de gestación.
  • Cesárea o parto instrumental: Intervenciones quirúrgicas durante el parto.
  • Alumbramiento manual: Extracción manual de la placenta.
  • Retención de restos placentarios: Placenta que no se expulsa completamente.
  • Hemorragia postparto: Sangrado excesivo después del parto.
  • Condiciones socioeconómicas bajas: Acceso limitado a servicios de salud adecuados.
  • Malas condiciones higiénicas: Entorno poco higiénico.
  • Malnutrición: Deficiencias nutricionales en la madre.
  • Factores maternos: Diabetes, anemia grave, inmunodeficiencias, obesidad, etc.[4] [5] [6]

Diagnóstico

El se basa en la presentación clínica de los síntomas y en la historia reciente de parto. Se pueden realizar cultivos de sangre y del tracto reproductivo para identificar el agente infeccioso responsable.[7]

Tratamiento

El tratamiento, generalmente incluye antibióticos para combatir la infección bacteriana. Es crucial iniciar el tratamiento rápidamente para evitar complicaciones graves. Además, se pueden administrar analgésicos y antipiréticos para aliviar los síntomas.

Prevención

Para prevenir la fiebre puerperal, es importante mantener prácticas de higiene rigurosas durante y después del parto. Esto incluye la desinfección adecuada de los instrumentos médicos y una atención cuidadosa a cualquier señal de infección en la madre.

Complicaciones

Si no se trata adecuadamente, la fiebre puerperal puede llevar a complicaciones graves, como sepsis, abscesos pélvicos y, en casos extremos, la muerte materna.

Cuidados de enfermería

Prevención de la propagación de la infección

  • Lavado de manos: Demostrar y mantener una política estricta de lavado de manos para el personal, el paciente y los visitantes.
  • Aislamiento: Mantener el aislamiento si es necesario para prevenir la propagación de la infección.
  • Eliminación de ropa de cama y vendajes: Instruir la eliminación adecuada de ropa de cama, vendajes y peripads (productos absorbentes utilizados para la higiene femenina durante el período posparto) contaminados.

Cuidado del perineo

  • Limpieza perineal: Demostrar una limpieza perineal correcta después de la micción y la defecación, y el cambio frecuente de peripads.
  • Inspección del perineo: Inspeccionar el perineo dos veces al día para ver si hay enrojecimiento, edema, equimosis y secreción.

Control de síntomas

  • Control de la temperatura: Controlar la temperatura, el pulso y la respiración.
  • Observación de escalofríos: Observar la presencia de escalofríos o informes de anorexia o malestar.
  • Masaje del fondo uterino: Demostrar un masaje del fondo uterino adecuado para mejorar la contractilidad uterina y promover la involución.

Evaluación y tratamiento

  • Evaluación de síntomas: Evaluar si hay dolor abdominal, fiebre, malestar, taquicardia y loquios malolientes.
  • Obtención de muestras: Obtener muestras para el análisis de laboratorio y informar de los resultados.
  • Administración de antibióticos: Administrar antibióticos según las pautas médicas para tratar la infección.[8][9] [10]

Historia

  • Esta enfermedad se propagaba principalmente debido a la falta de higiene de los médicos, quienes no se lavaban las manos ni desinfectaban sus instrumentos.
  • Oliver Wendell Holmes y Ignaz Semmelweis fueron defensores de la higiene en la práctica médica para prevenir la fiebre puerperal, pero sus ideas fueron inicialmente ignoradas.
  • Semmelweis demostró que el uso de una solución de hipoclorito de calcio para desinfectar las manos de los médicos reducía drásticamente la tasa de mortalidad materna.
  • A pesar de la evidencia, muchos médicos continuaron ignorando estas prácticas higiénicas hasta la invención de los antibióticos en la década de 1940.
  • La fiebre puerperal tuvo un impacto devastador en la sociedad, causando la muerte de muchas madres y afectando negativamente a sus familias y a la esperanza de vida en general.silvia. (2018, enero 24). Historia de la fiebre puerperal. HelloMatrona. [13] [11] [12]

Referencias

Fuentes

Cabrera, J. A. C., & Astudillo, K. F. G. (s. f.). Manual Obstetricia y Ginecología. Decimocuarta Edición. ISBN: 978-956-416-893-7. Consultado 19 de Diciembre 2024.'