Formación Laboral

Formación laboral
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Concepto:Proceso de transmisión y adquisición del conjunto de conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias que se necesitan para analizar, comprender y dar solución a los problemas de la práctica social.

Formación laboral. Proceso de transmisión y adquisición del conjunto de conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias que se necesitan para analizar, comprender y dar solución a los problemas de la práctica social y que están encaminados al "saber", al "saber hacer" y al "como hacerlo", orientado por el sistema de valores adquirido tanto en las clases como en la experiencia cotidiana.

Fundamentos

La educación en el trabajo y para el trabajo, constituye uno de los principios fundamentales en los cuales se asienta la Educación Cubana y aporte fundamental a la Pedagogía a escala mundial.

La escuela cubana, mediante la aplicación consecuente del principio de integración del estudio con el trabajo permite integrar y sistematizar la formación de un hombre con los valores que requiere la clase obrera.

La cuestión del vínculo de la enseñanza con el trabajo no puede resolverse de forma abstracta sin tener en cuenta las especificidades del propio trabajo y el carácter de la enseñanza.

La aplicación del principio de la combinación e integración del estudio con el trabajo, responde a tres objetivos fundamentales: el instructivo, el educativo y el productivo.

En la escuela cubana para la aplicación práctica del principio de la combinación del estudio con el trabajo, se han tomado en consideración las ideas planteadas en toda la tradición pedagógica. Los grandes pedagogos cubanos del siglo XIX, desde Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí y otros, abogaron por una educación más racional y de carácter científico experimental. En el siglo XX el mayor precursor de las ideas de la vinculación del Estudio-trabajo para la formación del individuo ha sido el máximo lider de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.

Relación con la cultura laboral

La formación laboral y la cultura laboral son conceptos muy ligados uno al otro, el primero está dirigido al proceso que se desarrolla para obtener como resultado el segundo.

Para formar una adecuada cultura laboral es necesario desarrollar un proceso de formación dirigido y preparado con ese fin, donde el alumno se relacione directamente con actividades de tipo laboral y donde intervienen no solo la escuela, sino todo el sistema de influencias sociales que actúan sobre el individuo.

La educación general en su carácter politécnico y laboral, debe trabajar en la consecución de una cultura laboral, donde destaque como método el investigativo y como proceso la formación laboral.

Premisas para una adecuada formación laboral

  • Hacer evidente la relación teoría- práctica en todo tipo de clase (de introducción del nuevo contenido, de ejercitación, conferencia, seminario, clase práctica, etc.).
  • Toda actividad docente se debe organizar de modo tal que contenga no sólo el sistema de conocimientos que reflejan el objeto de estudio, sino también la lógica del pensar y actuar.
  • En toda asignatura esta presente tanto lo conceptual o teórico, como la aplicación, lo práctico, por lo que en toda clase se enseña tanto el concepto como la habilidad.
  • El contenido de enseñanza de cualquier asignatura, ofrece en mayor o menor medida, posibilidades para vincularse con el contenido de trabajo de la práctica laboral de los estudiantes, tanto al mostrar la aplicación de lo que se aprende con lo que se realiza durante el trabajo, como en la búsqueda de explicaciones a los fenómenos que se observan en la práctica laboral o en su actividad cotidiana.
  • Ese doble carácter motivacional debe ser explotado, al explicar un nuevo contenido, buscando la aplicación que tiene en la práctica laboral, tratando de encontrar una situación problémica o un problema que provoque la reflexión, meditación y aplicación de los conocimientos.

Formación laboral de los escolares con retraso mental

Las escuelas especiales desempeñan un papel fundamental en el tratamiento a los escolares con retraso mental. Su objetivo es contribuir a su formación integral, de modo que puedan establecer relaciones sociales adecuadas y estables con los que le rodean y ejercer de forma independiente la actividad socialmente productiva. El proceso de formación laboral constituye una perspectiva central para el éxito de los objetivos de esta actividad. Para lograr este objetivo, la respuesta pedagógica se proyecta a partir del enfoque psicopedagógico de atención integral a educandos con necesidades educativas especiales (NEE). Este se centra en las potencialidades del individuo, desde una perspectiva optimista y colaborativa, que exige el aprovechamiento óptimo de las influencias educativas que emanan de la escuela, la familia y la comunidad.

Características

Este proceso se conforma de tres etapas, La primera de acondicionamiento previo, se considera el momento donde se crean las condiciones sociales, pedagógicas y psicológicas que permiten al escolar alcanzar estadios superiores de aprendizaje, de desarrollo psicológico, físico y espiritual para la elección del oficio.

El objetivo fundamental es lograr que este oriente sus motivaciones e intereses laborales en correspondencia con las necesidades laborales, ya sean productivas o de servicio en su comunidad de residencia. Para ello se familiariza con su comunidad, con las tradiciones laborales de la clase obrera y con las actividades de contenido laboral.

El escolar estará en condiciones de apropiarse de la información laboral que recibe a través de las distintas asignaturas y actividades extradocentes que le permitan reconocer, identificar e interpretar el contenido y la importancia social de los oficios comunes en cada territorio. Para lograrlo la escuela necesariamente tiene que interactuar con la comunidad y sustraer la información que le permita trasmitir conocimientos sobre los oficios característicos de las distintas comunidades en correspondencia con la ubicación residencial del escolar.

En esta etapa se evidencia una relación de dependencia de la escuela hacia la comunidad, la realidad socioeconómica determina en gran medida las posibilidades de integración laboral del escolar con retraso mental. Por tanto, se considera que la formación laboral se proyecta sobre la base de las condiciones de desarrollo de la comunidad.

Si bien la escuela tiene que instruir al escolar, ligado a ello potencia el desarrollo de valores que favorecen el reconocimiento social del trabajo y la formación de una conciencia obrera basada en el beneficio colectivo. Considerando también que la familia tiene enormes potencialidades educativas y ejerce una influencia directa en los escolares, es necesario reconocer su papel en esta etapa y por tanto, es imprescindible la cohesión de ideas entre ambas instituciones para potenciar la orientación de los intereses y motivaciones laborales. Próximo a concluir la etapa, cuando el escolar tiene aproximadamente entre doce y trece años, con la ayuda del adulto puede orientar con mayor precisión sus intereses y motivaciones hacia oficios específicos.

Desde el punto de vista psicopedagógico ya ha adquirido las habilidades básicas en la escritura, la lectura, el cálculo y aunque manifiesta limitaciones para autodeterminarse, la reorganización de los motivos se torna más estable.

A partir de las particularidades de la familia de los escolares con retraso mental y teniendo en cuenta sus intereses en relación con el futuro de sus hijos, generalmente en esta etapa se manifiestan relaciones de conflicto, dadas porque sus expectativas no se corresponden con las demandas de fuerza laboral de las comunidades o con las posibilidades de su hijo. Este tipo de relación es transitoria y se supera mediante el trabajo sistemático que proyecta la escuela para sensibilizar y orientar a la familia.

Cuando esto se logra surgen relaciones de colaboración que se expresan a partir del contenido de la sociabilidad, donde se manifiesta igualdad de intereses en una tarea común, la que en este caso está centrada en el apoyo que han de recibir los escolares para orientar sus intereses laborales en correspondencia con las necesidades laborales de la comunidad de residencia.

La segunda etapa de práctica laboral, garantiza la especialización en un oficio. Es el momento en el que se vincula al escolar directamente a un centro de producción o de servicio de su comunidad de residencia para realizar la práctica. El objetivo es habilitarlo para el desempeño de un oficio ordinario en correspondencia con sus intereses y posibilidades.

En esta etapa el escolar logra la preparación específica en un oficio, que expresa su capacidad para sistematizar las exigencias técnicas de lo aprendido en la escuela, llega a dominar su contenido, así como el manejo de los instrumentos y materiales racionalmente. Se familiariza con la disciplina laboral entre otros aspectos esenciales para su desempeño futuro.

En los centros laborales se propicia al escolar, la percepción directa de los procesos productivos y de servicio, las relaciones entre los trabajadores, entre otros aspectos. Como se evidenció en el primer epígrafe, la actitud de la sociedad ante las personas con retraso mental ha evolucionado hacia posturas más humanistas, aunque existen manifestaciones de rechazo y lástima que también se expresan en este espacio comunitario provocando barreras en la comunicación y en la transmisión de las potencialidades educativas que de ella emanan.

Para la escuela resulta engorroso lograr la incorporación de los escolares a los centros laborales. Generalmente los directivos y el colectivo laboral muestran resistencia y se niegan a aceptar al escolar a partir de la presencia del retraso mental. Esto provoca inicialmente relaciones de conflicto entre la escuela y la comunidad, las cuales se transforman en la medida que la escuela prepara al colectivo laboral y desarrolla actividades potenciadoras de un clima favorable para la acogida del mismo.

Durante la práctica laboral, al escolar se le asigna un tutor del propio centro laboral. Según la Resolución 22/04 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en el artículo 18 del capítulo VI, es el trabajador que por su reconocida experiencia laboral y dominio de la actividad puede llevar a cabo el adiestramiento laboral directamente en el puesto de trabajo bajo el asesoramiento de un especialista de la Educación Especial.

En esta etapa el escolar permanece mayor tiempo en el centro laboral. Los tutores continuamente se enfrentan a limitaciones para comprender su comportamiento, necesitan de la búsqueda de nuevas vías que le permitan transferir el conocimiento de forma asequible.

Entre los docentes y los tutores laborales se establece necesariamente un intercambio que afianza los vínculos escuela-comunidad y ocurre un proceso de retroalimentación entre ambos. Por una parte el docente orienta al tutor en el proceder con el escolar, a partir de las características que presenta, y por otro lado, este informa al docente la evolución del escolar y le ofrece orientación de los aspectos a reforzar desde el proceso docente educativo, surgiendo relaciones de colaboración. Aunque el escolar evidencia una maduración psicológica superior, continúa manifestando dependencia, limitaciones para autovalorarse y autodeterminarse, lo que exige del apoyo continuo tanto de la escuela, como de la comunidad y la familia.

La labor que desde la escuela se emprende con la familia se dirige a informarla de los resultados que va alcanzando, a orientarla para que potencie el interés por la tarea que realiza a la vez, que la sensibiliza con la posible ubicación laboral de su hijo. Por otra parte, ante determinadas preocupaciones que enfrenta la familia durante la estancia del escolar en el centro laboral, acude a la escuela en busca apoyo, intensificándose las relaciones de colaboración.

La tercera etapa de seguimiento post egreso, constituye la etapa final que le permite a la escuela evaluar la efectividad de las acciones estratégicas una vez egresados los escolares con un mínimo de dos años de trabajo sistemático. Se considera la etapa resultante del proceso, en la que el escolar egresa de la vida estudiantil para convertirse en un trabajador capaz de aportar a la sociedad y satisfacer sus necesidades a partir de su esfuerzo personal. En este momento, el egresado alcanza el nivel independencia: deja de ser un escolar y se convierte en un trabajador, ocupando de forma permanente un puesto de trabajo. Partiendo de la resolución 160/81 el objetivo fundamental de esta etapa es orientar al colectivo laboral y al propio egresado enfatizando en la preparación de este para aplicar con independencia y seguridad la técnica del oficio y demostrar un profundo sentido de pertenencia por la labor que realiza.

Durante el tiempo de seguimiento, la escuela se retroalimenta de la información de los tutores laborales, egresados y la familia para valorar los méritos y deficiencias del proceso de manera que pueda analizar, comprender e identificar las regularidades que se manifiestan e influyen en el cumplimiento exitoso de la misión social que le corresponde. La interacción que se produce matiza una relación de dependencia de la escuela con la familia y la comunidad.

Cuando el egresado en este tiempo presenta desajustes en el centro laboral, la familia concurre de forma inmediata a la institución escolar en busca de apoyo, por lo que la escuela continua ocupando un lugar importante para esta en el marco de las relaciones de colaboración.

Fuentes

  • Cerezal Mezquita, J. y otros La formación laboral de los alumnos en los umbrales del siglo XXI. Editorial Pueblo y Educación, La Habana
  • Morales Echazábal, M. y otros. El componente laboral en la Secundaria Básica. Editorial Pueblo y Educación, La Habana
  • Formación Laboral. Artículo. Monografías
  • Sosa, Katina. (2011) Estrategia educativa para perfeccionar el proceso de formación laboral en la escuela especial para alumnos con retraso mental. Tesis (Doctor en Ciencias Pedagógicas). UCP Manuel Ascunce Domenech. Ciego de Avila.