Francisco de Rioja

Francisco de Rioja
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Poeta y erudito español del Barroco.
NombreFrancisco de Rioja
Nacimiento22 de noviembre de 1583
Sevilla, Bandera de España
Fallecimiento8 de agosto de 1659
Madrid, Bandera de España
NacionalidadEspañola
OcupaciónPoeta, sacerdote católico, cronista y bibliotecario

Francisco de Rioja fue un poeta y erudito español del Barroco. Se hizo conocido por la amistad que entabló con el conde-duque de Olivares. Se lo llamaba "el poeta de las flores", dadas sus numerosas poesías a este tipo de plantas. Es un poeta a quien se ubica dentro de la escuela sevillana.

Síntesis biográfica

Nacido en 1583 en Sevilla, España. Hijo de Antón Garsia Rioja y de Leonor Rodrigues, de orígenes familiares humildes, se apresta a seguir la carrera eclesiástica y los estudios de Teología y Humanidades.

Se licenció en leyes, se ordenó y fue canónigo de la catedral de Sevilla; fue renombrado teólogo y jurista, y amigo y protegido del duque de Sanlúcar y conde de Olivares Don Gaspar de Guzmán. Una sucesión de importantes cargos (cronista de Su majestad, bibliotecario real, inquisidor de la Suprema y General) le acreditan como persona imprescindible en palacio, con el que se contaba incluso como asesor iconográfico del Buen Retiro.

Mantuvo relación literaria con Lope de Vega, Juan Pérez de Montalbán, Cervantes y muchos personajes de la aristocracia; fue bibliotecario de Felipe IV y cronista de Castilla. Era tío del religioso, historiador y traductor Juan Félix Girón. Es autor de numerosos sonetos de amor y de temática filosófica.

Fallece el 8 de agosto de 1647 en la Sevilla.

Obra

Perteneciente a la llamada escuela sevillana, fue un poeta original y muy cerebral. Sus pensamiento están expresados en sus poemas de una manera cuidada y refinada, consiguiendo una perfecta armonía entre la versificación y el tema a tratar.

Escribió unos treinta sonetos amorosos y algunos sobre temas de carácter filosófico, cuyo tema central era la brevedad de la vida y la inestabilidad de la fortuna. Escribió obras en prosa, algunas de ellas destinadas a la defensa de su amigo, el conde-duque de Olivares. Escribió poemas a árboles y plantas, al río Guadalquivir, o a las ruinas de Atlántica e Itálica -la naturaleza, junto a las ruinas, era un tema de gran gusto para los poetas de esta escuela-. No ocultaba su afición a la arqueología.

Manejaba con gran maestría la silva, entre las que se encuentra -como más bellas- A la rosa, Al clavel, A la rosa amarilla, Al jazmín... Se le llamaba el poeta de las flores.

Fuentes