Habilidades Visoconstructivas


Habilidades Visoconstructivas
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Concepto:La habilidad constructiva (praxia constructiva o capacidad visoconstructiva) hace referencia a la capacidad para dibujar o realizar construcciones bidimensionales o tridimensionales.

Habilidades Visoconstructivas La habilidad constructiva (praxia constructiva o capacidad visoconstructiva) hace referencia a la capacidad para dibujar o realizar construcciones bidimensionales o tridimensionales. Constituye un dominio cognitivo representacional, complejo y multicomponencial, independiente de las capacidades sensoriales y motoras básicas.

Definición

El concepto de apraxia constructiva fue acuñado por Kleist para describir una alteración que aparece al realizar actividades tales como ensamblar, construir o dibujar, con dificultad para planificar y ejecutar los actos motores que permiten realizar estas acciones, sin que exista apraxia en los movimientos simples.[3] Las tareas visuoconstructivas son complejas y requieren la participación de múltiples actividades cerebrales así como la integridad de varias capacidades entre las que destacan, como mínimo, la percepción adecuada del estímulo (lo cual implica el buen funcionamiento del analizador visual y auditivo, así como la capacidad adecuada de comprensión del lenguaje y generación de imágenes mentales), la planificación de la tarea solicitada y el dominio de las coordenadas y de las relaciones espaciales. Es imprescindible la adecuación del sistema motor, especialmente de la mano, y en la fase de ejecución debe además mantenerse un adecuado control y verificación de todos los actos elementales que constituyen la tarea final.

Kleist consideró que este déficit se sitúa entre la función visoespaciales y la función motora ejecutiva. Entendido de este modo, los pacientes con déficit de percepción o apraxia ideomotora no deberían ser catalogados de apraxia constructiva.

En la práctica neurológica el término apraxia constructiva se ha extendido a todas las alteraciones observadas en las pruebas realizadas con tests de tipo constructivo. Algunos autores recomiendan, no obstante, que los calificativos aplicados a los déficits constructivos, sean de tipo descriptivo, sin prejuzgar un mecanismo subyacente. Se ha sugerido, por ejemplo, el empleo de términos como alteración en el dibujar en lugar de apraxia constructiva.

Localización de las lesiones

Como afirman Kirk y Kertesz, "intentar localizar una sola lesión que afecte por sí misma la capacidad constructiva puede ser tan improductivo como lo sería el intento de localizar la lesión que afecte la capacidad para conducir un automóvil". Probablemente hay diferentes tipos de alteración constructiva. La mayoría de investigaciones demuestran que las lesiones del hemisferio derecho afectan más a esta capacidad que las lesiones del hemisferio izquierdo y la lesión del lóbulo parietal provoca alteraciones más intensas que las lesiones en otras zonas. La investigación de los trastornos visuoconstructivas se ha planteado fundamentalmente con ánimo de reconocer la localización de las lesiones subyacentes, evaluando la participación de cada uno de los dos hemisferios cerebrales y de las diferentes áreas cerebrales en la génesis de las alteraciones clínicas. Otro aspecto en el que se ha indagado con profundidad es en el análisis de las construcciones realizadas por los pacientes para obtener a partir de datos clínicos la mayor cantidad posible de información. En las primeras décadas de este siglo, se consideraba que las alteraciones constructivas formaban parte de una enfermedad cerebral difusa, destacando su asociación con el síndrome de Gerstmann o con lesiones focales del hemisferio izquierdo sobre todo en la región parietal. Los investigadores asumían en general que el hemisferio izquierdo era dominante para la mayoría de capacidades cognitivas, hasta que algunos autores comunicaron –inicialmente como un hallazgo infrecuente– la presencia de alteraciones constructivas en pacientes con lesión hemisférica derecha. Ya en los años sesenta, numerosas series de casos publicadas favorecieron que poco a poco se llegase a considerar la apraxia constructiva casi como un signo específico de lesión en el hemisferio derecho. Kirk y Kertesz, en el libro "Localization and neuroimaging in neuropsychology", dedican un capítulo a los trastornos constructivos en el que analizan magistralmente las discrepancias encontradas en los diferentes trabajos de investigación y detallan las aportaciones fundamentales realizadas en este campo del siguiente modo: En 1962 Piercy y Smyth estudiaron 37 pacientes consecutivos con lesión unilateral del lóbulo parietal. Se investigó la copia de dibujos, copia de patrones realizados con palillos, copia de diseño de bloques, ensamblaje de objetos y dibujo a la orden. Mientras que el 68,4% de los pacientes con lesión parietal derecha tenían alteración constructiva, ésta se encontró solamente en un 38,9% de los que tenían lesión parietal izquierda. Costa y Vaughan, en 1962, examinaron 36 pacientes con lesión unilateral y encontraron que los pacientes con lesión hemisférica derecha rendían peor en el subtest de diseño de bloques del WAISS en comparación con los que tenían lesión hemisférica izquierda. En 1969, Piercy, Hecaen y Ajuria guerra hicieron el primer intento de estudiar la incidencia y gravedad de las alteraciones constructivas comparando pacientes con lesión hemisférica derecha e izquierda. Examinaron retrospectivamente las historias clínicas recogidas durante 8 años en un servicio neuroquirúrgico. En este estudio la incidencia de alteración constructiva fue de 22,3% en los pacientes con lesión derecha y solamente 11,6% en los pacientes con lesión izquierda, una diferencia estadísticamente significativa. Estos autores encontraron también que la gravedad de la alteración en la copia de figuras geométricas simples fue mayor en los pacientes con lesión derecha que en los que tenían lesión izquierda. Otros estudios han demostrado también que esta alteración era más frecuente y grave en las lesiones derechas que en las izquierdas. Sin embargo, algunos autores no encontraron diferencias mayores, e incluso aportaron pruebas de que los dibujos realizados por los pacientes con lesiones hemisféricas izquierdas eran peores que los efectuados por enfermos con lesiones en el hemisferio derecho. Gazzaniga, Bogen y Soerrt en 1965 comunicaron que, tras una sección del cuerpo calloso, los dibujos complejos eran realizados mejor por los zurdos que por los diestros.

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Fuentes