Hepatitis vibriónica

Hepatitis vibriónica
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Clasificación:Enfermedad infecciosa contagiosa propia de pollos y gallinas
Agente transmisor:producida por bacterias Gram-negativas, móviles, microaerófilas del género Vibrio
Región de origen:Canadá, Holanda, Alemania, Estados Unidos, Italia y Suiza

Hepatitis vibriónica La hepatitis vibriónica es una enfermedad infecciosa, contagiosa, propia de pollos o gallinas, caracterizada por baja letalidad, alta morbilidad, de curso crónico, con lesiones principalmente en el hígado y producida por bacterias pertenecientes al género Vibrio.

Historia

La enfermedad fue reportada por primera vez como una hepatitis por J. Delaplane y colaboradores en 1955; ellos lograron el aislamiento del agente causal y reprodujeron la enfermedad.
Pero quizás los primeros éxitos en la transmisión y descripción de las lesiones fueron realizadas por F. Blakemore en 1939 quien en un intento de transmitir una de las formas de la leucosis utilizó como inoculum una suspensión de hígado. Las lesiones descritas en el hígado y corazón tanto macro como micro eran compatibles con la hepatitis vibriónica.
C. Tudor en 1954 reportó una degeneración hepática de origen desconocido pero con lesiones histopatológicas semejantes a las descritas posteriormente como hepatitis vibriónica.
M. Hofstad en 1956 fue el primero en aislar e identificar el agente causal y clasificarlo como un vibrio. Esto fue confirmado posteriormente por subsecuentes trabajo de M. Hofstad y col. en 1958; M. Peckham (1958) y M. Sevoian y B. Calnek en 1959. R. Winterfield y col. en 1958 estudiaron las características del agente causal y los efectos terapéuticos de algunos medicamentos sobre el curso de la enfermedad. En 1964 se propuso designar al agente causal como Vibrio hepaticus. Sin embargo, dada la amplia variación de las propiedades bioquímicas y serológicas de los vibrios aviares que se han estudiado, es difícil realizar una clasificación correcta y se necesita profundizar en estas propiedades.

Distribución geográfica

La enfermedad se ha reportado en Canadá, Holanda, Alemania, Estados Unidos, Italia y Suiza.
Hay contraste entre la incidencia reportada por algunos países, así en los Estados Unidos se reporta una baja incidencia que no sobrepasa el 1%, sin embargo, en Alemania se señala un 13%.
Esta patología no ha sido reportada en nuestro país.

Etiología

La hepatitis vibriónica es producida por bacterias Gram-negativas, móviles, microaerófilas del género Vibrio. Aparecen en forma de coma, de S o de largos espirales. En algunas ocasiones en cultivos viejos toman la forma cocoide. Se tiñen fácilmente con los colorantes de la anilina.
Los vibrios aviares pueden ser aislados y cultivados utilizando medios enriquecidos e incubados con bajas tensiones de oxígeno.
En 1958 se cultivó con éxito por primera vez en medios artificiales. Se utilizó un medio que contenía suero de pollo en un 20%.
Se ha utilizado con éxito el tiogliocolato al cual se le agregó 2% de agar y 10% sangre de buey. También se le adicionaron inhibidores al medio básico como verde brillante o una combinación de bacitracina, polimixina y novobiocina. Los platos inoculados fueron incubados en recipientes que contenían un 90% de aire y un 10% de dióxido de carbono. Los resultados obtenidos con la adición de antibióticos fueron superiores al verde brillante.
Se han logrado aislar los vibrios a partir de agar con 10% de sangre de ovejas incubados con 10% de dióxido de carbono. Los cultivos fueron mantenidos en cultivos de brucela que contenían 0.1% de agar.
Los vibrios también pueden ser cultivados en el saco de yema o membrana corión alantoidea de embriones de pollo. El saco de yema es preferido para los primeros aislamientos, ya que se obtienen cultivos con altos títulos. Se han obtenido títulos de 10x105 ELD50 por mililitro después de la inoculación en el saco de yema. La muerte del embrión se produce cuatro días después de la inoculación; el saco de yema y el embrión se muestran congestionados o hemorrágicos.
Las colonias descritas son pequeñas, redondas, casi transparentes, húmedas, suaves y salientes.
Las propiedades bioquímicas de los vibrios aviares han sido muy estudiadas y comparadas con vibrios de otros animales domésticos y humanos. Sin embargo, no hay unanimidad de criterios, esto posiblemente se deba a variaciones en las técnicas, diferentes medios o diferencias intrínsecas de las cepas empleadas. Así muchos investigadores plantean que los vibrios son catalasa-positivos, microaerófilos, no hemolíticos y móviles.
Hay autores que opinan que no hay producción de gas a partir de la dextrosa, sin embargo, otros plantean resultados positivos. La reducción de nitratos a nitritos fue negativo para M. Peckham y O. Kölbl, no obstante fue positivo en las investigaciones de E. Voute. Algo semejante sucede con la producción de H2S en el medio de Kliglers y la tolerancia a diferentes concentraciones de ClNa donde en ambas pruebas se observan resultados contradictorios entre los autores.
Los antibióticos y quimioterapios que han mostrado mayor actividad contra los vibrios fueron la estreptomicina, dihidroestreptomicina y los derivados de los nitrofuranos (furazolidona, furaxon, furacina).
Algunas cepas mostraron susceptibilidad moderada a la penicilina en la prueba del embrión.
G. Whenham en 1961 encontró resistencia de los vibrios a la sulfamerazina pero fueron susceptibles al cloranfenicol y a la tetraciclina.
Hay una opinión generalizada que los vibrios son resistentes a la bacitracina, sulfato de polimixina B y novobiocina, esto se ha comprobado con la utilización de estos antibióticos como control de agentes secundarios en los aislamientos de vibrios a partir de tejidos.
Se reporta cierta acción profiláctica de la sulfametazina y sulfaquinoxalina en infecciones experimentales en pollos.
Los vibrios aviares resisten un almacenaje prolongado y una amplia variación de temperatura. Cultivos de vibrios en saco de yema han sido mantenidos viables durante dos años a –25 ºC. Cultivos liofilizados han resistido 20 años. Los organismos permanecen viables en tejidos y bilis guardados a 4 ºC durante 4 días.
Cultivos en agar sangre guardados a 4 ºC bajo un 10% de dióxido de carbono se mantuvieron activos durante 14 días. Se han encontrado cultivos de saco de yema viables durante dos semanas, mantenidos a 37 ºC.

Especies susceptibles

La enfermedad se ha reportado en pollos. La edad de mayor presentación se presenta al comenzar el período de producción o a los pocos meses de haber comenzado éste.
Experimentalmente se han inoculado los pavos y animales de bioterio. Así fueron infectados pavos por vía intramuscular o intraperitoneal.
Ratones albinos suizos fueron débilmente susceptibles a la inoculación intracerebral y ocasionalmente desarrollaron manifestaciones nerviosas. Los vibrios fueron reaislados del encéfalo.
Después de una inoculación intraperitoneal en conejos, se observó necrosis en el hígado, sin embargo, hamsters y ratones han resultado negativos a la inoculación por esta vía. Los ratones blancos y patitos han sido refractarios.

Vías de transmisión

La vía natural de infección parece ser la oral. Cuando la infección se presenta, la contaminación de las aves sanas es inevitable a través de las heces contaminadas. Ha sido demostrada la presencia de los vibrios en las heces fecales y en el contenido intestinal.
Se reportaron experiencias contradictorias en cuanto a la transmisión vertical. Así se reportaron lesiones hepáticas, en pollitos nacidos de embriones que fueron inoculados por la vía corión alantoidea. S. Narotsky y E. Taylor en 1958, encontraron lesiones macroscópicas de hepatitis en pollitos procedentes de reproductores infectados, aunque no pudieron aislar los vibrios de estos pollitos.
Otros autores han aislado los vibrios de los ovarios de aves infectadas. Sin embargo, hay trabajos que hablan de la incubación de 1200 huevos colectados durante las 8 semanas siguientes a la infección experimental de las reproductoras; todos los embriones que murieron fueron cultivados, pero los vibrios no pudieron ser aislados.

Manifestaciones clínicas

Después de un período de incubación que oscila entre 24 y 48 horas, se presenta retardo en la iniciación de la postura y un descenso de la producción entre las gallinas adultas en producción. Seguidamente se aprecia síndrome anémico depresivo, atrofia y descamación de la cresta y adelgazamiento que puede llegar a la caquexia, aunque en ocasiones hay aves que mueren en buen estado de carne. Puede presentarse diarrea en algunas aves o en el hato completo. Usualmente un pequeño grupo de aves del rebaño muestran signos de la patología, y la enfermedad se hace insidiosa. Puede persistir cuando no se trata durante varias semanas, la letalidad generalmente no sobrepasa el 5% como promedio.

Lesiones anatomopatológicas

Las lesiones más relevantes se presentan en el hígado y se caracterizan por fenómenos inflamatorios y necróticos.
En casos agudos, el hígado se presenta aumentado de tamaño, congestionado y con focos blanco-grisáceos de necrosis, puede llegar a presentarse zonas hemorrágicas que dan un aspecto moteado al hígado. En casos subagudos o crónicos la ascitis y el hidropericardio pueden acompañar a un hígado endurecido y atrófico.
Los riñones pueden estar aumentados de tamaño y pálidos. Los cambios en el ovario van desde un apariencia de balón colapsados de los folículos hasta una completa regresión con tamaños de un chícharo que se agrupan en forma de racimo.
En ocasiones se puede observar aumento del corazón con ausencia de su tono muscular y presencia de focos de necrosis.
En pollos jóvenes el corazón está anémico y con presencia de un exudado gelatinoso. La esplenomegalia puede estar acompañada de una zona infartada amarillenta y friable en la mayoría del parénquima del órgano.
Histopatológicamente en los estudios inciales de la enfermedad se aprecia infiltración de linfocitos y granulocitos. A medida que avanza el curso estos aumentan hasta verdaderas acumulaciones. También hay necrosis focal.
Las áreas de necrosis varían en forma y tamaño y su distribución no es uniforme.
Se presenta también metamorfosis grasa, congestión y hemorragias. El tejido conjuntivo está aumentado alrededor de las áreas portal e interlobular. La cápsula hepática está edematosa e infiltrada por células inflamatorias y ocasionalmente están presentes granulomas compuestos por necrosis y fibrina. El bazo tiene disminuida su actividad linfopoyética y ocasionalmente presentan granulomas.
Los riñones presentan infiltración de heterófilos y linfocitos en las áreas intersticiales y áreas de necrosis en las células parenquimatosas. Los túbulos están dilatados y contienen aglomeraciones de heterófilos. La médula ósea presenta un aumento de los grandes mielocitos inmaduros. Es común una infiltración mononuclear en el miocardio de las aves jóvenes.
En el embrión se reportan lesiones hepáticas entre las cuales se pueden citar necrosis focal, aumento de los heterófilos, proliferación del conducto biliar, éxtasis biliar y regeneración de las células del hígado alrededor de los vasos.

Diagnóstico

En el diagnóstico presuntivo de campo basado en la anamnesis, síntomas clínicos y lesiones macroscópicas; debe tenerse en cuenta el diagnóstico diferencial con otras patologías como la salmonelosis y leucosis, en las cuales también se produce hepatomegalia y cambios de coloración.
El diagnóstico de certeza se basará en el aislamiento o demostración del germen y en las lesiones macro y microscópicas. Sin embargo, el aislamiento de los vibrios no siempre es posible y los cambios histopatológicos no son patognomónicos.
Los datos anamnésicos deben de tenerse muy en consideración a la hora de establecer el diagnóstico y la interpretación de los resultados de laboratorio, ya que el aislamiento del germen en un ave debe valorarse en concordancia con el status del hato.
En ocasiones, en aves con lesiones macroscópicas bien evidentes en el hígado, se ha fracasado en el aislamiento del germen; sin embargo, en aves sin lesiones ha sido positivo al aislamiento.
Los vibrios pueden ser aislados a partir del hígado, bazo, riñones, bilis, corazón y líquido del pericardio. El aislamiento a partir de la bilis es menos complicado y más económico que la utilización del hígado. La bilis es recuperada a partir de la vesícula biliar mediante una pipeta de Pasteur; no se necesitan antibióticos para los gérmenes contaminantes. Algunas gotas se inoculan en platos de agar al 10% de sangre de ovejas, bovino o caballo e incubados durante 24 horas con un 10% de dióxido de carbono. Si la bilis es rayada en la placa se formaran colonias discretas, de otra forma se formarán colonias mucoides confluentes de relieve.
Los vibrios pueden ser observados en frotis teñidos de bilis o en suspensión de bilis con el microscopio de contraste de fase. Estos frotis teñidos también se pueden realizar a partir del contenido cecal e intestinal.
Se ha empleado el embrión de pollo de 5-8 días, vía de saco de yema, utilizándose como inóculo, el hígado, corazón, bilis, bazo y riñones. La muerte de los embriones se producirá 3-5 días post-inoculación y los vibrios se demostrarán en el saco de yema o el líquido alantoideo mediante frotis teñidos, microscópicos de contraste de fase o el cultivo de estos líquidos.
La utilización de la serología puede jugar un importante papel en el futuro en el control y diagnóstico de esta patología, sin embargo, la estandarización de los antígenos y la unificación de las técnicas son los puntos principales en los que se deben basar las investigaciones inmediatas.

Medidas contraepizoóticas

El control y prevención de esta noxa debe basarse en la aplicación de medidas zoohigiénicas, ya que no hay reporte de éxitos en lo concerniente a la inmunoprofilaxis.
El papel que juegan los factores tensionales y las enfermedades concomitantes deben tenerse en cuenta. Así W. Bisping en 1963 reportó que raramente se presenta la hepatitis sin que esté acompañado de otras patologías, como son Marek, viruela, micoplasmosis y parasitosis, en general.
Una vez desarrollado el brote, las medidas deben dirigirse al aislamiento del foco que impedirán la diseminación del agente etiológico fuera de éste.
Se conoce de la actividad profiláctica de la clorotetraciclina, oxitetraciclina y furazolidona, administradas en el pienso y la sulfaquinoxalina y sulfametazina en el agua, así como de la estreptomicina por vía intramuscular.
Como terapéutico, se han obtenido mejores resultados con la furazolidona y la estreptomicina. La inyección de 5 mg por ave fue menos efectiva que la furazolidona a razón de 0.022% en el pienso.
No obstante estos buenos resultados terapéuticos, se han presentado reinfecciones y recaídas.

Fuentes

  • M.V.Dr. Armando Sánchez Dr.C.Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Agraria de La Habana.