Hombre mirando al sudeste (película de 1987)

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Hombre mirando al sudeste
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Drama/Ciencia Ficción | Argentina
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Película argentina
Estreno2 de Abril de 1987
GuiónEliseo Subiela
DirectorEliseo Subiela
Producción GeneralLuján Pflaum, Hugo E. Lauría
Dirección de FotografíaRicardo de Angelis
PaisArgentina

Hombre mirando al sudeste. Película argentina escrita y dirigida por Eliseo Subiela en 1986, la acción principal ocurre en un sanatorio mental en Buenos Aires Argentina donde un sujeto asegura ser un enviado de otro planeta que ha venido a la Tierra a investigar “la estupidez humana”.

Sinopsis

En el manicomio donde trabaja el doctor el doctor Julio Denis en Buenos Aires, aparece un día Ramtés un nuevo paciente que ingresa voluntariamente con el supuesto delirio de ser un extraterrestre enviado a la Tierra a cumplir una misión. El doctor Denis lo trata como paranoico, pero Ramtés irá introduciéndose en su vida, haciéndolo dudar de si realmente está loco, con lo que, sutilmente, lo obliga a replantear su vida y profesión.

Ficha Técnica

Primeras reflexiones

Hombre mirando al sudeste es una película hermosa y original, provocadora e incisiva, que hace reflexionar sobre los valores en que se basan los juicios hacia aquellos que son diferentes. La indiferencia de la que es capaz el ser humano hacia el sufrimiento más básico del mundo, intenta evitar a toda costa enfrentar el propio dolor y el ajeno. Como consecuencia a esa evasión, también se pierde la alegría, ese inocente entusiasmo y curiosidad hacia la vida y el prójimo que regala la autenticidad y el enfrentar las verdades más oscuras...

Reparto

Un filme para reflexionar



Los personajes

Básicamente en la historia aparecen tres personajes a destacar el Dr. Julio Denis y Ramtés como paciente fascinante y extraño; y Beatriz amiga misteriosa de Ramtés.

Dr. Julio Denis

Dr. Julio Denis

El doctor Denis es el protagonista de esta historia. El es un siquiatra que ya no confía en su profesión, que piensa que el manicomio es una especie de puerta al infierno. Esto queda de manifiesto en la obertura de la película, en donde su voz en off va introduciéndonos a su triste mundo. Su panorama es poco alentador, es un hombre divorciado, que sufre viendo las imágenes de antiguos videos caseros familiares, proyectados en la pared del living de su casa y toca el saxofón en su departamento en la noche.



Ramtés

Ramtes

Este hombre no tiene antecedentes y sus huellas digitales no están registradas. Así, nadie sabe quién es y de dónde viene. Ingresa voluntariamente con el supuesto delirio de ser un extraterrestre enviado a la Tierra a cumplir una misión. Cada tarde, está parado en trance en el patio del asilo mirando en dirección al sudeste, enviando y recibiendo mensajes de su gente.

Los internos del hospital comienzan a seguirlo como si fuera Jesús. Ramtes, tiene una habilidad musical notable y su propia forma de escritura, un sistema de jeroglíficos y símbolos que pueden ser o no extraterrestres. Trabaja en el laboratorio de patología, disertando cerebros e investigando. A Ramtes se le comienza a aplicar sedantes, lo que provoca finalmente su muerte debido a un ataque al corazón, dejando al doctor y a todos con un misterio sin resolver acerca de su identidad. El médico, por haber “dado muerte a Rantes” ha quedado como un “Pilatos del presente”.

Beatriz

Beatriz

Es una mujer joven igualmente misteriosa, que viene a visitar a Ramtes, al que conoció cuando hizo un trabajo para una iglesia. Conocida por La Santa le cuesta fingir y sin embargo lo hace pero trata de recordar sus cambios de identidad cambiándose los zapatos.

Beatriz tiene relaciones sexuales con el Doctor Denis y en la escena ella bota un líquido azul por la boca, muestra de que un sentimiento verdadero la desborda significando esto que ella también es un ser extraterrestre.






Correlación entre el Dr. Julio Denis, Ramtés y Beatriz

Ramtés está consciente del sufrimiento y el dolor a su alrededor y del egoísmo de los que por comodidad optan por ignorarlos, representados por el doctor. Este, enfrentado a la presión de drogar a Ramtés, se ve a sí mismo como un Poncio Pilatos moderno que no ve otra opción mas que “lavarse las manos”. Todo esto a pesar de ser “un buen tipo que no es feliz y que lo sabe pero no le importa” Quizás precisamente por eso. Hay una deshumanización profunda en la vida del doctor, no cree en su profesión, toca el saxo con desgana, se contenta con proyectar imagenes de momentos felices mientras sus hijos le ruegan la atención que les niega. El escepticismo y la incredulidad de Julio empiezan a tambalearse ante la humanidad de este alienígena que desafía sus creencias más básicas.

Beatriz y el Doctor Denis

Julio se sorprende ante la empatía y carisma de su paciente que mira hacia el Sudeste buscando la verdad, cargándose de energía para servir de Mesías a los demás pacientes y siendo capaz de convencer a una audiencia de un concierto de la Novena Sinfonía de Beethoven a levantarse y bailar. Pero su interés por Ramtés parece desviarse hacia Beatriz o "La Santa" su única y misteriosa visitante a la que le cuesta fingir... y sin embargo lo hace pero trata de recordar sus cambios de identidades cambiándose los zapatos. La Santa lanza un líquido azul por la boca cuando un sentimiento verdadero la desborda, pero ni aun asi, puede cumplir con la misión de apóstol y transmitir el mensaje de Ramtés consiguiendo solamente desenmascarar la rabia y el egocentrismo de Julio.

La Película

La película tiene como escenario un manicomio y lo muestra como el lugar en el que los enfermos parecen empeorar en vez de mejorar.

1986 Premio Mejor Ópera Prima

"Hombre mirando al sudeste" pareciera echar por la borda eso de que en el cine las temáticas están todas usadas y que, por lo tanto, sólo las formas son las que harán a una película ser una obra distinta. Su estética minimalista y sobria, en la que se le saca máximo provecho al manicomio como espacio físico, a través de los planos de los pasillos en interiores, y de los patios en exteriores, sumada a la fotografía oscura de Ricardo de Angelis, acompañan de manera importante, pero secundaria, a los reflexivos diálogos que cruzan los noventa minutos de duración de la cinta. Ayuda en esto, la conceptual banda sonora compuesta por Pedro Aznar, que llena de intriga y nostalgia la historia, y que de paso le arrojó a su autor un par de galardones en algunos festivales argentinos.

Subiela propone una relación de personalidades opuestas entre Ramtés y el doctor Denis. Con esto va armando parlamentos llenos de ironía, pero también llenos de verdad. El doctor sabe que si acepta la versión de Ramtés, de que viene de otro planeta, quedará él por loco. Entonces intenta reiteradamente escuchar alguna frase racional o sensata según su lógica. Pero resulta que Ramtés no tiene ficha ni prontuario en Argentina, es lo que el denomina como "un paciente volador no identificado".

Eliseo Subiela se consolidaba en la realización cinematográfica con esta película que venía a confirmar el gran momento del cine argentino.

El filme y sus mensajes

Personajes del filme

La idea de utilizar un hospital siquiátrico, no sólo facilita a Ramtes su misión sin ser notado, sino también al director de la película para hacer una crítica a la sociedad argentina que ha vivido años de represión y de locura, y de paso plantear una problemática que salta las barreras regionales para convertirse en un interrogante universal.

Los laberintos del Hospital Siquiátrico, al igual que los laberintos de la mente, no tienen el hilo deshilvanado que permita el retorno o la salida. El hombre ha evolucionado como animal, pero mentalmente se ha dejado atrapar en el laberinto por el minotauro de la estupidez. Por otro lado, los laberintos del edificio del Buró de Personas Perdidas, con su infinito papeleo, letra muerta que detiene el tiempo, son también el minotauro del atraso, dependencia, subdesarrollo.

El descenso a los infiernos producidos por la droga aplicada a Ramtes y los electrochoques para calmarlo, son los métodos para acallar la verdad. La tortura como método sofisticado viola los derechos humanos de quienes se atreven a denunciar la necedad humana.

Decir la verdad es el objetivo de Ramtes. Esa es su misión a la que ha sido predestinado desde muy lejos y desde siempre. Aunque él es una simple proyección transmitida desde los remotos confines de su alma, su magia está en que se hace real para abrir un intersticio a la esperanza en un contorno deshumanizado.

Una Escena elegida

Tres personajes protagonicos

Uno de los momentos más altos de la película ocurre cuando Ramtés, el doctor y Beatriz (la misteriosa amiga de Ramtés, interpretada por Inés Vernengo) acuden a un concierto en la ciudad, y de un simple espectador, Ramtés pasa a convertirse en el director de orquesta que culmina soberbio, una vibrante interpretación del himno de la alegría. Un carnaval en el manicomio al igual que en el lugar del eufórico concierto, provocado por el loco de turno, hará que sus días estén contados. Esta escena del concierto es uno de los momentos más llenos de magia que hay en la cinematografía sudamericana. Se trata de esos clichés bien hechos, que sí provocan el objetivo de emocionar y que tanto escasean en el cine actual.

Consideraciones finales

Esta particular cinta de Eliseo Subiela, a cuatro años de cumplir su vigésimo aniversario sigue enmarcada como una de las películas sudamericanas más importantes de todos los tiempos.

Eliseo Subiela

Obra incesante de originalidad y creatividad, logró tener cierto éxito comercial en su época, sólo gracias a una gran cantidad de premios en distintos festivales, como San Sebastián y Toronto, entre otros.

Es innegable la analogía que hay entre la historia de Ramtés y la de Jesucristo. Un enviado que ha venido a rescatar a las víctimas y a mostrar con un espejo los errores humanos. Es lo que piensa también el doctor cuando el caso de este paciente ya lo tiene totalmente entregado. Curiosamente él también pasaría a ser parte de esta historia, encarnando a una especie de Poncio Pilatos.

Hugo Soto en el personaje de Ramtes

Un final abierto y lleno de reflexión es el que deja "Hombre mirando al Sudeste". Un filme que es uno hasta que aparecen los créditos finales y otro cuando el espectador recién al rato de haberla visto, comienza a asimilar las ideas planteadas por Subiela.

Estrenada el 2 de abril de 1987, el filme se puede tomar como la base de la hoy gran filmografía de Eliseo Subiela, en donde destacan los nombres de filmes como: "El lado oscuro del corazón" (1993) y "No te mueras sin decirme adonde vas" (1995). El origen de este hombre mirando al sudeste, Subiela se lo ha dado a sus recuerdos de niñez, cuando en su barrio había un hombre que se pasaba horas mirando hacia un punto que él dedujo era el sudeste, misma posición que repetiría el personaje de Hugo Soto en la película.

Citas del Guión

  • (Julio sobre un paciente) ¿Quién le dijo a este infeliz que yo puedo ayudarlo? Nunca se va a sacar de encima esas imágenes. Lo voy a dopar, en poco tiempo desaparecerá entre los otros, será uno mas y nunca volverá a ser él. ¿Cuál sería su reacción si yo moviera mi mano y la pusiera sobre a de él? Sería un gesto de afecto, de ternura. ¡Dios mío, que falta debe hacerle! Sin embargo, él no debe esperar que yo haga eso. Yo tampoco lo espero…
Ramtés estudia la estupidez humana
  • (Doctor sobre Ramtés) Se pasaba horas, inmóvil, sin pestañear totalmente aislado, metido en algún lugar que yo empezaba a sospechar que estaba muy lejos; pero no lejos hacia fuera- como él decía- sino hacia dentro.
  • (Ramtés) Usted es mi pasado, este momento, este mundo. El lugar al que usted me quiere llevar es al pasado del hombre. Quédese tranquilo, doctor, ¿Qué le preocupa? Si yo fuera presidente de una potencia y tuviera bajo mis ordenes ejércitos poderosos, entendería su preocupación. Pero no… Estoy en un manicomio. Todo el mundo sabe que estoy loco. ¿Usted también, no?
  • (Ramtés sobre la estupidez humana) Un arma que aun no entendemos: la estupidez humana. Si Dios esta en cada de ustedes, están asesinando a Dios todos los días. Estamos preparando el rescate, el rescate de las victimas, de los que no pudieron vivir en medio del espanto, de los quebrados por el horror, de los que ya no tienen nada que esperar, no va a ser un robo en todo caso.
  • (Ramtés) Usted también es un buen tipo pero no es feliz. Y lo que más me preocupa es que creo que lo sabe y no le importa. ¿Por qué los seres humanos parecen resignarse a tantas cosas que los están destruyendo? Y ¿Por qué hacen tan poco por modificar esas cosas? ¿Se están suicidando por estúpidos o están pagando culpas?
El Doctor Denis y Beatriz
  • (Julio) Ramtés, si usted no es un chiflado, yo tendría que admitir que realmente es un extraterrestre. ¿Sabe lo que eso significaría? Que el chiflado soy yo.
  • (Ramtés) La naturaleza sólo permite un desarrollo muy lento. Favorece más fácilmente un cambio de especie que un cambio de conciencia. Yo soy más racional que ustedes. Respondo racionalmente a los estímulos. Si alguien sufre, lo consuelo. Alguien me pide ayuda, se la doy. ¿Por qué entonces usted cree que estoy loco? Si alguien me mira, lo miro. Alguien me habla, lo escucho. Ustedes se han ido volviendo locos de a poco por no reconocer esos estímulos. Simplemente por haber ido ignorándolos. Alguien se muere, y ustedes lo dejan morir. Alguien pide ayuda y ustedes miran para otro lado. Alguien tiene hambre y ustedes dilapidan lo que tienen. Alguien se muere de tristeza, y ustedes lo encierran para no verlo. Alguien que sistemáticamente adopte esas conductas, que camine entre las víctimas como si no estuvieran, podrá vestirse bien, podrá pagar sus impuestos, ir a misa, pero no me va a negar que está enfermo. Su realidad es espantosa, doctor. ¿Por qué no dejan de una vez la hipocresía y buscan la locura de este lado? Y se dejan de perseguir a los tristes, a los pobres de espíritu, a los que no compran porque no quieren, o porque no pueden toda esa mierda que usted me vendería de muy buena gana. Si pudiera, claro.
  • (Julio) Providencialmente en él apareció la furia. Si intentaba ser un Cristo cibernético, la furia lo iría semejando poco a poco al otro Cristo, al antiguo... En la medida en que Ramtés se acercara a Cristo, su final no sería muy distinto.
  • (Beatriz) El hombre siempre oculta cosas en su alma, por eso no es feliz.
  • (Julio) Los enfermos no creyeron en la muerte de Ramtés. Decían que se había ido, pero que volvería en una nave a buscarlos. Yo me senté a esperarla a ella... Quizás todos fuéramos eso: los hijos idiotas o locos de un padre al que de cualquier manera costaba mucho olvidar.

Premios Obtenidos

  • 1986: San Sebastián: Mejor Ópera Prima
  • 1987: Nominada al Goya a la mejor película extranjera de habla hispana
  • 1986: Festival de Toronto: Premio FIPRESCI

Ver También

Fuentes