Hotel Tryp Habana Libre

(Redirigido desde «Hotel Habana Libre»)
Hotel Tryp Habana Libre
Información  sobre la plantilla
Hotel-habana-libre3.JPG
Tryp Habana Libre
Información geográfica
PaísCuba Bandera de Cuba
CiudadLa Habana
DirecciónCalle 23 y calle L,
barrio de Vedado
Información general
Inauguración19 de marzo de 1958
EstrellasEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.png
Temaciudad, histórico, eventos, negocios
Plantas25
Habitaciones572
Cadena hoteleraMeliá Hotels International

Hotel Tryp Habana Libre. De categoría cinco estrellas, es un emblemático hotel de La Habana, ubicado en el Vedado. Construido por la cadena de hoteles Hilton, actualmente es administrado por el Grupo Hotelero Meliá Hotels International.

Reseña histórica

Con los fondos de la caja del retiro de los trabajadores gastronómicos, se compraron en marzo de 1953 los primeros terrenos en las manzanas que encierran las calles L, M, 23 y 25, para la construcción de este hotel. En esa fecha se informó que costaría 7 millones de pesos.

El 27 de noviembre de 1953 se firmó el contrato con la firma Hilton, y se dio por valor de 10 millones de pesos, cifra que aprobó el primero de julio de 1954 el Tribunal de Cuentas. La obra comenzó en marzo de 1955 y dos meses después se solicitó incrementar el presupuesto a 14 millones.

Dos años más tarde el estimado del costo de la obra se elevó a 21 millones, justo tres veces el valor declarado inicialmente, inaugurándose el 19 de marzo de 1958.

Cuba no escapó a la instalación de la cadena de hoteles Hilton, transnacional que cuenta con esos medios de servicios en gran parte del mundo.

Hotel Habana Libre

En la edificación del ostentoso hotel, a pesar de que la delegación obrera existente en la obra logró un convenio colectivo de trabajo que especificaba, entre otros acuerdos, la existencia de medios de seguridad y protección, hubo múltiples casos de accidentes, entre ellos, la muerte del constructor Ezequiel Escudero, al caerle encima una plancha de acero, y la de Pipi Hernández, quien fue asesinado por matones a sueldo por mantener una actitud combativa.

La dictadura batistiana no perdió la ocasión de asestar golpes a los dirigentes revolucionarios que laboraban allí, tanto a los del Comité Socialista Popular, como a los del Movimiento 26 de Julio y del Directorio Revolucionario, pues en la construcción, donde laboraban más de dos mil obreros, realizaban colectas para el envío de medicamentos y otros recursos hacia la Sierra Maestra.

En 1956, ante el arribo de los expedicionarios del yate Granma a la playa Las Coloradas, hubo una amplia movilización de apoyo a la guerra de liberación de Cuba (1956-1958) por los trabajadores del Hilton. Un año después, la tiranía batistiana asesinó a otro obrero de allí, nombrado Carlos A. Casanova. Cuando la Huelga revolucionaria del 9 de abril de 1958, en la construcción del inmueble, los obreros incendiaron los transformadores que suministraban electricidad al centro y paralizaron todos los objetos de obra, pese a las amenazas y la represión desatadas.

Asimismo, varios hombres del colectivo participaron en el asalto al Cuartel Goicuría, en la provincia de Matanzas.

Igualmente, el 14 de marzo de 1957, un día después de la caída de José Antonio Echeverría (1932-1957) tras el enfrentamiento en el Palacio Presidencial para ajusticiar al tirano, generalizaron una gran protesta, al igual que cuando ultimaron a los revolucionarios cubanos exiliados en la masacre de la embajada de Haití en La Habana (29 de octubre de 1956).

Por otra parte, en 1958 la jauría batistiana torturó salvajemente al carpintero guanabacoense Justo Torres, y posteriormente lo desaparecieron cobardemente.

El intenso movimiento político desplegado en la construcción del Hotel Hilton en la capital cubana, mantuvo en constante jaque a las fuerzas represivas de la dictadura batistiana; en varios lugares de la obra aparecían la bandera del Movimiento 26 de Julio y las siglas de las organizaciones revolucionarias con representantes en ella.

Un hecho significativo lo constituyó el sabotaje con fósforo vivo a los rollos de alfombra del hotel, los cuales se tuvieron que importar de nuevo. Muy poco disfrutaron los jerarcas de esa lujosa instalación, pues el triunfo de la Revolución en 1959 truncó sus aspiraciones.

Luego de múltiples desacuerdos entre la empresa estadounidense Hilton International Hotels y el Gobierno revolucionario, este fue nacionalizado el 11 de junio de 1960, y cambiado su nombre por Habana Libre. Y fue así como los trabajadores de la construcción por primera vez levantaron un gran edificio para la burguesía y después pudieron traspasar, cuando lo terminaron, sus puertas. Al igual que el resto de los hombres y mujeres humildes del pueblo, al transformarse el Hilton en el hotel Habana Libre.

En sus instalaciones tuvieron importantes reuniones Fidel Castro y Ernesto Che Guevara.

El 5 de septiembre de 1962, la estudiante, alfabetizadora y gimnasta de Los Arabos, Lucía Zuaznábar (13) fue encontrada ahogada accidentalmente en la piscina de la planta baja del hotel. Había viajado con otros jóvenes compañeros gimnastas de su provincia, todos acompañados de sus madres, para participar en el Campeonato Nacional de Gimnástica, y fueron alojados en el lujoso hotel, que apenas tres años antes había sido recuperado para el pueblo.

Características generales

Ubicación

El hotel Tryp Habana Libre es uno de los hoteles más emblemáticos de La Habana. Ubicado en la famosa esquina de 23 y L, justo en el centro de muy cerca de la bicentenaria Universidad de La Habana y del mítico Malecón, y solo a unos pasos de la popular heladería Coppelia, a poca distancia del centro histórico de la ciudad y de la Rampa, vibrante lugar de reunión de los habaneros.

Construcción

Vista nocturna.

Proyectado por Welton Beckett and As. El arquitecto Nicolás Arroyo y su esposa la arquitecta Gabriela Menéndez, fueron los directores facultativos de la obra.

La construcción de la obra constituyó una escuela para el movimiento revolucionario que se gestaba, particularmente para los trabajadores del sector. A ellos les tocó laborar en uno de los edificios más importantes de la época, levantado bajo el constante terror que enfrentaba la clase obrera cubana, en medio de una convulsa situación política y la asfixiante crisis económica en que se encontraba el país.

Para sufragar los gastos del Hilton, dispusieron de los fondos de la Caja del Retiro Gastronómico, sin tener en cuenta el sentir de empleados de esa rama que se opusieron rotundamente a ello, y técnicamente fue contratada por la compañía norteamericana Federich Snare Corporation.

Descripción de la edificación

Vista de la piscina del hotel

Con sus veinticinco plantas de altura, el hotel se eleva majestuoso y ofrece una vista incomparablemente atractiva de importantes lugares de la bahía y del mar.

Consta de dos niveles de garaje en los sótanos, piso principal, con un gran vestíbulo, recepción y administración, a continuación tiene un gran mezzanine, le siguen 21 plantas típicas con habitaciones y después cocktail, lounge, solarium y mirador en el piso 30.

Tiene un total de 88 000 metros cuadrados de fabricación, con 630 habitaciones y 42 suites, tres bares, un salón para bar y cocktail, tres cocinas, una cafetería, dos comedores públicos, cinco comedores privados, y cafetería con salón de descanso para mil personas. Cuenta además, con tintorería, lavandería, panadería y taller de tapizar.

La piscina con capacidad de 530 metros cúbicos de agua.

La estructura en general es de hormigón armado, losas, vigas, columnas con ábacos y capiteles, todas fundidas en el lugar. En algunas áreas del hotel hay características estructurales particulares, atendiendo a las funciones y la morfología deseada. La altura total de la edificación es de 126 metros sobre el terreno.

Obras de arte en la edificación

Mural de Amelia Peláez. Montado en el frente del hotel, un gigantesco mural confeccionado con teselas de vidrio de colores azul, blanco y negro, de 670 metros cuadrados, según un boceto de Amelia Peláez (1897-1968). Confeccionado en México, su elaboración y montaje fue dirigida por el italiano Luis Schodeller, con un costo de 0,3 millones de dólares.

La Clepsidra (escultura). Obra montada en el vestíbulo, diseñada por la escultora Rita Longa (1912-2000), que consiste en una columna de 10 metros de altura, de metal, cristal que emerge de una fuente. (Los antiguos griegos llamaban «clepsidra» al reloj de agua) Segundos antes de dar las horas, el sonido de la música electroacústica del compositor Juan Blanco (1919-2008) llena el local, mientras el fondo del estanque se enciende y comienza a salir agua de los surtidores, de pronto cesan los efectos y nuevamente se escucha un sonido a la vez que brota el agua de una de las doce placas, indicadores de cada hora, lentamente se desvanecen las luces y sólo permanece encendida la placa que indica la hora.

También se colocaron obras de de prestigiosos ceramistas, escultores y artesanos en salones, pasillos y habitaciones del hotel.

Ofertas

El viajero encontrara una amplia variedad de servicios y atracciones, que van desde sus habitaciones con vista al mar y a la ciudad; sus cuatro restaurantes temáticos y bares, los amplios salones equipados con las técnicas más avanzadas para realizar congresos y convenciones.

Posee el afamado cabaret Turquino, que todos los días presentan una singular noche de delirio con su espectáculo bajo la luz de la luna y el brillo de las estrellas.

Puntos cercanos

Desde el hotel hay acceso directo hacia todos los puntos más importantes de la capital.

Entre los cercanos puntos de interés destacan:

Casa del Habano

Casa del Habano (tienda).

Dispuesta en un privilegiado sitio comercial de la capital cubana, la recién abierta Casa del Habano del emblemático Hotel Habana Libre aspira a ubicarse, por la profesionalidad y voluntad de sus trabajadores, entre los establecimientos de este tipo más atractivos y reconocidos del país.

Administrada por la compañía Caracol, el nuevo inmueble comercializa además reconocidos rones y café de reconocidas marcas de la Isla, así como souvenires. Cuenta con cinco dependientes y dos torcedores, encabezados por Elina Pérez, quienes se esmeran por satisfacer a los más exigentes amantes de los Puros cubanos.

En un espacio de 160 metros cuadrados, que la convierten en la tienda más grande de Cuba, esta entidad dispone de una amplia área de ventas, ambientada con una fuente de agua fresca y cristalina quizá este sea uno de los elementos místicos de la edificación. Recrean el entorno diversas obras de sobresalientes artistas plásticos, quienes también contribuyeron a la ambientación de la tienda.

Cuenta además con un salón de fumadores, un bar para la degustación de típicos cócteles de la cantina cubana y el especial café de la casa; una sala reservada para clientes VIP, una cava con vitola de las mejores marcas de habanos, y el loocker humidor con los requerimientos técnicos para la mejor conservación de los habanos y en el cual hay 48 nichos, algunos de ellos reservados ya por los visitantes, para guardar aquí sus tabacos aprovechando este servicio gratuito de la tienda.

Franquicias Casa del Habano

La Casa del Habano es una marca registrada internacionalmente,propiedad de la Corporación Habanos S. A.; su diseño y concepto sustentado en el conocimiento, ha permitido que Habanos S. A. desarrolle una exitosa cadena internacional de franquicias en un breve período de tiempo.

En este lugar el fumador puede degustar su puro cubano preferido sin ser molestado; adquirir la vitola que le plazca y guardarla en el humidor apropiado hasta su próxima visita, o simplemente acompañar su habano con un buen ron cubano o un café recién colado.

Estos establecimientos en el mundo de los puros constituyen un modelo de negocios exitosos. Un amplio número de boutiques instauradas con normas y parámetros de identidad establecidos por el franquiciador, Habanos S. A., han logrando promover con una imagen y un servicio de excelencia el placer de fumar habanos y conocer su cultura, con la capacidad de adaptarse a las características y culturas propias de cada país donde funcionan.

La combinación del franquiciado y el franquiciador bajo un ambiente de negocios de plena identificación y comprensión, además del respetuoso trato personal a cada Casa del Habano en el mundo, ha permitido que se creen las mejores condiciones para que los amantes e interesados en los habanos tengan a su disposición como nunca antes, un producto que, completando su ciclo de vida iniciado en las afamadas vegas de las zonas tabacaleras cubanas finaliza en las manos de un consumidor satisfecho con el producto, el trato y el servicio recibido en la Casa del Habano de su preferencia.

Fuentes