Jorge Aulicino

Jorge Aulicino
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Nombre completoJorge Aulicino
Nacimiento1949
Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
OcupaciónEscritor
Nacionalidadargentina
Lengua de producción literariaespañol
Lengua maternaespañol

Jorge Aulicino. Escritor argentino, de Buenos Aires, integró en 1970 el grupo y taller literario "Mario Jorge De Lellis" y fue parte del Comité de Dirección de Diario de Poesía en 1980.

Síntesis biográfica

En 1969 publicó Reunión, tenía apenas 20 años de edad y todo un oficio por delante: desarrollar su vocación como poeta. Pronto le siguieron Mejor matar esa lágrima (1971), Vuelo bajo (1974) y Poeta antiguo (1980), libros que, como diría en una entrevista respecto a sus tempranos esfuerzos estéticos, "abrían y cerraban un ciclo de aprendizaje y de tanteos".

Trabajos realizados

Trabajó en agencias noticiosas y en distintos medios gráficos. Es subdirector de la revista cultural Ñ, de Clarín, diario en el que fue además editor en las páginas de Cultura, Arte, Sociedad y Ciencia.

Tradujo a Cesare Pavese, Pier Paolo Pasolini, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, John Kyats, Ezra Pound, Marianne Moore y Frederick Seidel, entre otros autores. En 2009 editó en esa misma editorial Argentarium, una selección de los poemas cortos de Ezra Loomis Pound, traducidos por poetas argentinos.

Ha publicado, desde 1974, los libros de poesía Vuelo bajo, Poeta antiguo, La caída de los cuerpos, Paisaje con autor, Hombres en un restaurante, Almas en movimiento, La línea del coyote, Las Vegas, La nada, La luz checoslovaca, Hostias, Máquina de faro y Cierta dureza en la sintaxis. Desde 2006, administra el blog de poesía en castellano y poesía traducida Otra Iglesia es Imposible, en donde además creó o creyó descubrir los papeles de Gustav Who sobre su inefable maestro, extraño cruce del señor Keuner, de Bertolt Brecht, con un gurú oriental, Sherlock Holmes y Juan de Mairena.

Obra

Las vegas Boardwalk Casino

Las fantasías y los recuerdos
son, dice, la misma cosa.
¿Dirías que son materia?
¿Son materia los efectos eléctricos?
¿Es materia la luz tamizada
de un día sin sol en un departamento?
Si se pudiera sostener por varios segundos
ante la vista la estructura de la mente,
si con ella se pudiera hacer una foto
como de una montaña rusa iluminada,
sostenida a su vez por marquesinas
como guardas de resplandor amarillo,
qué cierto y rústico sería el desierto,
qué verdad la conquista de un proyecto,
qué real vos y los que pasan y hablan.

Flamingo Hilton

Elevadas las rosas, secas las paredes.
Los pasos apurados por las habitaciones.
El celofán guardado en los placares.
Ahora, como si patearas masas de cables viejos en la calle,
exigirías respuestas a los problemas manufacturados
con que te engañaste a lo largo de muchos años.
Banalidad en la historia íntima de cada casa actual
Y de todas las casas ya desaparecidas: los regalos,
Las enfermedades, las cenas, los patios, las cortinas.
Las rosas son elevadas, las paredes son secas
--mueren después, duran años con sus manchas,
Pero no tienen el color de la rosa y su enervante delicadeza.
Rosas o flamencos en las grandes mañanas
señalan un itinerario en el que nadie se confunde.
Esto es rojo, aquello es rosa, la materia es tenue.

Fuentes