José (patriarca bíblico)

José (patriarca)
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Uno de los doce hijos del patriarca Jacob y quién le sucedió como caudillo de sus hermanos
NombreJosé
Nacimientosiglo XIV a. C.
Canaán
Fallecimientosiglo XIII a. C
Egipto
Causa de la muerteAncianidad
ResidenciaGosén(la mejor tierra de Egipto)
NacionalidadCananeo
Otros nombresZafnat Paneaj ("Dios habló y él vino a la vida")
CiudadaníaEgipcia
OcupaciónSupervisor de sus hermanos (en Canaán) y Gobernador (en Egipto)
Conocido porEl soñador
TítuloGobernador de Egipto
PredecesorJacob
SucesorEfraím
CónyugeAsenat
HijosManasés y Efraím
PadresJacob y Raquel
FamiliaresRubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dina, Dan, Neftalí, Gad, Aser (medio hermanos) y Benjamín (hermano de padre y madre).
Obras destacadasGraneros, almacenes y probablemente canales par el regadío de los cultivos luego que salvaron a egipcios y otros de la hambruna que se había profetizado que vendría a asolar la tierra.

José (patriarca). Es uno de los personajes más importantes del primer libro de las sagradas escrituras judeo-cristianas, el Génesis, ancestro de dos tribus de Israel. Según el relato que realiza Moisés, autor del Pentateuco (nombre que se le da a los cinco primeros libros de la Biblia), José fue uno de los doce hijos de Jacob. Nació de Raquel, la esposa amada de Jacob y era el hijo preferido de su padre; sus hermanos, nacidos de Lea, Raquel y las dos sirvientas de éstas, viendo las deferencias de su padre lo envidiaban y odiaban.

Sus hermanos siempre se burlaban de él y lo maltrataban, llegaron a tramar una conspiraron en la que hasta pensaron quitarle la vida, sin embargo Rubén, el hermano mayor, lo impidió; en cambio lo vendieron a unos comerciantes ismaelitas que iban hacia Egipto donde, fue adquirido por Potifar, un ministro del Faraón, que lo posicionó en su casa como mayordomo o administrador.

Historia

Las vicisitudes de Jacob

Jacob estaba intensamente enamorado de Raquel pero fue engañado por su suegro para que primero se casara con Lea, hermana mayor de Raquel, pues esa era la costumbre de esas tierras; así lo hizo y junto con las hermanas también tuvo relaciones con las sirvientas de éstas, Bilha y Zilpa, teniendo hijos con éstas, pero no con Raquel, que era estéril. Sin embargo Dios oyó los ruegos de Raquel y por fin pudo tener un hijo que fue José, undécimo descendiente de los doce que llegó a tener.

Por estas cosas Jacob lo amaba más a José que a sus otros hijos pero esto trajo como resultado el odio y la envidia de sus hermanos. Para complicar más las cosas sucedía que José tenía sueños en los que al parecer sería alzado por encima de todos sus hermanos e incluso por encima de su madre y de su padre, prediciendo lo que iba a suceder en el futuro.

Por ser el favorito y quien Jacob quería que finalmente lo sucediera, el tercer patriarca hebreo le hizo una hermosa túnica de colores que lo distinguía, hecho que enfureció aún más a sus hermanos, quienes buscaron entonces una ocasión para vengarse.

El intento de asesinato

En ocasiones los hermanos de Jacob llevaban a sus animales a pastar lejos de sus tiendas. Un día al pasar el tiempo y ver que éstos no regresaban, Jacob preocupado envió a José a buscarlos y verificar que se encontraban bien. Sus hermanos, al verlo, planearon matarlo. Rubén, el mayor, logró convencerlos de que no era buena idea, pero cuando José llegó lo arrojaron a un pozo de agua vacío y lo tuvieron atrapado allí hasta decidir qué hacer con él.

Al día siguiente al pasar unos mercaderes que se dirigían a Egipto los hermanos decidieron vender a José como un esclavo. Al regresar a casa le mintieron a su anciano padre diciéndole que solo habían encontrado la túnica de José llena de sangre así que suponían que había sido atacado por un lobo, un oso o alguna otra bestia carnívora que se lo había comido. Jacob lloró la muerte de su querido hijo desconsoladamente.

Su llegada a Egipto

En Egipto José fue vendido y llevado a la casa de un funcionario del Faraón llamado Potifar. Este le vió con buenos ojos y le confió la administración de su casa. Sin embargo la esposa de Potifar intentó seducirlo, para lo cual lo llamó a su habitación y le propuso tener relaciones sexuales; el joven hebreo se resistió y salió de la habitación dejando su manto. La esposa de Potifar, al no lograr su objetivo, lo acusó de intentar aprovecharse de ella, mostrando como prueba el manto. Potifar, en consecuencia, lo envió a prisión.

En la cárcel

En la cárcel, nuevamente José halló gracia ante los ojos de quien la dirigía que decidió ponerlo al frente de los presos; allí José conoció al copero y a el panadero del Faraón, que eran acusados de traición. Ambos habían tenido sueños misteriosos, y José les pidió que se los contasen porque él era capaz de interpretarlos. Ambos contaron sus sueños y la interpretración que José les dió fue la correcta, el copero fue restaurado a su puesto y el panadero fue ejecutado.

Pero el copero no cumplió su promesa de que sí era liberado como José profetizaba él hablaría en su favor al Faraón.

Las pesadillas del Faraón

Al cabo de dos años, el Faraón soñó que se encontraba en las riberas del Nilo, y del agua subían siete vacas gordas que pacían en la orilla; a continuación subían del agua otras siete vacas, flacas, y devoraban a las primeras, sin engordar por ello. El Faraón despertó entonces, pero al volver a dormirse soñó que de una caña de trigo brotaban siete espigas llenas de grano, pero tras ellas brotaban otras siete espigas, vacías y quemadas por el viento del desierto, que devoraban a las primeras y seguían de marchitas. Al día siguiente, el Faraón se encontraba atormentado por sus sueños y consultados los sabios de Egipto, ninguno fue capaz de interpretarlos.

La intervención del copero

El copero se acordó entonces de José y le contó a Faraón lo que había ocurrido en la cárcel. Así pues, el Faraón mandó llamar a José a su presencia. Cuando lo sacaron de la cárcel, le cortaron el pelo y le dieron ropas nuevas antes de presentarse ante el Faraón. Este le dijo:

"He tenido un sueño y no hay quien me lo interprete, y he oído hablar de ti, que en cuanto oyes un sueño lo interpretas".

José respondió a su vez:

"No yo; Dios será el que dé una respuesta favorable al Faraón".

El Faraón contó sus sueños a José y éste le dijo:

"El sueño del Faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer al Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años de riqueza y abundancia. Las siete vacas flacas y malas que subían detrás de las otras son otros siete años, y las siete espigas secas y quemadas del viento solano son siete años de hambre. Es lo que he dicho al Faraón, que Dios le ha mostrado lo que hará. Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, y detrás de ellos vendrán siete años de escasez, que harán que se olvide toda la abundancia en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de la escasez, porque ésta será muy grande. Cuanto a la repetición del sueño a Faraón por dos veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios y que Dios se apresurará a hacerlo.
Ahora, pues, busque el Faraón un hombre inteligente y sabio, y póngalo al frente de la tierra de Egipto. Nombre el Faraón intendentes, que visiten la tierra y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de Egipto en los años de abundancia; reúnan el producto de los años buenos que van a venir, y hagan acopio de trigo a disposición del Faraón, para mantenimiento de las ciudades, y consérvenlo para que sirva a la tierra de reserva para los siete años de hambre que vendrán sobre Egipto, y no perezca de hambre la tierra".

La exaltación de José

Todos parecieron conformes con las palabras de José, y el propio Faraón, impresionado por ello, dijo:

"Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú".

Dicho esto, el Faraón se quitó su anillo y se lo puso a José, mandó que lo vistieran con ropas blancas de lino, puso en su cuello un collar de oro y ordenó que, cuando José montase sobre el segundo de los carros del Faraón, se gritase ante él ¡Doblad la rodilla!; que se le llamase Zafnat Paneaj, que significa aproximadamente "Dios habló y él vino a la vida". Finalmente, el Faraón le entregó por esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

José y su descendencia

Pasó el tiempo, y antes de que llegasen los años de escasez José tuvo dos hijos varones con su esposa Asenet. Llamó al mayor Manasés, pues se dijo

""Dios me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre"

y al menor Efraín, pues decía:

Dios me ha dado fruto en la tierra de mi aflicción

pero jamás olvidó a su padre y hermanos, y nunca perdió la esperanza de volver a verlos.

El cumplimiento de la predicción

Al acabar los siete años de abundancia en Egipto, llegó el hambre, y el pueblo clamaba al Faraón, que les decía que fueran a José e hiciesen lo que él dijera. Mucha gente fue a comprarle trigo a José, no sólo de Egipto, sino también de otras tierras.

La hambruna llega a Canaán

El hambre también golpeó las tierras de Canaán, y en especial Beerseba, donde vivía Jacob con su gente. Enterados de que en Egipto había trigo, envió a sus diez hijos mayores a allá, dejando a Benjamín, el menor de todos, a su lado. Los diez hermanos llegaron hasta la corte del Faraón para pedir ayuda, y se presentaron ante José, al que no reconocieron porque estaba muy cambiado y además estaba ataviado con las vestiduras usuales de los egipcios.

José reconoce a sus hermanos

Sin embargo José sí reconoció a sus parientes, pero disimuló y les preguntó a través de un intérprete de dónde venían. Sus hermanos le contestaron que venían de Canaán para comprar alimentos, pero entonces él empezó a acusarlos de ser ladrones y espías. Ellos, consternados, le contestaron que todos eran hermanos, hijos de Jacob. José les replicó

¿Cómo puede ser un hombre tan rico en hijos?

y ellos explicaron que en realidad eran once hermanos, pero que el menor de todos se había quedado con su padre. José mandó encerrar a sus hermanos en la cárcel durante tres días, y durante este período ellos reflexionaron sobre todo el mal que le habían hecho a José. Este, que los escuchaba, tuvo que retirarse debido a la emoción que le causaban sus palabras.

Las estrategias de José para aleccionar a sus hermanos

Al cabo de los tres días, José los liberó y declaró que llevarían trigo a Canaán, pero, para demostrar la veracidad de sus palabras, deberían volver y traer consigo al hijo menor, Benjamín. Mientras tanto, tomó a Simeón como rehén y lo encerró. Además, metió en las alforjas de sus hermanos el dinero que ellos habían pagado por el trigo.

De regreso a Canaán

Cuando regresaron a Canaán, los hermanos quedaron consternados al ver en sus alforjas el dinero que habían pagado, y temieron que los egipcios pudiesen utilizar esta situación para convertirlos en esclavos y despojarlos de sus bienes. Le contaron todo lo sucedido a su padre, y Jacob se entristeció por Simeón, pero les contestó que no iban a volver a Egipto con Benjamín porque ya había perdido a José y no soportaría perder también a Benjamín, el único hijo que le quedaba. Pero la sequía y escasez continuaron y, tras mucho insistir, Rubén y Judá consiguieron que Jacob transigiera, y los hijos de Jacob volvieron a Egipto con Benjamín.

Nuevamente en Egipto

Al volver a Egipto, los hijos de Jacob fueron recibidos por el mayordomo de José, que les dijo que no debían preocuparse por el dinero y además los reunió con Simeón. Todos fueron invitados a la casa de José, a quien le dieron regalos de parte de su padre. José se alegró especialmente de ver a Benjamín después de tanto tiempo, hasta el punto de retirarse a sus habitaciones a llorar de la emoción.

Tras recuperarse, José invitó a sus hermanos a un banquete, en el que los acomodó por orden de edad. Al ver esto, se sorprendieron mucho, pero el mayordomo de José les explicó que pudo adivinarlo gracias a su copa de plata, que era mágica. Todos comieron y bebieron felizmente; en especial Benjamín, que recibió más y mejor comida que sus hermanos.

José pone a prueba nuevamente a sus hermanos

Cuando los esclavos estaban llenando de trigo las alforjas de los hermanos, José decidió ponerlos a prueba nuevamente e introdujo su copa de plata en las alforjas de Benjamín. Cuando los hermanos ya se marchaban de la ciudad, fueron alcanzados por los soldados, que los acusaron del robo de la copa. Estos negaron el hecho, pero los soldados revisaron las alforjas y, para sorpresa de los hijos de Jacob, la copa apareció en la de Benjamín. Entonces los soldados anunciaron que los demás podían seguir su camino, pero que el ladrón debía quedarse. Ninguno de sus hermanos quiso aceptar esto, y todos volvieron con José, quien les recriminó que defendiesen a un ladrón y los instó a volver a su tierra. Sin embargo, sus hermanos replicaron que preferían morir que ver sufrir nuevamente a su padre, quien ya había sufrido el dolor de la pérdida de un hijo predilecto y no podría volver a soportarlo.

José finalmente se revela

Entonces, José expulsó a los soldados y a los esclavos y rompió a llorar a gritos, con tanta fuerza, que sus llantos se oyeron hasta en el palacio del Faraón. Al ver que habían cambiado y que estaban dispuestos a dar la vida por su hermano menor, José por fin se dio a conocer a sus hermanos. Estos enmudecieron de asombro y de miedo al pensar que, probablemente, querría vengarse de ellos, pero José los calmó, diciendo: “No os preocupéis, que todo fue obra de Dios, era necesario que yo viniese a Egipto para que nuestro pueblo, Israel, sobreviviera en este tiempo de escasez y hambruna”.

El agradecimiento del Faraón

Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto a Jacob y a su pueblo, pues deseaba regalarles tierras de cultivo en agradecimiento por todo lo que José había hecho por los egipcios. Los hermanos de José volvieron a Canaán, cargados de regalos de Egipto, y le contaron todo a Jacob; este, lleno de alegría, partió con toda su familia rumbo a Egipto. Al encontrase padre e hijo, Jacob exclamó:

¡Agradezco infinitamente a Dios porque me ha dado por segunda vez a mi hijo querido, Él obra de maneras misteriosas!”.

José le pidió que se quedara a vivir sus últimos años con él y también que se quedase todo su pueblo. Él aceptó, con la condición de que sus restos mortales fuesen llevados nuevamente cuando el pueblo regresase a “Canaán, la tierra prometida”. Jacob y su familia vivieron entonces en la tierra de Gosén, un lugar destinado al pastoreo del ganado en el Bajo Egipto, cerca de Avaris, ciudad que fuera la capital de las dinastías hicsas que dominaron Egipto durante el siglo XVII a. C.

Fallecimiento

Según el relato bíblico, José falleció cuando tenía ciento diez años de edad. Su cuerpo recibió embalsamamiento y fue puesto en un sarcófago, es decir que tuvo un trato para altos dignatarios. Posteriormente, cuando el pueblo hebreo inició el Éxodo, y salió de Sucot, Egipto, Moisés ordenó llevarse los huesos de José con ellos (Éxodo 13:19). Josué, más adelante, inhumó los huesos de José en Siquem, en la heredad de Jacob, y fue enterrado junto a su padre (Josué 24:32).

Muchos teólogos han asociado la figura de José con la de Jnumhotep II (Khnumhotep) púes en su tumba hallada en el poblado beduino de Beni Hassan (Egipto) se encontraron pinturas con hombres barbados con túnicas de colores entrando a Egipto con sus familias y cabras. Todo esto en tiempos del faraón Sesostris II que fue cuando se construyó el canal de José llamado canal de Bahr Yussef el cual es una desviación del Nilo que corre hacia el oriente y creó el lago artificial del oasis de Al-Fayum

Algunos Paralelos biográficos

José tiene un notable paralelo con otro personaje bíblico, el proferta Daniel. Asimismo, los aspectos dramáticos de su vida (menospreciado por sus hermanos y luego encumbrado a una gran posición) presentan ciertas características comunes con la vida de David y ciertamente con la vida de Jesucristo. Estos son algunos de esos pralelos, con el varón perfecto Jesucristo de Nazaret:

  • Hijos Primogénitos
  • Amados de su padre
  • Soñadores
  • Fueron a Egipto
  • Tenían 2 nombres
  • Testificaron contra el pecado y por eso los odiaron
  • Traicionados por sus hermanos
  • Vendidos
  • Tentados y pasaron con éxito la prueba
  • Puestos en lugar de muerte junto con otros 2 criminales
  • Uno de los criminales murió y otro vivió
  • Regalaron salvación
  • Dieron Pan
  • Levantados del lugar de muerte por el Rey
  • Libertadores de su pueblo

Representaciones de José en la cultura popular

  • 1743, Joseph (HWV 59), oratorio de Georg Friedrich Händel.
  • 1914, Josephslegende (Op. 63. Leyenda de José), ballet en un acto compuesto para los Ballets Rusos, con libreto de Hofmannsthal y Kesslery y música de Richard Strauss. Estrenado en la Ópera de París.
  • 1933 - 1943, José y sus hermanos (Joseph und seine Brüder), tetralogía literaria de Thomas Mann.1961, Giuseppe venduto dai fratelli, film dirigido por Luciano Ricci.
  • 1974, La historia de Jacob y José (película)
  • 1979, Joseph and His Brothers, episodio de la serie televisiva Génesis.
  • 1982, José el Soñador (Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat), ópera rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice.
  • 1990, José y sus hermanos, episodio de la serie La más grandiosa de las aventuras: pasajes de la Biblia.
  • 1992, José en Egipto, epìsodio animado de la serie Animated Stories from the Bible.
  • 1995, José (película)
  • 1998 El príncipe de Egipto (película animada)
  • 1999, Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat, película basada en el musical José y su Sorprendente Manto de Sueños en Tecnicolor
  • 2000, Joseph: King of Dreams, película musical de animación, precuela de la película de 1998 El príncipe de Egipto.
  • 2008, José, el Profeta (en persa: یوسف پيامبرYusuf e Payambar), miniserie televisiva iraní, dirigida por Farajullah Salahshur, que narra la historia de José desde el punto de vista islámico, ambientada en el período de Amarna.
  • 2013, José de Egipto (película)
  • 2013, Giuseppe e i suoi Fratelli / Joseph and his Brethren, ópera en tres actos compuesta por Elam Rotem.

Bibliografía

  • Biblia, versión Reina Valera, 1960.
  • Simón Dubnow, Manual de la historia judía: desde los orígenes hasta nuestros días, Buenos Aires: Sigal, 1977.
  • 2009, Joseph in Egypt: A Cultural Icon from Grotius to Goethe, de Bernhard Lang. Texto que estudia el impacto cultural de la historia de José.
  • Brenner, Michael. Breve historia de los judíos (2008), Buenos Aires, 2012
  • Dubnow, Simón. Manual de la historia judía: desde los orígenes hasta nuestros días, Buenos Aires: Sigal, 1977
  • Kochav, Sarah. Grandes Civilizaciones del Pasado: Israel, Barcelona: Folio, 2005
  • Redford, Donald B. (1970). A study of the biblical story of Joseph.

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Fuentes