Joseph Merrick

Joseph Merrick
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NombreJoseph Carey Merrick
Nacimiento5 de agosto de 1862
Leicester, Bandera de Inglaterra Inglaterra
Fallecimiento11 de abril de 1890
Londres, Bandera de Inglaterra Inglaterra
Causa de la muerteFilariasis o síndrome de Proteus
Nacionalidadbritánico
PadresJoseph Rockley Merrick y Mary Jane

Joseph Carey. También conocido como El Hombre Elefante. Se hizo famoso debido a las terribles malformaciones que padeció desde el año y medio de edad. Condenado a pasar la mayor parte de su vida enrolado en el mundo de la farándula, sólo encontró sosiego en sus últimos años de vida. A pesar de su desgraciada enfermedad, sobresalió por su carácter dulce y educado, así como por una inteligencia superior a la media que sólo pudo demostrar en sus postrimerías. Aunque todavía no se sabe con absoluta certeza, se cree que Joseph pudo haber padecido una grave variación del síndrome de Proteus, del cual podría representar el caso más grave conocido hasta el momento.

Síntesis biográfica

Joseph Carey Merrick era hijo del matrimonio conformado por el comerciante Joseph Rockley Merrick y Mary Jane. Empezó a presentar los primeros síntomas de su enfermedad a los 18 meses. A partir de los 4 ó 5 años de edad, en su cuerpo empezaron a formarse bultos y los huesos de sus extremidades y su cráneo se desarrollaron de forma anormal.

Infancia

Según su propio testimonio, de niño nunca pudo jugar con sus compañeros de colegio puesto que sus piernas y su cadera deformadas se lo impedían. A partir de entonces, el coraje y la valentía para sobreponerse a su atroz enfermedad serían las constantes que definirían su vida. Su madre, Mary Jane, se empeñó en que asistiera a la escuela. Ella, aunque procedía del campo y de familia muy humilde, sabía leer y escribir y estaba muy ligada a la iglesia bautista de Leicester. Colaboraba dando clases dominicales a los niños que no podían acudir a la escuela durante la semana porque tenían que trabajar.

Como las deformaciones de Joseph empezaban a ser ya espectaculares, muchas personas se agrupaban en la calle para observarlo, hecho que hizo que Mary Jane lo llevara y trajera personalmente del colegio. También lo llevaba consigo cuando daba clases en la escuela dominical. Así, Joseph pasó toda su infancia al lado de su madre, lo que le desarrolló una gran dependencia de ella. De mayor, siempre la recordó como una madre muy cariñosa y entregada a sus hijos.

Joseph tuvo dos hermanos menores que él: William, nacido en 1866 y que falleció de escarlatina en 1870, y Marion Eliza nacida en 1867 y muerta en 1891. Sus hermanos menores eran sanos y no presentaron ninguna deformación.

El padre de Joseph, que siempre se había ganado la vida como cochero, abrió hacia 1870 una pequeña mercería que regentó junto a su mujer hasta 1873, año en que ella falleció a causa de la bronconeumonía. Según Joseph (que tenía por entonces 11 años), ése fue el peor suceso de su vida, incluso peor que su enfermedad, ya que junto con su madre se iba la única persona que le había demostrado amor verdadero y lo había cuidado. Se quedó totalmente solo, y en este punto es cuando empezaron mayores padecimientos.

Consecuencias de la muerte de su madre

Poco tiempo después, su padre volvería a casarse con una viuda que tenía dos hijos; con ello, su desgracias se recrudecieron, entrando así en una de las etapas más infelices de su vida, ya de por sí trágica. Su madrastra y hermanastros no lo aceptaron y, además de las vejaciones continuas que le propinaban e ignorando todas las dificultades que le ocasionaban sus deformidades, le exigieron que trabajase y ganase dinero para contribuir al sustento de la familia. Le reprochaban continuamente que se escudaba en sus malformaciones para no tener que trabajar. Joseph recordaba que su madrastra solía quitarle el plato de comida cuando todavía estaba a medio terminar recriminándole que, con lo poco que aportaba al hogar, lo que se había comido era mucho más de lo que merecía.

Ante la insistencia de la madrastra, y gracias a la colaboración de su tío Charles Merrick, consiguió emplearse en una fábrica de cigarros. En ella, estuvo trabajando durante dos años, hasta que su gigantesca y deformadísima mano derecha le impidió seguir atando hojas y, consecuentemente, lo despidieron.

Por esos días, la mandíbula de Joseph ya estaba deformada y un gran tumor le iba creciendo justo encima de la boca haciendo que su manera de hablar fuera casi ininteligible. Al final de su vida Merrick describiría cómo en ese nuevo periplo por las calles de Leicester, niños y mayores se apiñaban a su alrededor gritándole e insultándolo. Al no vender nada, en su casa las cosas no mejoraron y a veces, Joseph daba a su padre el dinero que le daban para el almuerzo haciéndolo pasar como si fuera dinero obtenido de las ventas, así que prefería pasar el día sin comer antes que soportar las reprimendas de su madrastra.

Finalmente, la insoportable presión familiar, los sucesivos ultimátum de su madastra hacia su padre y un castigo físico hicieron que Joseph se marchara de casa para siempre llevándose sus pocas pertenencias en su carro de vendedor a la edad de 15 años. Tras marcharse de casa, continuó vendiendo durante el día las mercancías de la mercería que se había llevado consigo y por la noche dormía en la calle. Su tío, Charles Merrick, hermano menor de su padre, regentaba una barbería y alertado por vecinos de la situación de su sobrino, salió a buscarlo y lo tuvo en su casa durante dos años. Joseph siempre recordó el buen trato que recibió de sus tíos. Su tío, quien falleció en 1925, testimonió el mal trato que recibió Joseph por parte de su madrastra y el total abandono de su padre. Este hecho hizo que las relaciones entre Charles y su hermano fueran muy tensas. También mencionaba Charles Merrick la gran voluntad de su sobrino a quien veía salir todos los días a vender con su carro aun sabiendo que regresaría con las manos vacías.

En 1879, la vida de Joseph volvió a complicarse. El gremio local de vendedores ambulantes había denunciado que Joseph Merrick daba "mala imagen" al sector y pidió que no se le renovara la licencia para vender. Joseph ignoraba esa queja y cuando fue a renovar su licencia se encontró que le negaban la renovación. La casa de su tío era muy pequeña y Charles y su esposa esperaban un hijo. Joseph pensó que era una carga muy grande para ellos y que no debía abusar de su amabilidad. Aun en contra de la opinión de su tío, Joseph decidió ingresar en la Leicester Union WorkHouse a finales de 1879. Las condiciones de vida de las denominadas Workhouse (casas de trabajo) eran sumamente duras y Joseph las resistió durante 12 semanas. Salió, pero sólo por dos días. Cuando se dio cuenta de que jamás encontraría trabajo como una persona normal, tuvo que regresar y permaneció allí durante cuatro años. Joseph siempre habló de su estancia en ese local con miedo y horror. Al cuarto año de estar allí, la protuberancia que le crecía en la cara ya le impedía comer y los responsables de la Work House creyeron conveniente llevarlo a la "Leicester Infirmary" para que lo operaran y de paso, se lo quedaran ya que en la Work House no se daba asilo a aquellos que no podían ganarse la sopa y la cama que les ofrecía el Estado inglés a cambio de trabajo.

En la Leicester Infirmary le operaron de la protuberancia en forma de trompa de elefante que dio origen a su apodo. Joseph recordaba que la operación fue muy dolorosa pero que le consiguieron quitar medio kilogramo de tejido y que pudo volver a comer mejor y hablar con más claridad. Mientras se recuperaba de la operación se acrecentó su deseo de no regresar a la Work House y pensó cómo podía ganarse la vida. Exhibirse en las ferias ambulantes de la época, era la única salida para él aunque no le gustaba la idea. Merrick supo por un periódico que un conocido promotor de ferias llamado Sam Torr estaba en Leicester y decidió escribirle contándole su situación y que estaba interesado en trabajar para él. El promotor en cuanto lo vio, supo que iba a hacer negocio. Inmediatamente lo incorporó en su feria y así Joseph empezó su tránsito por Inglaterra exhibiéndose. Su número era una gran atracción, corría el año de 1883.

Fallecimiento

En la mañana del 11 de abril de 1890, a los 27 años de edad, en la etapa más feliz de su vida, Joseph Carey Merrick fue encontrado muerto en su cama. Treves, tras un examen, concluyó que murió de asfixia al quedarse dormido. La cabeza de Merrick era enorme y sólo con esfuerzo conseguía mantenerla erguida. Su desmesurado peso y tamaño impedían que Merrick pudiese dormir tumbado, obligándolo siempre a que lo hiciese sentado y en una posición especial; de otra forma las deformidades le comprimían la tráquea y le dificultaban gravemente la respiración. Sin embargo, actualmente, tras análisis más detallados de su esqueleto, más que por asfixia, se estima como la causa más probable de su muerte que repentinamente su cabeza se inclinara debido a su desproporcionado peso y se lesionara la nuca.

Cine

El director estadounidense David Lynch llevó al cine la vida de Joseph Merrick en la película "El hombre elefante" en el año 1980. En ella, John Hurt interpreta a Joseph Merrick y Anthony Hopkins al doctor Frederick Treves. Nominada a 8 oscars incluyendo actor, dirección artística, vestuario y director. Proclamada como una de las mejores películas dramática de toda la historia del cine. Siendo una película alabada por la crítica como acogedora, bellísima, atractiva e inquietante cinta de cine. Convirtiéndose así como una película de culto.

Arte

Una de las personalidades que más ayudó a Merrick fue una actriz, de apellido Kendall. La señora Kendall se sensibilizó mucho por el caso de Joseph y se movilizó para ayudar a recaudar fondos para él. Aunque parezca insólito, Merrick y la señora Kendall nunca se conocieron en persona puesto que ella por aquellos días estaba de gira por Inglaterra y Estados Unidos. Se carteaban y una vez Joseph le comentó que siempre le hubiera gustado aprender el oficio de cestero. La señora Kendall contrató a un artesano cestero que le enseñó. Aún teniendo serias dificultades con su mano derecha, aprendió rápidamente el oficio. Pasaba mucho tiempo fabricando cestos y otros utensilios en mimbre que luego regalaba a todo aquel que tenía amistad con él o que le trataba con amabilidad y respeto. Era su manera de sentirse útil. A pesar de que su mano izquierda era pequeña y frágil como la de un niño de doce años y la derecha enorme, tenía una gran habilidad y paciencia para los trabajos manuales. También lo demuestran las construcciones de cartón que hizo y que regalaba a todo aquel que era amable con él. Ha sobrevivido una, que está expuesta en el London Hospital y representa a la iglesia que Merrick podia ver desde la ventana de su habitacion en el hospital, y destaca por la minuciocidad de sus detalles. Fue un regalo para la propia señora Kendall.

La enfermedad

Merrick, siempre bajo una mirada simplificadora e inocente, creyó que la causa de sus deformaciones procedía del ataque, durante una feria, de un elefante a su madre cuando ésta se encontraba embarazada de él. De acuerdo con sus propias palabras:

Vi la luz por primera vez el 5 de Agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad.

Desde un punto de vista científico, inicialmente se creyó que Merrick padecía filariasis, comúnmente denominada elefantiasis, y cuya causa es un gusano que actúa a modo de parásito. Sin embargo la filariasis es una enfermedad tropical que no tiene presencia en las islas británicas, y en ningún caso produce las graves deformaciones óseas que sufrió Merrick. Posteriormente, se rediagnosticó el caso y se pasó a creer que padeció neurofibromatosis, también conocida como enfermedad del hombre elefante. Tiempo después, también se descartó esta posibilidad, pues algunos síntomas característicos de la neurofibromatosis entran en clara contradicción con evidencias encontradas en el caso de Merrick. Actualmente, y de forma mayoritaria, la comunidad médica cree que la enfermedad que padeció fue una severa variación del Síndrome de Proteus. Aun así, no se descarta que realmente se tratase de una enfermedad nueva, y de la cual Merrick tuviera el infortunio de haber sido el único caso registrado hasta ahora.

El propio doctor Frederick Treves se encargó de su autopsia y de preparar su esqueleto para la exhibición. También guardó en formol unas muestras de tejido de Joseph pero desgraciadamente se perdieron durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. Treves lo hizo con la esperanza de que los avances de la medicina pudieran desentrañar en el futuro qué enfermedad afectó a Merrick. Gracias a la excelente conservación del esqueleto, se le han podido hacer pruebas radiológicas que señalan que el mal que sufría Joseph Merrick sería el Síndrome de Proteus. En el historial clínico del Royal London Hospital se describían así las deformaciones de Joseph Merrick:

... una enorme y deformada cabeza, la extremidad superior derecha y ambas extremidades inferiores muy torcidas, acentuando alargamiento e hipertrofia de la mayor parte de los dedos de la mano derecha, escoliosis y una pronunciada cojera en la cadera izquierda. Presentaba innumerables nódulos y masas papilares, a modo de coliflor, ampliamente diseminadas en la piel y tejidos blandos del cuero cabelludo, parte derecha de la cara, espalda, posaderas y extremidades. Del maxilar superior sobresalía una masa de hueso, creando una apariencia peculiar a modo de probóscide; esta masa había recidivado después de su resección a la edad de 20 años.

Merrick llegó a describirse a sí mismo de la siguiente manera:

Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir.

El esqueleto de Joseph

En el museo del Royal London Hospital, actualmente no se exhibe el esqueleto de Joseph, pero sí algunas pertenencias suyas: un sofá con ruedas que tuvo en sus dependencias en el hospital, cartas manuscritas suyas, el libro de admisiones del Hospital con su entrada, el gorro con el trapo cosido que le cubrían la cara y la cabeza (fabricado por Tom Norman) y vaciados de yeso que le realizaron una vez muerto. Se ha llegado a rumorear que el cantante Michael Jackson quería comprar sus huesos.

Homenaje

En todos los homenajes a su persona siempre se cita como el rasgo más significativo de su carácter el coraje que supo imponer desde el primer momento a la inhumana crueldad de su enfermedad. Tampoco dejó de maravillar a sus interlocutores el trato dulce y educado que dispensaba, así como la sensibilidad especial con la que Merrick solía teñir sus impresiones. Llegó a trascender ampliamente el episodio en el que, ya al final de su vida, después de que una mujer le diera por primera vez la mano, Merrick se deshiciera y rompiera a llorar por la intensa emoción que le produjo no sentirse rechazado; sentimiento al que habría que unir la especial admiración que siempre sintió por el sexo femenino.

Sin embargo, póstumamente el rasgo que mayor interés ha despertado de la personalidad de Joseph Merrick es cómo después de las humillaciones, las palizas y el ostracismo al que fue sometido, se mantuviera desprovisto de rencor, y siempre consiguiese sobreponer su carácter dulce e inocente. Tanto es así que Ashley Montagu, reconocido antropólogo de la Universidad de Princeton, escribió un estudio acerca de este increíble aspecto de su personalidad titulado "El Hombre-Elefante: Un Estudio acerca de la Dignidad Humana".

Por otro lado, y aunque durante largo tiempo de su vida se ignoró esta otra destacable cualidad, a Joseph Merrick se le reconoció una inteligencia por encima de la media. La sociedad de entonces quiso transformar a Merrick en un monstruo; pero él, con su carácter humano, desveló a la sociedad como tal. Tenía un vocabulario extenso y, a pesar de haberse pasado la mayor parte de su vida en el ambiente de la farándula, no sólo sabía leer y escribir correctamente, sino que aún lo hacía con estilo notable; hechos que, en el Londres victoriano de fines del siglo XIX, resultarían sobresalientes para cualquier persona de clase media o baja. Precisamente es de los estudios de sus escritos de donde se deduce una persona de carácter ingenuo e infantil, y de mirada maravillada y simplificadora.

Por último, es imprescindible subrayar el profundo amor que nunca dejó de sentir por su madre, mujer hermosa cuya muerte, incluso por encima de su atroz enfermedad, y en un gesto de admirable humildad, siempre reconoció y padeció como la tragedia más grande de su vida. Quizá porque con su ausencia se le despojó de todo amor, y porque fue la única que vio tras él al hijo y a la persona.

Fuentes