Juan Pablo Sojo

Juan Pablo
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Juan Pablo Sojo
NombreJuan Pablo Sojo Cardozo
Nacimiento23 de diciembre de 1907
Curiepe Bandera de la República Bolivariana de Venezuela
OcupaciónEscritor, periodista y folklorista

Juan Pablo Sojo. Se le considera uno de los pioneros de los estudios de los esclavos de origen africano y sus aportes a la cultura venezolana. Además de eximio folklorista, se destacó como escritor y periodista.

Síntesis biográfica

Nació el 23 de diciembre de 1907 en la población de Curiepe, Municipio Brión del Estado Miranda. Durante sus años juveniles tuvo como principal maestro a su padre Juan Pablo Sojo B., el Viejo, quien fue un reconocido músico y recopilador de festividades de origen africano – católicas, tanto de su pueblo natal como de toda la subregión de Barlovento.

A lo largo de su corta vida, incrementó como autodidacta sus conocimientos académicos en los campos de la etnohistoria, la demografía, la sociología, la literatura, el periodismo de opinión y con mayor intensidad los estudios relacionados con la trata de esclavizados, el uso de la mano sometida a esclavitud y los múltiples aportes culturales de los africanos y sus descendientes en el contexto del continente americano.

Sojo como escritor

Como articulista escribe en la prensa nacional, desde 1930 envía cuentos a Fantoches y gana el premio Tamanaco 1943 auspiciado por ese semanario, con el cuento de contenido social titulado “Hereque”. Igualmente publica artículos en El Universal, El País, El Nacional, Ahora, El Heraldo y en revistas especializadas: Venezolana de Folklore, Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores de Venezuela, Archivos Venezolanos de Folklore, Cuadernos Tierras del Estado Miranda. Su novela Nochebuena negra será ampliamente difundida mientras otras obras permanecen inéditas: Los abuelos de color, Cantos negros y Zambo.

Incursiona en el teatro con El árbol que anda en 1945 aunque se mantienen inéditas Canto malembe, El color del amor y Santa. En la obra El estado Miranda, su tierra y sus hombres en 1959 se incorporan los siguientes trabajos: “Allá en las cumbres”, “Barlovento, una invitación a la novela”, “Esquema geográfico y espiritual de Barlovento”, “Notas para un estudio sobre el régimen esclavista en Venezuela” “Algunas supervivencias negro-culturales en Venezuela”, “Biografía de la fiesta de San Juan en Venezuela”, Blancos y mulatos”, “José Larito: negro que no quiso ser esclavo” y “Material para un glosario de negrismos de Venezuela”.

Asombra su capacidad para combinar los testimonios orales, las observaciones directas de las manifestaciones culturales y una amplia consulta de fuentes escritas de prestigiosos autores extranjeros. No desechó las fuentes primarias, de manera que realizó diversas consultas en el Archivo General de la Nación, en las secciones Diversos, Real Hacienda y Reales Órdenes, al igual que el Boletín publicado en esa institución. De igual manera investigó en las Actas del Cabildo de Caracas. Así aportó conocimientos sobre el cultivo del cacao y el régimen esclavista en la colonia y enriqueció el contenido de su obra escrita.

Hace énfasis en el estudio de las manifestaciones culturales aportadas por los esclavos de origen africano en el Barlovento nativo, de manera que en sus escritos incorpora estudios del malembe, la tradición de los “negros alzados” llamados “boleros” que recorren las calles barloventeñas cada 28 de diciembre, y que aún hoy sobrevive; mampulorio, la fulía concebida como una canción de trabajo de la cual señala:

«[...]se ha creído siempre que la fulía sólo se canta cuando brillan los luceros en las noches del mes de las flores. Las coplas se cantan en todas las épocas del año, en los trabajos del campo o en las labores domésticas. En las haciendas de café o cacao, en la zafra de cañameral; acompaña los golpes de ‘pilón’ vernáculo, el pescador de caribes y mojairas, el arriero sudoroso[...]»

Pese a este estudio persiste la creencia en vincular exclusivamente la fulía con el velorio de cruz. Describe los tambores y se remonta al origen en el continente africano, el mina, tambora, congo, quichimba, y llega hasta la costa lacustre zuliana con el chimbagle.

Extiende el área de influencia de sus investigaciones a la rica y variada tradición popular en el oriente venezolano en 1947con su obra El País; cuentos, Currumbaco de Canchunchú, La Mariposa, El Guarandol, La Culebra, Los Chichimitos, canto del pilón; y, hacia occidente, estudia la comunidad guajira, los chimbangueles en Cabimas, Ceuta, La Ceiba, Santa Rita, Bobures, Gibraltar, Lagunillas. La riqueza en la celebración de San Juan lo lleva a escribir numerosos trabajos de esta manifestación en Barlovento, Choroní, Patanemo, costas del Distrito Federal, Carabobo y Yaracuy. Escribe sobre los sangueos y luangos de Farriar en Yaracuy, el tamunangue (Lara) y hasta hace referencia al culto de María Lionza. Como bien señala Juan Liscano, “Juan Pablo nunca separó la investigación sistemática de lo popular de su obra creadora de escritor...”.

Estudió 283 africanismos difundidos en Venezuela e incorporados al hablar cotidiano. Entre ellos ya incorpora topónimos como araira, aramina, birongo, taguaza, carángano.

Permaneció en estrecho contacto con los integrantes del grupo “Presente”: José Fabbiani Ruiz, Carlos Augusto León, Juan Beroes, Carlos Eduardo Frías, Antonia Palacios, Héctor Poleo, Pedro León Castro, César Rengifo. Fue miembro activo de la Asociación Venezolana de Periodistas y compartió amistad con Juan Liscano, Luis Troconis Guerrero, Abel Vallmitjana, Walter Dupouy, J. M. Cruxent, Gonzalo Plaza, M. Acosta Saignes, Neptalí Noguera Mora, Luis Arturo Domínguez, Raúl Agudo Freites, Rhazes Hernández.

Estudios afrovenezolanos

En las obras publicadas por Juan Pablo Sojo: Tierras del estado Miranda, sobre la ruta de los cacahuales; Temas y apuntes afro-venezolanos ;Nochebuena negra; Estudios del folklore venezolano. Los Teques, y numerosos artículos en periódicos y revistas, los cuales se difundieron en El País, La Esfera, Ahora, El Universal, El Nacional, Revista Nacional de Cultura, El Farol, etc.,y en ellos reivindicó los valores culturales de los africanos y sus descendientes en la formación etnohistórica y social de nación venezolana; todo lo antes dicho, a través de una visión desde adentro, tomando en cuenta el modo de ser de los barloventeños y de los otros venezolanos de origen africano.

Conoció a profundidad a africanistas de su época, tales como James George Frazer, Arthur Ramos, Gilberto Freyre, Fernando Ortiz, Maurice Delafosse, Raymundo Nina Rodríguez, etc. Además, citó en muchas ocasiones a los cronistas Juan de Castellanos, José Gumilla, José de Oviedo y Baños, fray Alonso de Zamora y Pedro Joseph de Olavarriaga. Asimismo, a los expedicionarios Alejandro de Humboldt y Francisco Depons. También fueron frecuentes sus múltiples referencias a autores venezolanos contemporáneos: Arístides Rojas, Francisco Tosta García, Lisandro Alvarado, Mariano Picón Salas, Mario Briceño Iragorry, Amílcar Fonseca, Carlos Irazábal, Enrique Bernardo Núñez, Juan Liscano, Francisco Tamayo, Gilberto Antolínez y muchos otros.

Juan Pablo Sojo, además, escribió poesías, cuentos y obras de teatro, todas afianzadas en los numerosos problemas que afectaban a los descendientes de africanos tanto en Barlovento como en toda Venezuela; lo que demuestra:

«[...]un gran afecto por su tierra y el elemento humano que la habitaba, todavía con vivas manifestaciones del contacto entre lo africano y la naturaleza barloventeña[...]»

Hay que destacar que fue quien por primera vez utilizó en la patria de Simón Bolívar el término “afrovenezolano”, con la finalidad de hacer alusión a los componentes étnico-culturales procedentes del continente africano e incrustrados firmemente en el país llamado Venezuela.

Juan Pablo Sojo y el Modernismo latinoamericano

Cuando se habla acerca del estilo del escritor barloventeño Juan Pablo Sojo, se enfatiza el hecho de su preocupación con la persona de color y su lucha contra un ambiente hostil a los descendientes de los esclavos de origen africano, incluyendo el lenguaje típico de la región y los espeluznantes ritmos de los tambores. Lo que no ha mencionado en todo esto es la presencia de elementos modernistas, los que se ven más evidentes en su poesía, reflejo de su entrenamiento cultural en Curiepe mientras crecía bajo la influencia de su padre, también intelectual barloventeño, músico popular, folklorista, poeta y preceptor de una escuela rural. Al hablar del Modernismo hispanoamericano, queremos hacer referencia al movimiento que comenzó en 1888 y vió figuras tales como: José Martí, José Asunción Silva, Rubén Darío, Leopoldo Lugones y Guillermo Valencia. Las características modernistas en Sojo se notan especialmente en su poema titulado “Chirimena/Acuarela”.

El poema comienza con lo que el lector espera encontrar en las tierras tropicales de Barlovento —cocales— pero luego deja caer las palabras “verdes”, “preñadas” y “canto del mar”, las que nos recuerdan el sensacionalismo del Modernismo, que pretende estimular nuestros sentidos físicos, colores, vistas, sonidos. En la segunda estrofa el autor continúa usando imágenes que recuerdan el Modernismo rubendariesco, tales como “blancas”, “dulces”, “obscuras”, “oros”, “esmeralda”, “rielan”, “grises”, “rojos”, “luz”, etc. Esta estrofa pulula con palabras que evocan toda clase de sensaciones estimulantes, recordándonos poemas como “Azul” o “Paisaje tropical” de Rubén Darío o como “Versos sencillos” de José Martí. Además, en la penúltima estrofa, hay una joya de imagen, “moradas uvas que parecen gemas”, la cual evoca un cuadro multifacético y ubérrimo con respecto a su poder semántico combinatorio. Ha mostrado inequívocamente que sus escritos demuestran una finura de estilo y de uso de imágenes que es totalmente comparable a los estilos poéticos de los grandes maestros y que ha recibido su estímulo de los mismos.

Muerte

Para el momento de su sorpresiva y prematura muerte en la ciudad de Caracas, el 8 de octubre de 1948 ejercía el cargo de Jefe de la Sección de Folklore Literario del Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacionales, dependencia de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, creada en 1946, y desempeña funciones de primer redactor en el periódico El País.

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