Lélia Wanick Salgado
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Lélia Wanick Salgado es una autora, productora de cine y ecologista de Brasil. Dirige la agencia de prensa fotográfica Amazonas Images que fundó en 2004 con su esposo Sebastião Salgado.
Es la mujer que acompaña la vida y la carrera de uno de los fotógrafos más importantes del mundo, Sebastião Salgado cuyo último libro, ‘Amazônia’, muestra una vez más el compromiso social y ecológico del matrimonio.
También juntos inauguraron en el Teatro Fernán Gómez de Madrid la exposición Amazônia, que recoge el trabajo de seis años que muestra la belleza y fragilidad de la selva tropical —sin la que la vida en el planeta no sería posible— y parte de la vida de sus moradores, que la protegen.
Sumario
Síntesis biográfica
Lélia Wanick Salgado nace en 1947 en Vitória, Espírito Santo, Brasil. Comenzó su vida profesional a los 17 años cuando se convirtió en profesora de piano y de escuela primaria. Es Licenciada en Arquitectura por la Ecole National Supérieure de Beaux Arts and Urbanism de la Universidad Paris VII.
Conoció a Sebastião Salgado en 1964 y se casó con él en 1967.
Situación política desfavorable
La situación política en Brasil, la dictadura militar y la oposición que manifestaron contra ella los llevó a dejar Brasil y trasladarse a Francia.
Su carrera incluye el comisariado de fotografías de Sebastião Salgado, la fundación de las revistas Photo Revue y Longue Vue, la gestión de una galería fotográfica de la Agencia Magnum y la organización de eventos culturales de fotografía.
Nominación a Oscar
En reconocimiento a su producción del documental The Salt of the Earth, la película fue nominada a un Oscar en 2015 como Mejor Largometraje Documental.
Otros Premios
Ganó el Premio del Público 2014 en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Tromsø 2015 y el Premio al mejor documental en la 40ª edición de los Premios Cesar del cine francés.
En 1998, Salgado y su marido crearon InstitutoTerra, una organización ecologista que tiene como objetivo promover la restauración del valle del Río Doce. El Instituto Terra, además de promover la reforestación, promueve también la educación ambiental, la investigación científica y el desarrollo sostenible.
Premio Gulbenkian
Lélia Wanick transmite su pasión y su miedo por el futuro de la selva tropical tras recibir el Premio Gulbenkian de la Humanidad por reforestar, junto a su esposo, el fotógrafo Sebastião Salgado, un área de más de 700 hectáreas en su Brasil natal.
Mientras Sebastiao Salgado recorría el mundo tomando sus emblemáticas fotografías en blanco y negro sobre el trabajo de personas en situación de pobreza, Lélia permanecía en Paris, Francia cuidando a los hijos de la pareja. Cuando Sebastiao volvía de sus viajes, ella tomaba todo su trabajo, ejercía de editora y curadora y lo convertía en exhibiciones y libros.
Hacienda Bulcao
Mientras la fama de Sebastiao Salgado crecía en el mundo de la fotografía, formando parte de la agencia Magnum, ambos volvieron en los 90 a Minas Gerais en Brasil, a recibir por parte de la familia del fotógrafo, un rancho de ganado totalmente erosionado y seco, muy común en esta parte del país.
Fue aquí que juntos tomaron la ambiciosa decisión de volver esta tierra a su estado natural, el bosque subtropical del tipo Atlántico. Formaron en 1998 el Instituto Terra y con Lelia como presidenta, comenzaron a reforestar la tierra.
Con más de 4 millones de semillas de especies nativas criadas por el instituto, reforestaron por completo la Hacienda Bulcao con su flora original, un proyecto emblemático de este tipo en Brasil.
El matrimonio ha trabajado toda la vida en tándem; tanto en su faceta artística —él fotógrafo, ella diseñadora de sus libros y exposiciones— como en la ambiental. Y en ambas han tratado de defender la biodiversidad de su tierra.
Es un vergel de 2,7 millones de árboles y fauna abundante, hogar del Instituto Terra que ambos fundaron en 1998 para la recuperación de bosques y manantiales, a la par que centro de investigación y formación.
La iniciativa se financia gracias a la colaboración de diferentes socios, desde el gobierno brasileño hasta el sector privado, pasando por fundaciones, donantes individuales de varios países y otras instituciones. "Es un proyecto integral, que involucra a las personas, a los animales y a la biodiversidad.
Desde 2002 el Instituto Terra siembra en sus propios viveros plántulas nativas del bosque atlántico, que son las que posteriormente plantan en la zona. Tienen capacidad para producir un millón de plántulas por año. Algunas de ellas, no obstante, las reservan para crear bancos genéticos de conservación que ayudan a preservar las especies.
