La Cajita del Agua

La Cajita del Agua
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Concepto:Primer proyecto hidráulico para la localidad de Bejucal.


La Cajita del Agua . Primer proyecto hidráulico para la localidad de Bejucal.

Historia

A comienzo del siglo XVIII, los habitantes de la naciente ciudad de San Felipe y Santiago del Bejucal, territorio ubicado en la actual provincia de Mayabeque, utilizaban como principal fuente de abasto de agua las provenientes del rio Govea, cuyo caudal intermitente corría por la falda de la sierra de este a oeste, con una extensión de aproximadamente nueve kilómetros dentro de lo que es hoy el municipio de Bejucal.

Con el tiempo se abren algunos pozos o aguadas destinadas al servicio público, a la vez que comienzan a explotarse algunos manantiales como el existente en una sección de la Sierra de Bejucal, cuyas aguas en cualquier época del año brotaban de la entraña del macizo, uniéndose al rio Govea en una poseta o charcón conocido como el Caballo Blanco. Lugar donde historiadores aseguran que se había bañado en reiteradas ocasiones el joven Felipe de Orleans, quien fuera posteriormente Rey de Francia, durante su estancia en la localidad.

Según fuentes documentales, se plantea que debido al abundante caudal que aportaba este manantial, el Cabildo de Bejucal decide realizar labores constructivas, con el objetivo de poder abastecer a la población mediante pipas tiradas por fuerza motriz animal. Dicha obra comenzó el 30 de abril de 1779, con la participación de pobladores y un buen número de esclavos [1], quienes cavaron en la roca una trinchera o bloque, desde donde podían colectar el agua sin dificultad. Poco tiempo después abren una zanja hasta el charcón, para facilitar el acopio de agua.

Desde entonces el lugar comenzó a conocerse con el nombre de la Cajita del Agua, convirtiéndose en una zona muy visitada por los pobladores de la ciudad. En 1808 una prolongada sequía azotó a Bejucal, provocando que las aguas de los pozos del vecindario salieran turbias y contaminadas, perjudiciales para la salud humana [2]. Frente a estas afectaciones, el cabildo decide mejorar el camino hacia la cajita del agua, uniéndolo a la calle Real, permitiendo así un mejor acceso y traslado del agua a la población.

Seis años después, en 1814 el cabildo aprueba un proyecto hidráulico consistente en trasladar el agua de la cajita, a través de una cañería de hierro, hasta la plaza de la iglesia donde se construiría una fuente para el beneficio común. Esta obra se ejecutaría en un plano superior con referencia a la iniciada en 1779. Su realización estaría a cargo de los marqueses de Bejucal, el teniente gobernador interino y los señores Benigno Valdés y don Felipe del Rey, quienes en compañía de algunos vecinos y esclavos labraron la roca en busca de descubrir el origen del manantial.

A un año justo de haber comenzado el trabajo y después de perforar alrededor de 12 metros dentro del macizo rocoso, el cabildo municipal determina abandonar la obra, alegando la falta de presupuesto para su financiamiento. A esto se le suma la apertura de nuevos pozos con mayor capacidad y volumen de agua. No fue hasta el año 1827 que se decide retomar los trabajos, en esta oportunidad bajo el asesoramiento de los señores Francisco Duques y Buenaventura Rodaltra, como representantes de una sociedad anónima, quienes aseguran poder lograr los objetivos trazados.

Cuatro años después de intenso trabajo y haber excavado alrededor de 7 metros en la roca, nuevamente el cabildo detiene las labores tras la ausencia de fondos para concluir la empresa. En 1866 Francisco Vázquez Ramírez presenta un proyecto para traer el agua a la ciudad en tan solo seis meses. Para ello puso como condición disfrutar por 30 años de sus servicios, volviendo a ser propiedad del municipio una vez transcurrido ese tiempo. El ayuntamiento tras valorar la propuesta, decide rechazarla pues considera que con los nuevos abastos de agua existentes y otros menos costosos en su ejecución cercanos a la población, se puede hacer frente a cualquier periodo de seca. Estos contratiempos propician un abandono de la obra, desplazando así la añorada empresa de la cajita del agua. Con los años se abrieron nuevos pozos como el del Dr. Isidro Zertucha en la falda de la sierra del Cacahual y se habilito un tanque en la calle 18 esquina 19 para el servicio a la población, donde se vendía el agua a dos centavos la lata.

En 1940 un fuerte tornado azotó a Bejucal, creando serios problemas en el suministro de agua, por lo que muchos pobladores deciden obtener el agua para su consumo desde la cajita, por ser estas más limpias y a su vez gratis. Tiempo después se construye el acueducto municipal, recibiendo el agua con mayor calidad y eficiencia. Desde entonces la cajita del agua quedo en un total abandono, de la cual solo transcendió en la memoria de los bejucaleños una frase que se hizo popular: “Quien tome agua de la Cajita se queda en Bejucal”. En la actualidad los pobladores más viejos de esta ciudad, recuerdan esta frase a la cual se refieren como una leyenda perdida en el tiempo. Esto lo confirman ocho entrevistas realizadas a pobladores de esta localidad, quienes respondieron:

-“Cuando era un niño mi padre nos llevaba a recorrer las lomas de Bejucal, la cruz del carbonero, las cuevas del Indio, el charcón o la Cajita del Agua. Ubicada a un costado de la ciudad de los niños, en un lugar muy pintoresco y donde según mi padre se había bañado el joven Felipe de Orleans quien fuera Rey de Francia.

-A mi padre cuando nos llevaba a pasear le oía repetir la frase: el que tome agua de la cajita se queda en Bejucal. Esta voz tan popular es del tiempo de nuestros abuelos y bisabuelos, tan vieja quizás como el descubrimiento del manantial, todavía mucha gente que ya no vive en Bejucal lo recuerdan, incluso hasta los que viven fuera del país.” (Juan J. Varona)

-“Esa frase desde hace mucho tiempo se la he oído a los más viejos del pueblo, pues las nuevas generaciones apenas la conocen”. (Luis Quintero Colon)

-“Allá por el año 1926 un reportero del periódico El Mundo, llamado Juan Francisco Varona escribió un artículo sobre la Cajita del Agua, la cual visito varias veces acompañado del historiador Miguel Llompart. También en el año 1938 cuando José Alvares más conocido por Armonía era alcalde de Bejucal, se realizó una fiesta en una finca del barrio el Caguaso en homenaje al gobernador de la provincia Rafael Guas Inclán a quien se llevó a la cajita donde además de visitarla tomo agua de ella”(Lenio Jiménez Teseira)

-“Muchos éramos los que tomamos agua de la cajita, figúrate allá por el año 1933 no existía acueducto, el que podía le compraba el agua a las pipas, que eran unos carretones tirados por animales o de lo contrario iban a buscarla a la cajita. Como mi familia era bastante pobre, yo y mi hermano dábamos hasta tres viajes al día, cogíamos dos latas cada uno y salíamos caminando por el callejón de los perros hasta la falda de la loma y de ahí hasta la cajita que estaba más o menos a 100 metros del camino.”(Néstor Víctor Juan)

-“Cuando el tornado que azoto a Bejucal en el año 1940, muchos eran los pobladores que iban a la cajita a buscar agua, porque el pozo de Zertucha que era el único acueducto que había aquí, no daba abasto a todos los habitantes. Ya para el año 1942 después que se construyó el acueducto municipal, la gente dejaron de ir a la cajita”. (Eulalio Hernández)

-“Yo creo que eso de tomar agua de la cajita, es verdad porque hace 32 años que vivo aquí y me siento como si fuera bejucaleña”. (María Hernández Ruiz)

-“Desde que Salí de Villa Clara, hace varios años vine para Bejucal, aquí me case y tuve a mis hijos, no sé si eso tiene que ver con la Cajita del Agua, pero si te puedo decir que de aquí no me voy a no ser para el cementerio”. (Alberto Fernández)

Referencias

Fuentes

  • Lic. Oscar Sánchez Arencibia. La Cajita del Agua, primer proyecto hidráulico para la localidad.